Escandalizada por su belleza

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4:36 am

Solo pude dormir dos horas, no podía conciliar el sueño, me sentía frustrada y no dejaba de morderme las uñas, el día había llegado, miles de sensaciones pasaban por mi cuerpo, quedamos que a las siete nos juntaríamos para arreglar todo, su vuelo sale a las nueve de la mañana, solo era cuestión de horas para ver partir a mi mejor amiga con el amor de su vida. Trato de conciliar el sueño otra vez, aunque sea por dos horas más, recuerdo que cuando era una niña mi mama me ponía una canción para que pudiera dormir más rápido, desbloqueo mi celular y busco Wieghtless , sinceramente extraño a mi mama ya que ella está en estos momentos recorriendo el mundo junto con su esposo Saúl, lo cual me hace feliz que ella haya encontrado al amor de su vida, pero también me hubiera gustado que lo volvieran a intentar ella y mi papa, pero es su relación y si no se sentían bien como pareja, lo tendría que entender, por lo menos estuvieron destinados a ser su alma gemela. Mientras que mi papá, el no a encontrado al amor de su vida, se que se arrepiente de haber perdido a mamá, pero fue su error, el cual recordará toda su vida.

Mientras la canción y mis pensamientos se mezclaban en uno solo sentía como cada vez mis ojos se cerraban, no sé en qué momento pero me dormí.

6:40 am

Estúpida alarma, ni un domingo me deja descansar, cojo una almohada y la pongo en mi rostro, de pronto vuelvo a la realidad y me acuerdo el porque puse la alarma, salté de mi cama un poco aturdida por la luz y miró a Mariana la cual sigue durmiendo.

— Despierta. — Digo aventándole la almohada en su rostro, ella se levanta de golpe y asustada.

— Que te pasa idiota. — Mariana odia que la despierte de forma brusca, pero no había tiempo para seguir peleando.

— Me pasa que tenemos cosas que arreglar para tu vuelo y tu no te has levantado.— Al momento que dije vuelo Mariana se levantó de un salto.

— Dennis me va a matar. — Dijo empezando a buscar algo que ponerse, me daba risa porque todavía había tiempo, pero en algo tenía razón, Dennis era de las personas que odia que alguien llegue tarde.

— Tranquila todavía tenemos suficiente tiempo, hay que empezar a empacar.— Ella solo asintió y nos pusimos a hacer sus maletas, pusimos música para aligerar toda la tensión, cuando todo estuvo listo y faltaba solo una hora nos dirigimos a la salida del colegio.

Cuando cerré la habitación con Mariana a mi lado vi como se le escapó un lagrima, los chico ya estaban esperándonos afuera de la habitación, caminamos por los pasillos recordando todo lo que habíamos vivido juntos, las risas, los chistes malos, las caídas, era un sin fin de recuerdos en este lugar, cuando por fin llegamos a la salida ella dijo algo que hizo que se formara un nudo en mi garganta.

— Tantos recuerdos en este lugar, aquí me hice novia de Dennis, aquí despertaba todo los días a Calle con un grito, aquí creció mucho más nuestra amistad, aquí hicimos locuras. — Cuando ella dijo eso todos empezamos a soltar lágrimas y nos fundimos en un abrazo.

Después de soltarnos del abrazo nos dirigimos a los coches rumbo al aeropuerto, el silencio inundaba todos los rincones, cada uno estaba sumido en sus pensamientos, pasaron veinte minutos y llegamos a el lugar donde diríamos hasta luego a dos grandes amigos.

Cuando entramos al aeropuerto nadie decía nada, pasaron alrededor de veinte minutos cuando anunciaron su vuelo para que pudieran abordar.

— Vendremos a visitarlos todos los fines de semana, lo prometemos. — Dijo Dennis despidiéndose con un brazo ya que Mariana no podía articular palabras.

Por último Mariana me abrazo a mi.

— Cuídate. — Le dije conteniendo las lágrimas.

— Tu también, te extrañare Calle, también tengo que decirte que el próximo domingo vendrá la chica y quiero que la esperes, su vuelo llega a las ocho de la mañana así que por favor llega temprano. — Solo asentí y nos regalamos un abrazo largo antes de que se pierdan entre la multitud. Cuando nos separamos Mariana se abrazó al torso de Dennis, les dijimos que tuvieran un buen vuelo y se fueron a abordar, sabíamos que regresarían en vacaciones como lo prometieron, pero el sentimiento era de tristeza, ya nos habíamos acostumbrado a su presencia por años.

Todos nos montamos a nuestros coches, ellos ya se habían marchado, nadie decía nada y no hacia falta, cuando llegamos al colegio cada uno se fue a su habitación, llegue a mi habitación y me invadió la tristeza, la extrañaría, solo queda esperar una semana para que tenga nueva compañera de cuarto.

La semana transcurrió normal pero con rastro de tristeza, Sebastián, Benjamín y Laura se encargaron de motivarnos a salir, Mariana y Dennis llamaban todos los días para saber como estábamos, sin duda nos hacían falta. Las cosas con Esteban iban mejorando, creo que de verdad estaba cambiando y eso me llenaba de ilusión, aunque deba admitir que había días donde seguía siendo un patán. La noches fueron muy duras, casi no podía dormir, tenia miedo a la oscuridad así que me espantaba fácilmente, pero me daba más miedo que ya se acercaban los días de lluvia, por lo tanto habían truenos, debo admitir que cuando hay truenos me da el triple de miedo y más si estoy sola.

Domingo 7:30

Como odio la alarma, ya van tres veces que la retraso, aparte es un jodido domingo.

Joder

Recuerdo que el día de hoy llega la chica, como se me pudo haber pasado, Mariana me lo estaba recordando toda la semana, pero como siempre se me olvidan las cosas, me va a matar. Solo queda media hora para recogerla y de aquí al aeropuerto son veinte minutos, solo esperaba que no hubiera tráfico.

Rápidamente me dirigí al baño para darme una ducha exprés, cuando salí ya arreglada quedaban veinte minutos, rápidamente corrí a la salida de mi dormitorio, pero recordé ¿Cómo jodidos me iba a reconocer?, tendría que aplicar lo que pasa en las películas, así que tome un Sharpie negro y una hoja blanca. Rápidamente tome las llaves de mi coche que por suerte estaba estacionado afuera, sin esperar mas me subí en este y empecé a manejar, solo quedaban quince minutos para que aterrizara y yo no iba ni la mitad del camino, me salte un semáforo, si no me mataba conduciendo sabia que Mariana lo haría, era capaz de tomar un vuelo y venir a reclamarme, faltaban cinco minutos para que aterrizara y yo solo rezaba por que ese haya retrasado su vuelo o lo que sea.

Cuando llegué al aeropuerto llevaba cinco minutos de retraso, en el camino escribí en la hoja María José Garzón, me dirigí rápidamente al lugar donde se supone que la tenía que esperar pero ya no hay casi nadie, empiezo a dar vueltas con la hoja para que las personas la vieran, parecía una idiota, pero ella no se aparecía, al parecer se canso de esperarme, como se me podía haber olvidado, esta sumergida en mis pensamientos hasta que sentí que alguien me tocó mi hombro, voltee.

— Ammmm hola yo soy María José Garzón. — Dijo señalando la hoja con letra ilegible que yo sostenía. Quede escandalizada por su belleza, era bajita, con un color de piel canela, pelo lacio color negro con dos mechones rubios a sus lados, y lo que mas llamo mi atención fueron sus ojos, nunca en mi vida había visto unos ojos tan bonitos como los de ella, el color no lo podía descifrar, era una mezcla de marrón con verde, eran hipnotizantes, casi que podía ver su alma, la seguí observando y en ese momento pude ver la curvatura de su sonrisa, sentí que me arrebato el aliento y el alma, ¿Cómo podía eso ser posible? apenas la acabo de conocer, aleje esos pensamientos, de seguro en estos momento parecería una idita mirándola, al parecer la chica también me estaba examinando con su mirada por que se veía perdida en sus pensamientos, sentí como mis mejillas se calentaron por su mirada sobre mi.

— Que bonitos ojos. — Fue lo que salió de mi boca sin pensarlo, ella dirigió su mirada a mis ojos y un leve sonrojo cubrió sus mejillas mientras se intensificaba más .

— Gracias.— Dijo tratando de ocultar su sonrojo y mirando al suelo, rápidamente caí en cuenta de lo que le dije y me sentía demasiado idiota, mis mejillas se cubrieron más de ese tono rojizo.

— Mi nombre es Daniela Calle. — Dije rápidamente para cambiar de tema, le extendí mi mano y ella levantó su vista, dudo un poco y extendió su mano para tomar la mía. Cuando nuestras manos chocaron sentí un leve cosquilleo en mi estómago, (el primero de muchos).





~dinvar

Lejos De Nuestra ConstelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora