El Hermano De Atsumu

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—Miya—habló Kyoomi apoyado en el regazo del rubio mientras el nombrado le hacía cariño en su pelo—están golpeando la puerta —

No quería separarse pero llevaban aproximadamente diez minutos escuchando la puerta ser golpeada.

—dejalo, no debe ser importante—

Dudaba que si no fuese importante no habria tanta insistencia.

—iré abrir —el azabache se levantó y se dirigió a la puerta, fueron cosas de segundos en donde fue empujado y sólo pudo divisar dos cabellos castaños oscuros.

Su corazón sintió una clavada al ver que aquella silueta iba directa a Atsumu.

—¡Maldito hijo de perr...!—antes de que el castaño pudiese acercarse a su hermano fue detenido abruptamente por el azabache.

Su mirada era aterradora.

—¿tienes un guardaespaldas o que? —el azabache estaba algo confundido cuando vio lo similar que era con Tsumu.

—ah, es Omi-Omi —sonrió saliendo del sofa.

—¡dile que me suelte! —el castaño que estaba acompañando al otro por fin entro a ver el escándalo.

—Tsumu —habló saludando al rubio y luego dirigiendo la mirada al azabache que apretaba la muñeca de su novio con esa misma mano que el castaño ocuparía para golpear a su hermano gemelo —¿que sucede? —frunció su ceño y afrontó la mirada del azabache, no lo iba a negar, era una mirada escalofriante.

—iba a saludar a mi querido hermano y este gigante de casi dos metros me detuvo —se quejó Osamu —¡maldición!, dile que me suelte —

—Omi —llamó el rubio, recibiendo una mirada mucho más dócil por parte del azabache.

Suna y Osamu no pudieron pasar eso por desapercibido y se miraron cómplice entre ellos.

—¡apretale más fuerte la muñeca! - sonrió con malicia.

—¡Maldito hijo de perra! —

—¡te acusare con mamá! —

Y fue allí cuando Kyoomi cayó en cuenta que a la persona que le estaba dañando la muñeca era el hermano gemelo de Atsumu, si se parecían pero no pudo pasar por alto que el castaño quizo golpear al rubio.

Fue más bien un movimiento involuntario, un reflejo.

Apenas solto a Osamu este se abalanzó a Atsumu para golpearlo, Kyoomi iba a intervenir pero Suna lo detuvo.

—siempre han sido así, luego de golpearse se ponen sinceros y expresan sus verdaderos sentimientos —

El azabache se quedó quieto pero inquieto, su pies estaba frenético al ver los insultos que se escuchaban.

—¡Pedazo de mierda que te costaban responder mis putos mensajes!, ¡creí que habías muerto!, ¡nadie sabía nada de ti y mi trabajo no me daba tiempo de venir por tu sucio trasero! —

—¿¡OH ASÍ QUE AHORA TE PREOCUPAS POR MI?! -

Suna comenzó a grabar

—a la señora miya le encanta cuando sus hijos son sinceros con ellos mismos por cierto, ¿Eres el novio de Atsumu? —

—¡¡SIEMPRE ME PREOCUPO POR TI!! —gritó ahorcandolo con fuerza —ERES MI HERMANO Y TE QUIERO PERO TAMBIÉN TE QUIERO MATAR POR TENERME CUATRO DÍAS SIN SABER NADA DE TI-

Se quedaron en silencio ambos gemelos y Suna sonrió enternecido.

—aquí viene —susurró en voz baja.

—¡Yo también te quiero Osamu! —habló haciendo un puchero —solo estaba celoso por no tener siempre tu atención —

Osamu suspiró

—siempre has sido un dramático —lo abrazó —estaba tan asustado de que por tus dramas te haya sucedido algo...como la vez en la que no pasaste el examen y te quisiste tirar del séptimo piso —

—calla... Sigo pagando esa multa hasta el dia de hoy —

Osamu tenia los ojos llorosos pero eso apenas se pudo apreciar debido a que estaba escondido en el cuello de su hermano.

Kyoomi suspiró ya tranquilo.

—aunque la multa la puse a tu nombre —rompió el ambiente Atsumu ganándose un golpe en la cabeza por el menor—por cierto hermanito, que bueno que estas aquí por que justo tengo hambre —

Y así fue como los cuatros terminaron en la cocina, Kyoomi hablando con Atsumu y Suna con Osamu mirándolos detalladamente.

Había algo entre esos dos, la forma en que el azabache miraba al rubio o la forma en la que Atsumu constantemente buscaba su tacto.

—¿están saliendo? —preguntó Osamu viéndolo los más obvio posible —no me dijiste nada —

Atsumu se mostró confundido

—¿salir para donde? —preguntó Kyoomi

—si son pareja —corrigió Suna.

—¿no entiendo la pregunta? —se quedó pensando unos segundos hasta que sus únicas neurones se conectaron —Ah—se puso a reír —claro que no, ¿porque saldría con el? —

Osamu achinó sus ojos, quería golpear a su hermano.

Si hace menos de dos segundos se lo estaba comiendo con la mirada.

—porque se ve de tu tipo—Atsumu miró a Omi y abrió sus ojos con sorpresa.

—¡OH, es cierto! —rió —Omi eres muy muy lindo —

Osamu rodó los ojos

—¿como se conocieron?, ¿te acostaste con el?, ¿usaste protección? —

Atsumu bufó.

—no me acosté con el, lo vi herido y lo ayude y siempre ocupo protección por cierto... El otro día me acosté con un tipo de mierda—

Osamu ya estaba interesado, Atsumu siempre tenía buenas historias que contar.

—fue el día después de mi cumpleaños, estaba caliente... Ya sabes como soy —Suna se puso a reír —la cosa es que después del trabajo fui al bar y un hombre como de cuarenta se me acercó —

Kyoomi se sentía extraño, era como si una punzada en el estómago se hiciese presente.

—el tipo no paraba de decir frases calientes que me daban risas, en una me dijo putita—

Osamu y Suna comenzaron a reír.

—después fue una mierda, el tipo apenas acabó me dejó tirado con una ereccion y con la culpa de haberme metido con un hombre casado —arrugó su entrecejo —por ese motivo odio a los hetero curiosos—se cruzó de brazos

Y es que era cierto, Atsumu tuvo muy mala experiencia con esa clase de persona que se negaba a asumir su sexualidad, que lo hacía en secreto o que simplemente no eran sinceros y sólo tenían sexo mientras lo ilusionaban para obtenerlo.

—es tu culpa por meterte con extraños—acusó Osamu y aunque en parte tenía razón, Osamu prefería que Atsumu tuviera sexo con extraños que con gente que apreciaba y quería.

La última relación de Atsumu fue tan desastrosa que el rubio ni siquiera podía levantarse de la cama.

Manipulacion, celos y control fue lo que recibió Atsumu quien se comenzó a alejar de todos para darle en el gusto a su pareja.

—no es mi culpa que no se den el tiempo de conocerme —pero Atsumu había bloqueado todos los recuerdos de él cuando un día de la mañana dejó de llorar.

—Atsumu—llamó el azabache —¿no fue aquel día en que te hice un pastel? —

Atsumu miró sonriendo al azabache pero todo eso se deshizo cuando vio los ojos dolidos del contrario.


¡Sakusa es Yakuza! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora