Capítulo 7: Sra. Rough

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Cuando llegamos al Aeropuerto Internacional de Miami, un arsenal de reporteros estaban esperándonos

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Cuando llegamos al Aeropuerto Internacional de Miami, un arsenal de reporteros estaban esperándonos. Mi madre salió primero con mi padre tomados de la mano, seguidos de los Mounsmiths con sus respectivas parejas. Mía salió sola y detrás de ella, Hope y yo. Nada de agarrarse las manos, obviamente. Chase vino con nosotros. Las amigas de Chase no estaban por ninguna parte y eso me tenía sin cuidado. Creo que su vuelo ni siquiera estuvo con el de nosotros.

Tenía mi maleta y la de Hope. Llegamos al auto en el que nos trasladaríamos y junto al chofer, las monté para luego subirme yo. Le di la mano. Era uno de los de confianza de mi padre.

—¿Qué tal el viaje, muchacho?— asentí.

—Muy bien, sir— bromeé. —Debería pedirle unas vacaciones a mi padre. Hay unas playas que son preciosas, en el Caribe.

—Pues sí, tendré que hacerlo. Así volveré tan bronceado como ustedes— todos rieron.

Encendí mi celular. Lo había apagado todo el vuelo para no tener que complicarme con cosas del trabajo. Leí algunos correos por orden de importancia y los updates de mis pacientes por parte de sus madres. Por ahí todo bien.

—¿Cuándo sale el de regreso vuelo a New York?— preguntó Chase. Levanté los hombros.

—No lo sé. ¿Te quedarás con los demás?— asintió. Algunos se quedarían con mi familia el resto de la semana. Es posible que incluso pasaran Año Nuevo juntos. Yo no podía. Tenía operaciones importantes que no podía seguir posponiendo.

—Pues habría que preguntar. Yo me iré hoy en un rato. No puedo quedarme más tiempo. Lo más seguro es que se regresen los primeros días del año. ¿Sabes si Tobías tiene pautas, Hope?— volteé hacia atrás para mirarla. Yo iba de copiloto.

Negó con la cabeza.

—No tengo ni idea. Yo dejé varios programas grabados y editados antes de irnos de viaje, por lo que yo no tendría por qué regresar tan pronto, pero desconozco la situación de los demás. Lo más seguro es que también regrese en unos días.

Hice un sonido de meditación.

—La única forma de que sepas es preguntando— sonrieron.

Obviamente Hope iba a regresar a New York pronto. Alguna excusa iba a inventar y mi madre y Anna iban a ayudar en eso.

Con Jacob como gerente y mi padre aquí, no debería haber ninguna razón para que no se quedaran hasta Año Nuevo, pero las cosas habían cambiado un poco.

—Dejaremos sus cosas, comeré algo y de vuelta al avión— les dije. Me daba un poco de pesar no quedarme, pero mi trabajo era demandante. Ya estaba acostumbrado a no sentir apego a las fechas importantes.

Llegamos a la casa grande y bajé la maleta de Hope. Mi padre y los demás patriarcas estaban en las mismas. La casa de los Rough en Miami era lo suficientemente grande como para abarcar a tres familias completas. Estarían muy cómodos aquí. Siempre lo estábamos cuando nos encontrábamos juntos.

DOS DE AZÚCAR, POR FAVOR  (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora