Cachorrito Indefenso

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—Omi —habló el rubio —ya deja de besarme—pese a sus palabras el no ponía resistencia cada vez que el azabache se acercaba en busca de su beso.

—¿realmente quieres eso? —el azabache lo miró con una sonrisa burlesca que lo hizo morderse el labio inferior, de pronto los dedos del menor agarraron con algo de fuerza sus mejillas —no vuelvas a hacer eso—su voz demandante lo hizo estremecer.

Últimamente Sakusa estaba dejando salir a flote su lado mandon y por parte le molestaba bastante al rubio pero también lo encendía como si se tratase de un interruptor.

—¿o sino que? —alzó su ceja divertido, y también estaba la naturaleza rebelde de Atsumu.

Sus miradas retadoras comenzaron una guerra, una guerra entre el agua y el fuego.

Entre todo lo contrario pero que a la vez se compactaban.

—ya pensé lo que quiero—habló el rubio sonriendo con timidez y esquivando la mirada fiera del azabache.

—¿que es? —Kyoomi tomó sus manos y las besó mientras lo miraba con una ceja alzada que denotaba su curiosidad.

—una boda... —se quedó unos minutos en silencio—como si acabasemos de salir de la iglesia, solo tu y yo —

Se sentía levemente nervioso y no sabía el porqué, no quería que Kyoomi creyera que quería ir rápido o algo por el estilo, es solo que había crecido romantizando aquellas escenas y si, con Oikawa había prometido casarse pero era distinto casarse con un amigo a que casarse con alguien del cual estabas enamorado.

—¿es una clase de Indirecta? —se burló mientras acariciaba las piernas del rubio, aquellas piernas tostadas por el sol que parecían brillar en un subtono dorado.

—omi—lo reprochó—no te burles, yo no me burle de tu fetiche por los ancianos y eso si que fue raro —el azabache lo miró de forma resentida para luego sonreír.

—Bien, pero cuando vuelvas del trabajo —

Atsumu le miró con resentimiento, no quería recordar el trabajo ahora mismo.

—Om... —no pudo terminar de quejarse ya que el azabache lo había vuelto a besar, esta vez soltando aire e inflando las mejillas del rubio que lo miró furioso.

—Omiiii—lo imitó el azabache mientras sus manos se escabullian debajo de la sudadera del mayor.

—¡Hey!, así no es mi voz —

—Omi así ni is mi viz—

Últimamente a Sakusa se le había pegado lo burlesco que Atsumu era, maldecia a Sakusa por pasar tanto tiempo con el y adquirir lo más detestable de su sexy personalidad.

Nuevamente no se pudo quejar ya que el azabache lo volvió a besar, esta vez con más intensidad y siendo difícil casi imposible el no seguirle el juego.

Sus piernas se enrollaron en la cintura del menor y sus dedos se encargaron de enterrar se en la espalda del azabache, sus corazones latian a la par... Los podían sentir al estar tan juntos.

—Omi, si me sigues besando se me hará imposible ir a trabajar—tomó aire casi por necesidad que por gusto, Kyoomi lo miró con inocencia.

—entonces no vayas, quedate conmigo—

¡BASTA!, Kyoomi se esforzaba en fomentar su flojera

—no puedo—

Kyoomi lo miró con tristeza, casi similando a un cachorrito con el cual dejaste de jugar.

—oh—murmuró decaído —esta bien—

Atsumu quería llorar, no era justo que su trabajo consumiera gran parte de su vida pero tampoco podía tomar la opción de ser despedido y quedar con pésima reputación.

—prometo que no te darás ni cuenta cuando llegue—habló acariciando su cabello azabache y tirándolo levemente para atrás, dejando a la vista su frente y sus dos lindos lunares, los besó, al igual que su boca y sus mejillas.

El tiempo pasó más rápido de lo que Atsumu espero y con todo pesar, se tuvo que arreglar para el trabajo.

Kyoomi le entregó su almuerzo, no sin antes revisar que llevara los servicios y los condimentos.

—debo irme—habló cuando el azabache se negó a soltarlo nuevamente —Omi-Omi—habló cuando el azabache comenzó a oler su cuello.

—no demores—habló y el rubio por fin pudo salir de la casa, miró de reojo la casa y se encontró a kyoomi pegado en el ventanal con carita de perrito abandonado.

Se puso a reír mientras ignoraba su instinto de ir corriendo hacia el.

Pero Atsumu también tenía otra pasión y aquella era su carrera universitaria por la cual tanto se esforzó en tener.

Las horas se hicieron eternas y agotadoras todo lo contrario a las horas que pasó con kyoomi.

Cuando llegó todo era silencio y supuso que Kyoomi se encontraba durmiendo debido a que sólo trabajaba tres veces a la semana,se sacó sus zapatos y algunas prendas pesadas para dirigirse a la habitación de quien fue alguna vez su invitado y allí lo encontró.

Durmiendo abrazado a su sudadera negra mientras era cubierto por gruesas mantas que lo hacían acalorarse y suponía que debido a eso sus mejillas se encontraban rojas, una leve sonrisa pintaba su rostro y Atsumu sintió una sensación cálida en su estómago que lo hizo ir corriendo donde el azabache y refugiarse en sus brazos.

“tus brazos siempre serán mi refugio seguro, Omi... No me dejes".

Este cap se iba a tratar de otra cosa pero al final terminó siendo q alargue más el relleno 😭lo siento, el prox capitulo si va en serio... Es solo q 900 palabras se me hacen muchas así y no podría agregar la idea principal de este capítulo porque le quitaría emoción

¡Sakusa es Yakuza! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora