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La siguiente semana Noah se encontraba igual.

Estaba debilitado y cansado. A veces no podía dormir por lo cual Briana le recetaba pastillas para hacerlo, no me gustaba mucho eso pero peor era verlo por no poder dormir. Cuando estaba despierto solo sufría.

Spencer me contaba que se paseaba por su habitación y amanecía dibujando en el balcón, luego de eso me comencé a fijar en la mesa que siempre estaba desordenado pero ahora gracias a Spencer había cierto orden, la pila de papeles de dibujos había crecido enormemente.

Noah dibujaba hermoso, y me impresionaba la imaginación que tenía para hacerlo, la mayoría eran paisajes y encontré bastantes de Spencer. Dibujaba tan bien que parecían fotografías, Spencer riéndose junto a él, tomando café en su cama, cocinando, me acordaba de esa última, Spencer casi explota la cocina intentando hacer lasaña y Betti termino echándole.

Me quede mirando cada uno de sus dibujos, los había visto antes, cuando dibujaba, pero nunca tan detalladamente y de cerca. Había muchos dibujo y siempre abajo junto a su firma ponía la fecha. Entendía lo que Spencer decia, en la fecha donde aún estaba medicado había mínimos 5 dibujos hechos, en cambio hubo un lapso de 1 mes donde no había ningún dibujo. Nada de nada.

Y entendí que era el tiempo donde volvió a sus antiguos hábitos y me dio un escalofrío.
Luego de un mes sus dibujos comenzaban de nuevo y con mucha más frecuencia, con la medicación, los dibujos tenían unos días distancia, dándome a entender que en ese momento podía dedicar un poco de tiempo cada día al dibujo y no terminarlo ansiosamente en un día.

-¿Qué haces? -Noah salio del baño.

Podía haber tirado los dibujos y fingir que no lo estaba mirando pero no lo hice.

-Son muy lindos -le comete -me gusta mucho este -le mostré un dibujo de Rebeka y Spencer abrazadas -¿Salen los escenarios de tu cabeza o...?.

-La mayoría pero ese no. Es de una fotografía, mamá lo tiene en su mesa de luz. Planeaba dársela.

-¿Y porque no lo hiciste?.

-Estaba en la clínica en ese momento y me había enojado con ella porque me dijo que podía salir ese fin de semana para ir con ellos pero luego no me autorizaron a salir porque los médicos aún no me consideraban apto. Solo llevaba unas semanas. Me enoje, le grite, y nunca se lo di.

-¿Cuanto tiempo estuviste en la clínica? -era la primera vez que escuchaba algo que tuviera que ver con su tiempo internado.

-Dos año creo. No me acuerdo muy bien, a mi me pareció una eternidad. 

-¿Fue duro?.

-Horrible, la noción del tiempo se perdió, me inyectaban cosas para que me mantuviera tranquilo porque era bastante agresivo. Solo recuerdo estar peleando con un enfermero un día y luego sentí un pinchazo en mi nuca y caí dormido, no sabia cuando era de día y cuando era noche – en sus ojos vi como se hundía en  esos días -Los primeros días estuve tirado en una cama con sedantes para desintoxicarme, pero cuando dejaron de hacer eso fue... casi me vuelvo loco – hizo una mueca  - Divagaba por mi habitación llorando por los rincones para que me dieran un poco de...-se calla. Sabía lo que iba a decir. Drogas. Pedía por favor por drogas. -como sea. La pasé muy mal. La primera vez más que la segunda.

-¿Hubo dos veces? – pregunte sorprendida. De todas forma intuía que no era la primera vez estuvo en una clínica o institución .

-Me dieron el primer alta cuando se cumplió un año y mamá intento ocuparse de mi, me llevó a casa, a Londres, pero yo aún....no estaba listo. Fue unos meses difíciles y un día desperté con unos hombres viniendome a buscar para llevarme a la clínica otra vez. En el fondo sabía que tenía no estaba apto para volver pero no quería pisar más de lugar.

-¿Por que entraste la primera vez?. Quiero decir ¿como paso? -el hizo una mueca y miro al suelo. Se había abierto conmigo, de nuevo, y cada día se abría un poco mas pero supe en ese momento que había llegado hasta allí ese día -Entiendo. Lo siento.

Él suspiro y gateo para subirse más a la cama. Gimió de gusto cuando se acostó de lado y abrazo su almohada - se que Briana te pidió que me obligues a hacer cosas -hablo con voz baja - pero hoy quisiera quedarme en la cama. Es uno de esos días, ya sabes.

-¿Cómo el domingo?.

Hizo una mueca - más o menos. Un día triste.

Suspiré. Asentí con la cabeza.

Sabía que tenía esos días, Briana un día me cito luego de su sesión y me dio instrucciones para cuidarlo y entre esos estaba en hacerle compañía lo más posible y hacer actividades para que no cayera en depresión pero había días como ese que no podía aunque quisiera obligarlo a salir de la cama.

Se lo dije a Briana, porque cada vez que Noah tomaba una decisión fuera del plan de tratamiento le avisaba, tal vez pecaba de pesada pero no iba a volver a comentar errores del pasado. Me dijo que no había problema pero que no le dejara solo y obviamente no lo iba hacer.  Me senté en una silla a su lado leyendo un libro dándole su espacio pero haciéndole saber que estaba allí para él.

Luego de un tiempo, bastante prolongado porque había avanzado bastante ya estaba a la mitad del libro, me pare  y me aproxime hacia donde estaba para saber si estaba dormido pero lo encontré despierto, en posición fetal y temblando con los ojos cerrados tratando de tener control de su cuerpo pero no estaba pudiendo.

Se encontraba frio y tan frágil.

Me senté a su lado preocupada y apoyo su cabeza en mis muslos mientras le reconfortaba en silencio. Vi el reloj pero aun no era la hora de sus pastillas, tendría que aguantar un par de horas así hasta que llegue el momento. Le acaricie la espalda y él cabello intentando ayudarlo aunque no era nada, era menos de nada.

-Todo ira bien -le susurré junto a mas palabras reconfortantes - tranquilo.

Y mi corazón se rompió una hora después cuando lo vi llorar en mi regazo mientras se retorcía.

Lloré con él porque sentía su dolor, estaba luchando consigo mismo en ese momento. Le abrace lo más fuerte que pude. Tal vez tendría que haber sido fuerte para él y ayudarlo pero no podía, me desbastaba verlo así. Nunca entendí el daño que podía una adicción a una persona hasta ese día... Y solo era el inicio.

-¿Emma? -me miro a través de las lágrimas. Yo me saque las mías para que no me viera, aunque creo que fue demasiado tarde.

-¿Si?.

-No lo voy a poder lograr -susurro.

Me quede callada, no sabia que decirle, no encontraba palabras y sentía que si abría la boca el nudo de mi estomago subiría a mi garganta. Él alargo su mano hasta sacar las lagrimas que caía por mi mejilla.

Nos quedamos viéndonos a los ojos, ambos llenos de lágrimas pero los míos seguramente reflejaban tristeza, sin embargo los de él había algo que no me gusto; resignación.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora