21

45 5 0
                                    

Noah se había enojado con Spencer por contarle a Briana lo que había pasado.  Pero a ella poco le importaba. Había ambiente tenso entre ambos que producida cierta incomodidad.
Sin embargo los tres intentábamos guardar la compostura adelante de los demás.

Ninguno sabía si Briana había hablado con Rebeka, y aunque no era un tema que tocamos, era algo que nos carcomía la cabeza a todos, pero hasta ahora eso no había pasado, sin embargo no significaba que nunca lo haría. Teníamos miedo cuando el momento se acercará.

Tal vez Briana nos dio una mano invisible y nos perdono esa cuestión por nuestra inexperiencia, aunque ninguno sabía lo que el otro había hablado con ella cuando nos reunimos , estaba segura que tomamos la misma postura: intentar hacer lo mejor que pudimos. Y aunque pudo haber pasado de alto esa cuestión, algo que claramente no olvido fue el tratamiento.

Solo unas horas después de la reunión con ella, el médico de Noah llegó para atenderlo. Le hizo una revisión, le sacó sangre y le recetó unas pastillas, más las pastillas que Briana envió a la tarde: algunas eran obligatorias hasta que su abstinencia se reduzca, y otras solo eran en ocasiones cuando se sintiera realmente mal.

Después del jueves sentía que nuestra vida estaba en modo lento y automático, vivíamos y hacíamos acciones pero no me sentía consciente, a pesar de que no hubo incidentes, tampoco íbamos bien. Por fortuna creía que no era la única que se sentía así, como si viera su vida a través de un espejo, Noah estaba ido y Spencer cada día tenía más ojeras.

Odie cuando llegaba el fin de semana, no quería irme, no quería abandonar esa casa y abandonarle a él, y peor aún cuando caí en las palabras de Briana sobre la gravedad de la abstinencia cuando escuche a Noah detrás del baño vomitando.

-Son las pastillas- Spencer y yo estábamos apoyadas esperándolo -hacen que vomite.

-¿Es normal? -pregunte preocupada escuchando una arcada.

-Creo que son demasiadas fuertes pero no puede dejar de tomarlas.

-¿Y si las vomita?.

-Los tomo hace dos horas espero que no.

-¿Sigue mal?. -preguntó Betti entrando y obligándonos a callar. También tenía rostro preocupado mirando angustiada la puerta donde Noah estaba encerrado.

-Seguramente fue una comida-dijo Spencer -¿ Puedes hacerle una sopa por favor? No tiene que estar con el estómago vacío.

Ella asintió y se alejo dejándonos solas otra vez.

Una vez que las arcadas y el sonido desapareció pudimos entrar. Noah estaba transpirado y temblando, le tuvimos que ayudar a caminar hasta llegar  su cama. Quisiera decir que fue la única vez que lo vi en ese estado pero no.

Nunca había visto a Noah mientras se rehabilitada porque de día solía estar relativamente bien, sin embargo no podía imaginar lo que Spencer soportaba de noche.

Esa semana Noah estuvo sumamente mal. Estaba muy ansioso e incluso comenzó a pelear nuevamente con su madre, pero lo que más me dolía era cuando se retraía y se iba al jardín a estar solo mientras dibujaba. Cuando se acercó el fin de semana intenté buscar una excusa para no irme pero no podía ¿como explicaba a Derek, que aún no sabia nada de lo que pasaba, que quería quedarme en mi trabajo?, además algo en mi cuerpo me decia que necesitaba esos días de descanso para reponerme y afrontar una nueva semana.

-No, me quedaré- dije segura. Spencer arqueo una ceja -te quiero ayudar.

-Soy más fuerte de lo que parezco. Ve y descansa estaremos bien.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora