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La cena fue incomoda, aunque ni tan incomoda como cuando tenía dieciséis y con mis padres fuimos a cenar con unos amigos de ellos y me obligaron a bailar con uno de sus hijos, el chico no debajo de escupirme por los breaquets que tenía y luego me vomito en los zapatos por que algo que había comido le cayó mal. Bueno en realidad esa cena no fue incomoda si no asquerosa y horrorosa.

En cambio la que tuve en la casa de los Taylor fue...si bueno incomoda, aunque por suerte solo yo lo percibí. Noah no me dirigió la palabra en toda la noche y se notaba que algo le molestaba, estuvo silencio durante toda la cena. Spencer hablaba de vez en cuando y hacía gestos de aburrimiento otras veces pero fuera de lo común en ella. El padre de Noah era agradable, tuve la oportunidad de conocerlo mejor, no hablaba mucho tampoco pero era lo justo y lo necesario, era un buen hombre. En ese tiempo su relación con Noah era algo tirante, estaba mejor que antes pero se notaba algo tenso; no se dirigían la palabra en ningún momento, aunque Noah estaba más a la defensiva que él. Ni si quiera la miraba, Christian, su padre a veces le dice "come mas" "deja de jugar con la comida", pero no hubo más interacción que esa entre ellos.
Rebeka era el hilo conductor de la noche, era ella la que se dedicaba a que la cena no esté en silencio en ningún momento.

Por suerte para mi no se volvió a hablar de Derek en toda la noche o a insinuar que yo tenía alguien esperándome esperándome casa. Me preguntaron cosas sobre mi; de mis padres, donde nací, sobre la escuela, si tenía hermanos. No me parecía un interrogatorio, simplemente una conversación  normal. Luego comenzamos a hablar de otras cosas irrelevantes hasta que decidí irme. Noah se fue mucho antes, ni siquiera comió el postró cuando se paró y subió las escaleras. Sus padres creyeron que era un comportamiento normal pero Spencer lo siguió con la mirada para luego darme una fugaz a mi.

Noah no me hablo el dia siguiente, de hecho me evitaba. No quería comparar tu actitud con la de un niño pero se parecía, no dejaba que me acercara a él ni cruzaba más de 2 palabras, se escabullida y se encerraba en la biblioteca pintando en un lienzo. El segundo dia fue lo mismo, hasta que el tercero me canse, incluso me enoje por su comportamiento. ¿Por que no podíamos hablar como dos personas normales?,  entendía su punto, no iba a reprocharle nada, simplemente quería hablar. 

No me gustaba lo que había pasado. 

-¿Entonces problemas en el paraíso?-me pregunto Spencer, estaba acostada en la reposera a un lado de la pileta, leyendo un libro. Yo me deje caer a su lado cansada. 

-¿Tanto se nota?.

-Bueno, tu pareces un fantasma revoloteando a su alrededor y el acuchilla a las personas con la mirada.

-Carajo- me queje. 

-Si, carajo. ¿Que paso?.

- La realidad, creo.-no le queria hablar de nuestros problemas, sabia que Spencer aun trataba asimilar lo que pasaba entre nosotros. Pero de todas formas nunca me gusto contar a personas externas los problemas que tenía con alguien. Me gustaba resolverlo sola y exclusivamente con esa persona. Solo a nosotros nos competía el tema. 

-Deberían hablar. Como dos adultos. Solucionar las cosas.

-¿Y crees que no lo he intentado?-le pregunté cansada.

-Intenta con más fuerza. 

-Antes no estabas muy contenta por lo nuestro y ahora me ayudas-le dije al ver su cambio repentino de actitud-  Perdon pero me sorprende. Pensé que no me querías para tu hermano.

-No es que no te quiera, solo pienso que es muy deprisa aun, con todo lo que pasó Noah. Pero mira, ustedes se quieren ¿no?.

-Yo lo quiero, si-dije con lo seguridad.

NoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora