22

42 6 0
                                    


-¿Y a que hora vuelves? -Derek se apoyó en el sillón mientras veía como buscaba mis cosas y la ponía en mi bolso.

-No lo se, antes que atardezca seguro.

-¿No quieres que te lleve?.

-No gracias cariño, voy a estar bien solo voy a lo de Lana, no quiero molestar tu domingo.

-Nunca me molestarías, todo lo contrario -se acerque hacia mi y me abraza por detrás- Sabes que si se trata de ti haría lo que fuera- me besa.

-Te amo -le sonreí enamorada - volveré y estaremos toda la noche para nosotros -le bese de nuevo.

-Esa idea me gusta. Salúdame a Lana de mi parte.

-Claro. Adiós.

Se subí a mi auto pero no doble en la esquina hacia la casa de mi amiga Lana, si no que seguí derecho seguía el camino hasta la casa de Noah, porque si, lo vería a él.

Para ser franca no hablaba con Lana desde hace meses, incluso antes de comenzar a trabajar, sin embargo si decía cualquier otro nombre de amigas no era creíble ya que no tenía muchas; solo Sara, que seguiría ocupada limpiando su casa después del día anterior, y  Zara, que era una amiga que me hice cuando fui al gimnasio durante el primer año que fui a vivir allí pero siempre estaba de viaje por el trabajo y su marido también era amigo de Derek y podría decirle que no se encontraba en su casa, y luego estaba Lana, separada su marido ni si quiera conocía a Derek, era amiga de Sara que un día se hizo amiga mía, y una perfecta excusa.

No le quería mentir a Derek, ya suficiente tenia en mi conciencia por mentirle por mi trabajo, pero no le podía decir en ese momento lo que pasaba así como tampoco podía dejar de pensar en Noah, y luego del almuerzo ni si quiera lo pensé. Necesitaba verlo. Spencer solo respondió uno de los diez mensajes que le había enviado la noche anterior cuando cortamos y tres ese día, en su mensaje solo se leía “todo bien”, pero eso no me tranquilizaba en nada, necesitaba más información de su estado.

Conduci hasta su casa y cuando baje estaba nerviosa, seguramente iba a ser un poco raro verme allí ese día y no sabia como argumentar mi presencia, pero en ese momento tenia una laguna mental que no podía pensar nada con claridad. Además me lamente no haber pensando eso antes, como cuando estaba manejando o me vestía para venir, porque allí, mientras estaba parada adelante de la puerta de su casa mientras la tocaba no ayudaba a mi fluidez mental.

La puerta se abrió revelándome con Mia que me invito a pasar. Adentro estaba Rebeka vestida muy elegante al igual que Spencer...y Noah. Mis ojos lo recorrieron de forma tan rápida que me sorprendió, estaba igual físicamente que cuando lo deje el viernes, aunque ahora tenía una camisa blanca y pantalones de vestir. Se veía guapo y bien...estaba bien.
Large un suspiro de alivio sin que se notara.
Estaba bien. Estaba bien.
Me repetí una y otra vez.
Bueno, tan bien como podía, no bien como antes, pero estaba entero y viéndome.
Me sentí feliz por un minuto.
-Emma hola ¿que haces aquí? -Rebeka se acerco a mi y note confusión en su rostro. Debí pensar algo en el auto.

-Ah, yo -comencé a balbucear-venia a ver a Noah.

-Oh, pero es tu día libre cariño -sonrío deberías estar descansando.

-Si pero...como estaba un poco enfermo me preocupaba, además Spencer me dijo que podía venir a verlo -mire nerviosa a Spencer y ella ante mis palabras abrió los ojos como plato sin saber que decir. Cuando Rebeka volteo a mirar a su hija articule un "perdón", era lo primero que se me ocurrió.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora