CAPÍTULO EXTRA: NOTA DE EVELYNN

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Notita de: si Evelynn hubiese tenido un final diferente y un poco mejor.

***

Ha pasado un tiempo. Debo admitirlo, no creí poder llegar hasta aquí sin ti. Y aún sigo dudando sobre ello. Todas las noches, antes de dormirme, e incluso apenas despierto con la luz del sol.

¿Recuerdas esa vez que fuimos a patinar? Sé que fue producto de mis ilusiones, pero amé demasiado ese día. Fue nuestra primera cita. Me habías pedido que no te soltara porque no sabías patinar.

No fue real, pero atesoro ese recuerdo como si hubiese sucedido.

Disculpa, me he salido un poco de contexto. Si, a lo que venía. El objetivo de esta carta.

Escribirte como me he sentido.

Esta no es la primera vez que escribo, lo he hecho varias veces ya (a petición de mi doctor) y aún, me cuesta hacerlo. Deberías saber porque, tú siempre parecías leerme la mente. Apuesto a que me dirías que es algo tonto que me cueste escribir, más si esta dirigido a ti y tienen muchos sentimientos las palabras.

Me pregunto cómo estarás, ¿podrás leer estas líneas? Tal vez no, pero tengo esperanzas de que si. Esperanzas de que sepas que es para ti.

He estado bien, sin ver personas fallecidas y sin alucinar, gracias al montón de medicamentos que me recetaron. El doctor dice que voy mejorando, a pesar de que ya no estoy en el hospital desde hace unos meses.

Ha sido un año y cuatro días, para ser exactos. Parece haber sido ayer cuando volví a despertar.

Sí, sí, sé que debo ir al grano sino quiero hacer esto tan largo. Dame un momento para volver a tomar el hilo.

Como seguía diciéndote, las pastillas que me recetaron han estado funcionado de maravillas. Eiko y Egle se fueron, pero Elio sigue presente cada vez que intento recordarte. Pone en mis pensamientos todo aquello que vivimos. El doctor dice que es porque era la que estaba más apegada a ti, con la que hablaste más, y se me hace extraño pensar que ella en serio te amó.

Duele bastante, ¿sabes? Si antes no lo soportaba, ahora menos debido a que Elio me mostró todo. Me ha hecho recordar cada detalle y aquello arde.

Recuerdo esa vez que llegaste a mi vida, una tarde de diciembre, hace un tiempo, cuando te acercaste a mi y me preguntaste mi nombre. Ese día, cuando por fin creí empezar a ser feliz. No estaba en mis cinco sentidos, pero sentía en el fondo que algo iba a suceder.

No creí que todo acabaría de esta forma.

Las noches en vela, contigo mirándome a través de tu ventana, y la vez como observabas las estrellas, es una de las cosas que hacen mi corazón saltar, es una de esas cosas que sé hubiesen durado una eternidad.

Siempre te encantó eso. La manera en que me mirabas, como si intentarás descifrarme a primera vista, como si quisieras saber que pensaba exactamente.

Quería contarte, también, que conseguí un empleo. ¿Qué loco suena verdad? Es en una librería, muy prestigiosa, lo elegí porque queda muy cerca de casa y porque recuerdo cuánto amabas leer. Incluso, me compré un par de tus libros favoritos y, debo decir que, el que más me gusta hasta ahora es la Odisea. Prometo contarte mi reseña en cuanto lo acabe.

Lo prometo.

¿Te dije que compré un auto? Bueno, en realidad lo gané en una subasta y fue maravilloso para mí. Es un Mustang del 70, es igual al que tenían tú y tu familia. No es azul, pero me recuerda bastante a todas esas veces que conducias con mi mano entrelazada en la tuya, mientras tarareabas tus extrañas canciones en italiano.

Los Salvatore ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora