12. LA STORIA

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La historia

*

Al día siguiente, siendo sábado, salió en el Alce una página entera sobre otro asesinato que había ocurrido durante nuestra noche en el hospital. Fue un chico, al parecer otro universitario, quien fue encontrado en la carretera que conectaba Ottawa con Barley.

El cuerpo estaba irreconocible, el cabello del chico había sido arrancado al igual que Lizzie. Faltaba su corazón, cerebro y esta vez, el ninja asesino se había llevado algo más. La piel.

Por eso, era que les costó mucho reconocer al chico.

La policía de Barley estaba igual de nerviosa que todo el mundo en el pueblo. El asesino ya llevaba cinco víctimas con esta, después del otro chico que Devian y yo encontramos en el baño.
Aunque creímos que tal vez el ninja asesino habría dejado de matar, nos dejaba muy en claro que ese no era el caso.

Después de salir ayer del hospital, los chicos se fueron en su auto, detrás del nuestro, hasta nuestra calle. Eris apagó el auto y abrió la puerta de la casa, para así entrar y encender la luz de la cocina. Casi me imaginé sus pasos subiendo la escalera, hasta que vi como encendía la luz de su habitación.

Me gire hacia ellos.

-Toma todas tus pastillas. Si necesitas algo, no dudes en decirnos. Y hasta que te mejores, estaré buscando información con Bea. -Dante me sonrió dándome un abrazo.

Y cruzó la calle para entrar a su casa.

Eran las dos de la mañana cuando salimos del hospital. Estaba preocupada porque regañaran a los chicos, pero ellos me calmaron diciendo que su madre estaba al tanto de la situación.

Devian, quién no se había movido de su lugar, me miró con esos hermosos ojos verdes que nunca me cansaba de admirar. Se veían apagados, note lo cansado que se encontraba. Dio un paso hacia mí, acortando la distancia.

-No sabes el maldito susto que me diste, Evelynn.

Mis amigos solían decirme mucho Eve, a veces decían mi nombre completo. Pero la manera en que él lo decía definitivamente me hacía suspirar como tonta.

-No quería alarmar a nadie.

Él me miró. -¿Me dirás que está pasando contigo?

Trague saliva.

No quiero.

-No es nada, es solo insomnio.

Su mirada me decía que no se tragaba que yo tuviera insomnio. Tomó mi mano entre las suyas y las llevó hasta sus labios, para así besarla.

-Evelynn. ¿Por qué no confías en mí?

Mi corazón se apretó en mi pecho, sintiendo la tristeza y dolor de sus palabras.

-Sí confío en ti, Devian. Es solo que...aún no estoy lista. No estoy lista para hablar de ello -susurre.

Crispo sus labios en una mueca evidente de disgusto. Quería decirle, algo dentro de mí se moría por contarle todo.

Y a la vez no quería.

-Evelynn, me gustas. Y te quiero, y estoy preocupado. No sabes lo preocupado que estoy por ti, porque no quieres decirme que te sucede, sabiendo que podría ayudarte.

No, no podías.

-Yo... -La garganta se me secó por el esfuerzo sobrenatural que estaba haciendo para que me salieran las palabras. -También te quiero, Devian. Te quiero, pero no quiero hundirte conmigo en todo esto.

Los Salvatore ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora