Lejos De Nuestra Constelación

Prólogo

"Enamorarse es solo un privilegio que le es otorgado a alguien que este dispuesto a sacrificar algo".

Una frase que no se entiende a la primera. Una frase que te marca cada centímetro de piel. Si tienes suerte tu sacrificio será poco y tu recompensa será amor finito. Pero si tienes mi suerte solo llevaras un corazón en constante destrucción, pulverizado en cada átomo.

Los golpes que la vida me hiba dando, cada vez eran más fuertes. Todo mi imperio empezó a caer apenas Mariana, mi mejor amiga me dijo que se hiba a estudiar a otra ciudad y desde ese momento todo fue en picada.

Cada maldito día caía abruptamente en la realidad y no sabía si alguien esperaba por mí abajo, para rescatarme de no darme el golpe tan fuerte. Pero el destinó juega bien sus cartas y sabía que nadie me sostendrá al final de la caída.

No pude salvarme, conocí a muchas personas en mi tragedia de vida, tuve mi primer amor que fue decepcionante. Pero mi segundo amor... Ella era agua en desierto. Sacrificaria todo por ella, incluso si eso me destruye. Compartimos sueños. Incluso las noches obscuras a su lado en mi imaginación parecían amaneceres románticos. Su punto de vista sobre las constelaciones era fascinante, trágicos y con una fina capa de esperanza amorosa, que estaba dispuesta a darle.

Me mostró su tesoro más preciado. Un telescopio compuesto de recuerdos y esperanza. Cada noche observamos el cielo estrellado. Ella contándome cada detalle o quizá inventando todo. No lo se, no me importaba si era mentira.

Orion. Lugar donde ocurre la magia. Testigo de todos los deseos nunca contados en la historia de nuestra vida. Fiel confidente de aquellos besos bajo su manto.

Rigel. La estrella más brillante que podemos observar desde la tierra. Apodo que ella portaba.

Prometimos tantas cosas. Aprendimos tanto. Pero a veces las simples estrellas no cumplen deseos.

Me destrozó.

Destrozó lo más preciado que tenía. Desprecio mi corazón y lo pisoteo a su antojo.

A todo aquello, decidí llamarle Alma Gemela. Tenía seguro que no volvería a amar a alguien cómo lo hize con ella. Pero la vida se encargó de nuevo, de darme esperanzas.

Él fue la esperanza más pura que la vida pudo darme. Los dos completamente destruidos creamos un nuevo corazón con los pocos pedazos del otro. De alguna forma nos sanabamos y lo llegue a amar... Casi como lo hice con ella.

Cuando pensé que todo era mejor. Llegó mi prueba final. Arrasando con cada parte de mi mente y  alma, me dejó sin defensa alguna y fue lo único que faltaba para que cayera y no me levantara.

El no fue la solución.

Tal vez el es mi Alma Gemela.

¿Y el amor de mi vida?.

Lo que me destruyó alguna vez, volvió y está vez juro que me amaba. Irónico, por que ahora yo era el problema y no ella.

Y sí, la frase del inicio tiene gran significado, sacrifique cada uno de mis sentimientos y eso me dejó solo algunas cartas, un corazón echo polvo, un cigarrillo, flores por llevar y una espera por alguien que en verdad me amara.

Ella bajaba de un avión como la primera vez y yo sosteniendo la mano de él con dos pasajes de avión.

Era ella. Rigel.

Todo lo guardo en mi memoria con cariño.

~dinvar

No es la mejor historia, pero al menos sirve para salir de la realidad por un breve tiempo.

Advertencia, hay cursilerias que hasta a mi me dan cáncer de ojo. Lo lamento por eso.

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Actualizo esto mientras escribo los dos últimos capítulos de esta historia.

Gracias.