24. MENZOGNA DOPO MENZOGNA

828 75 65
                                    

Mentira tras mentira

Perdón por la demora, italians.
Espero les guste el capítulo.

*

Ah, me gustaría poder decirles que pude dormir tranquila lo que resto de esa noche. Sabiendo que había miles de cadáveres bajo nosotros, me era imposible pensar en dormir.

Así que no, no pude dormir esa noche, ni después.

Devian, quien también se veía tan pálido como yo, me miró, trasmitiendo solo una cosa: Estamos bien.

Al cerrar los ojos, lo único que podía recordar era ese hombre explotando y el montón de sangre debajo de mis pies.

—¿Deberíamos decirle a Dante? —pregunté, aferrada al brazo del italiano.

Él pareció pensarlo, mirando hacia enfrente, con las cejas juntas.

—No lo sé.

Tampoco yo lo sabía.

No sabía en quién confiar ya, para serles muy sinceros, ni siquiera confiaba en Devian. Menos en sus hermanos, ni en Jacob, ni en nadie.

Ya no confiaba ni en mí.

Llegamos otra vez a la habitación, con nuestras respiraciones aceleradas, mirando sobre nuestros hombros.

—Entremos.

Esto iba de mal en peor.

(*)

Lunes.

Siendo las primeras horas de la mañana, un auto negro se estacionó frente a la casa de los Salvatore y de ahí bajo Renzo.

Se veía tan imponente, tenebroso y pulcro como siempre.

Podía aplastarte cuál cucaracha con sólo voltear sus ojos color mar, hacia ti. Podía hacerte sentir diminuto.

Como siempre me sentía alrededor suyo.

No habían pasado ni dos horas con él devuelta en Barley y el ninja había asesinado a otra persona. Esta vez fue una niña. Su nombre era Claire y con siete años recién cumplidos. Tenía todos sus órganos, pero varias uñas le
fueron arrancadas de las manos. También, tenía un enorme agujero en la parte trasera de su cráneo.

Y, por supuesto, faltaba su pequeño corazón.

Podía sentir la angustia y miedo de todo Barley. Miedo a salir de sus casas, sabiendo que había un loco suelto, asesinando a las personas sin piedad alguna. Miedo a un total psicópata.

Desde el fin de semana, después de haber visto un montón de cadáveres bajo La Lune, no había podido conciliar el sueño (lo cual ya no era nada nuevo). Por más que quisiese, me era inevitable cerrar los ojos y ver a ese cadáver que explotó justo frente a mí. Además, de los cientos que estaban apilados uno sobre el otro, con moscas y el olor a muerte.

Muchas preguntas rondaban por mí cabeza, no sabía que pensar. ¿Por qué había tantos cadáveres bajo el hotel? ¿Quién había construido ese cuarto?

La única conclusión y respuesta, no sabía si verdadera o no, era que Renzo tenía que ver en esto.

Recordé cómo Jacob había dicho que le pidió encargarse de algo, supongo el señor en traje de la última vez, para deshacerse el cuerpo. ¿Qué habría hecho aquel hombre? ¿Y además de Renzo quién más estaba implicado en todo aquello?

Ese mismo día por la mañana, supe que debía hacer algo. Lo primero que se me ocurrió fue ir a la policía, luego note que la verdad no iba a servir de nada puesto que no tenía alguna prueba de que bajo La Lune hubiese todo un laboratorio maligno. Segundo, podía sacarle la verdad a Renzo. Si tan solo no me intimidara tanto. Y tercero, podía hacer que Dante o Devian le preguntaran a Devora, su esposa, si sabía algo.

Los Salvatore ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora