Hoy (21 de septiembre) es mi cumpleaños, por eso quise darles un pequeño regalo.
Lo único que pido a cambio como regalo de cumpleaños es que lo compartan donde quieran, etiquetándome ❤️ en TikTok, en Instagram o en Twitter tienen mi usuario. ¡Los espero!
Disfruten ❤️
Hope Elizabeth Rough
Camilo no había salido de la habitación desde que habíamos llegado ese día. Había comido al final, sí, pero poco más. Se sentía feo verlo así, sin su seguridad, sin que le brillaran los ojos.
Lo habían llamado por un nombre que nunca quieres que utilicen contigo. Lo habían llamado asesino cuando lo único que hacía era salvar vidas. Lo habían llamado una atrocidad cuando su único propósito era hacer el bien y todo esto me superaba. Por algún motivo sentía que nos superaba a ambos.
Camilo no sabía responderme, o siquiera manejar sus propios sentimientos cuando el mundo se volcaba sobre él.
—¿Vas a comer?— Toqué la puerta de nuestra habitación. —La familia organizó una reunión para hoy en la tarde, amor. ¿Quieres comer aquí o allá?
Miré su cuerpo tendido boca abajo sobre la cama, sus brazos cruzados sirviendo de soporte para su rostro que se encontraba encerrado entre ellos. Subió la cabeza para mirar de costado en mi dirección y así poder responderme.
—No lo recordaba.
Asentí.
—Lo imaginé. ¿Comerás aquí o allá?
Volvió a enterrar su cabeza entre sus brazos. —¿Y si no voy?
Fruncí el ceño.
—¿Cómo que si no vas? ¿No quieres ir, Camilo?— le pregunté. Negó con la cabeza.
—Honestamente, no.
—Yo iré— justifiqué.
Asintió. —Por mí está bien. No tienes que quedarte solo porque me quede yo. Anda, yo veré qué como.
—No deberías quedarte, Camilo— dije insistiendo.
—Sí, Hope, no debería. Pero quiero hacerlo. ¿Puedes aceptar eso?
Puse las manos en mi cintura. Traté de disimular que sus palabras y la forma en la que las decía no me afectaba.
—No tienes que ser rudo conmigo, estoy tratando de razonar contigo. Lo mejor es que no te quedes. Son tu familia, son tu apoyo. Déjate ayudar.
—No estamos razonando porque no entiendes mis deseos de quedarme. Deberías ponerte en mi lugar.
—Pero es que no has salido de "ese lugar" en varios días, Camilo. Entiéndeme tú.
Suspiró fuerte.
—Me voy a quedar, Hope.
—Vale— cerré la puerta de un golpe sordo y me fui a alistar.
Molesta e increíblemente triste, texteé a Mía. No iba a quedarme aquí sola. Porque eso era lo que iba a pasar si decidía no ir a la reunión familiar. Me iba a quedar sola. Eso era quedarse con Camilo en este momento.
Me molestaba su falta de razonamiento, ese encierro desmedido al que se sometía y del que no se daba cuenta. Su actitud cerrada había empeorado de una manera en la que a mí empezó a molestarme. Se suponía que, igual que él lo es para mí, yo era su puerto seguro, y no lo estaba demostrando. Se aislaba y me dejaba de lado.
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DOS DE AZÚCAR, POR FAVOR (COMPLETA)
RomansaCamilo Rough se había convertido en un médico de renombre, dejando -si se podía- el apellido más famoso de Estados Unidos en un nivel mucho más alto. Tenía todo lo que un Rough posee por excelencia: El buen físico, la inteligencia y, por sobre todo...