Amanecer Finito

137 17 2
                                    


El ruido del viento se escuchaba a lo lejos, mi cuerpo sentía un poco de frío.

Poco a poco me fui incorporando y me di cuenta que no estaba en mi cuarto, entonces las imágenes del día de ayer me golpearon.

Rigel.

Me levanté rápidamente al no sentir su cuerpo y por instinto levanté las mantas y busqué por todos lados, como si el lugar fuera muy grande o ella bastante pequeña. Salí de la tienda de acampar y no estaba afuera, mi cuerpo empezó a sentir adrenalina.

Mierda, Mierda.

¿Y si le paso algo?. Mi cuerpo se empezó a llenar de angustia, sin importarme el frío que hacía me dirigí montaña abajo, en un descuido tropecé con una piedra y mi cara se estampo contra la tierra.

Vaya suerte la mía. Sin importarme mucho seguí mi camino.

Con mucha suerte encontré mi coche y me subí en él, tome una sudadera de repuesto y me la coloque, arranque rápidamente a mi departamento para ver si estaba ahí.

El camino se me hacia eterno, parecía una tortura estar estancada en el no saber donde estaba mi chica. Si algo le pasaba, joder yo no podría seguir.

Manejaba como loca por las calles, mis nervios me había pisar mas fuerte el acelerado y pude jurar que me había pasado dos semáforos en rojo.

Cuando al fin llegue a mi departamento observe que un taxi estaba aparcado frente a este y el taxista está subiendo unas maletas a la parte trasera, lo ignoré por un momento y bajé del auto a toda velocidad, pero me quedé paralizada en la puerta... el destino queriéndose burlar de mi.

Como el vidrio del taxi estaba transparente reconocí esa silueta, o tal vez lo imaginé.

Pero que mierda.

El taxi arrancó partiendo a no se donde.

Con la esperanza de que no fuera ella, me dirigí rápidamente al interior del apartamento, busque el elevador pero al parecer alguien lo estaba ocupando, sin pensarlo rápidamente tome el camino de las escaleras, eran muchas pero joder no podía esperar, sentía como mi corazón bombeaba a gran velocidad, a tal punto que temía que se saliera.

Cuando al fin llegué a mi piso estaba jadeante y sudorosa, pero no me importó, abrí la puerta de mi departamento y estaba solo Mariana y Nicholas. Ellos me miraron con sorpresa.

Mariana tenía los ojos rojos e hinchados. Fruncí el ceño porque se veía afectada.

Se que sonara mal, pero sin importarme mucho me dirigí a mi cuarto donde las cosas estaban desacomodadas, sentí como el alma se iba de mi cuerpo al pensar en su abandono, con miedo abrí mi armario.

Su ropa no se encontraba y lo que más me dolió y dejó todo en claro fue... su telescopio.

No estaba.

Empezaba a ver las cosas borrosas debido a mis lágrimas, salí del cuarto con el corazón destrozado.

Al salir Mariana me miraba con lágrimas en los ojos y Nicholas quería parecer normal pero le temblaba la mandíbula.

- Dime que no... - mi voz temblaba. - por favor di que no. - suplique hincándome en el piso.

Mariana se acercó a donde estaba y se agacho a mi altura.

No podía contener mis lágrimas, esto de verdad ardía.

- Daniela, ella tomó una decisión. - susurro con cautela.

Lejos De Nuestra ConstelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora