¡Sakusa es Yakuza!

Risotadas con el corazón roto

-But mama I'm in love with a criminal-su mirada se mantenía fija en el ventanal -And this type of love isn't rational, it's physical-intentaba no perder la poca compostura que tenía pero su mejor amigo estaba esforzándose por volverlo loco -Mama please don't cry, I will be alright-quería patear su cara por burlarse de sus emociones.

-Tooru callate -gruñó cruzandose los brazos más el castaño sólo alzó más la voz.

-All reason aside I just can't deny, I love the-

Ahora mismo se estaba replanteando si fue buena idea venir al hogar de su mejor amigo a contar como rompieron su corazón de forma brutal, ¡a él!, a un ser tan puro y hermoso le rompieron el corazón de una forma tan cruel e indiferente.

Quería llorar pero Oikawa lo estaba haciendo reír

-piensa lo positivo -habló el castaño sentándose -lo positivo es que pajaro que vuela no nada-

Frunció su ceño y no pudo dejar de preguntarse como se había hecho amigo de alguien tan desagradable como lo era Oikawa.

Recuerda que fue uno de los mejores en puntaje al entrar a la universidad, recuerda que en su clase había un desagradable de mierda, arrogante y con aires de superioridad así que como buena persona competitiva empezó a quemarse las pestañas para tener mejores notas y ganarle a ese desagradable de mierda.

En el último año y en el internado fue cuando todo cambió, la constante presión de los enfermeros y doctores, la competitividad que se formaba en el hospital por ser la figura que sabía todo los terminó uniendo, sobre todo cuando Oikawa se encerró en el baño a llorar porque había sido humillado en una materia que nisiquiera se la habían pasado en la universidad y Atsumu como buen metiche habló con él jefe de carrera y animó al castaño dándose cuenta de algo.

-soy como tu -se sentó a su lado y miró sus manos, los ojos rojos de Oikawa se iluminaron

-tu eres igual -cantó y Atsumu lo comprendió, la persona que tanto había odiado era un reflejo de sí mismo.

¿Tan insoportable era?

-todos lo pueden comprobar- Atsumu le siguió el juego y fue allí cuando su amistad se torno tan importante que hasta habían dicho que se iban a casar a los 32 años si seguían solteros.

Lastimosamente sus trabajos consumían su vida y era difícil verse, Oikawa se la pasaba durmiendo y Atsumu se la pasaba pegado a Sakusa.

Así que volviendo al presente comprendía el porqué Oikawa se estaba burlando de él, sólo le estaba pagando con la misma moneda porque si, aparte de competitivos y arrogantes, eran rencorosos y vengativos.

Y Oikawa jamás va a olvidar que Atsumu se burló e hizo bromas cuando Oikawa se enteró que Iwaizumi se iba a casar.

-eres de lo peor-Bufó molesto mientras secaba sus lágrimas.

-perdón-habló el castaño con un sonrisa burlesca -¿Quieres un abrazo para tu corazón roto? -lo golpeó con la almohada.

-¡Cuidado mundo que a mi amigo le acaban de romper el corazón por millonésima vez! -Atsumu lo miró indignado -¡pobre Atsumu nadie lo quiere por apestoso y puto! -

El castaño abrió la ventana que daba directo al balcón y sonrió al sentir la fría brisa revolver su cabello, Atsumu sabía que se iba a venir y estaba preparado para eso así que se envolvió con una manta y corrió a los brazos del castaño.

-¿Estas listo? -

La noche estaba iluminada por faroles amarillos y sólo pudo recordar el momento en donde la mano de Sakusa envolvía con delicadeza y firmeza su muñeca como si la vida se le fuera en ello, su mano era tan cálida pero el era tan lejano que se le hacía imposible acercarse, no pudo ver su bonito rostro y realmente no lo quería hacer. Si se enfrentaba nuevamente a la noche de sus ojos temía perderse en ellos y no volver jamás.