• 1 2 • Hola de Nuevo

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Jules

Se quedó de espaldas a mi. Pero, veía su espalda larga, esbelta y la camiseta oscura que llevaba puesta.

Era el vivo retrato de un príncipe desolado.

Me enderecé desde la puerta de mi casa, con una manta utilizada como un abrigo. Tenía los ojos hinchados por el insomnio probablemente, y por llorar.

Era tarde ya, pero cuando estaba a punto de acostarme me pareció escuchar voces afuera. Fue ahí cuando lo vi. Los vi, a Shane y Evan sentados frente a mi casa. Solo pude escuchar una parte de la conversación antes de abrir la puerta y ver a Shane entrar.

Esperé un momento, porque no quería forzar a Evan. ¿Qué haces aquí si no quieres entrar, mi poeta oscuro?

De pronto mi móvil vibró en mi bolsillo.

Shane
Evan está bien, no te preocupes. Asómate por la ventana.

De pronto, sentí unos ojos mirándome. Levanté la vista al otro lado de la calle, y lo vi. En el primer piso, dando a su cocina, a pesar de que las luces estaban apagadas, vi a Shane.

Me estaba mirando fijamente, y yo tragué en seco de repente. No esperaba esto, pero alcé mi mano, en un tímido intento de saludarlo. Además, modulé un Gracias con mis labios.

Él simplemente asintió, y me sonrió. Vi como dejaba un objeto encima de su mesa. Probablemente su teléfono, y se daba la vuelta. Pero cuando pensé que se iría, no lo hizo.
Se giró un poco, pero luego pareció sacudir la cabeza antes de envolverse en la oscuridad.

Tragué hondo, sin saber por qué me había afectado tanto este pequeño intercambio. Seguramente debía ser por escuchar parte de su conversación, se sentía personal y como algo que no debería haber escuchado.

Algo dentro de mi siempre va a latir por esa chica.

Luego, vi de nuevo a Evan. Por un largo tiempo. Hasta que entendí que no planeaba irse, solo estaba sentado en frente de mi casa. Observando a la nada, y con las manos cruzadas.

Decidí acercarme.

—¿Evan?

Se levantó de inmediato, pero seguía dándome la espalda. Como si se negara a enfrentarme.

Me imaginaba lo que estaba pensando. Irse.

—Evan, no quiero discutir. Pero... por favor no te quedes afuera. Si no quieres verme lo entiendo... —dije, torpe. Con un nudo en la garganta— Te dejaré la puerta abierta, puedes dormir en casa, puedes venir... siempre que quieras. —mi garganta se cortó, y tomé mis brazos— No me gustaría que manejes a esta hora.

Me di la vuelta y como prometí, dejé la puerta entreabierta. Sin antes dar un último vistazo a Evan, dando un profundo suspiro. Tenía la sensación de que desaparecería y no lo volvería a ver más.

Era como si todo estuviera repitiéndose.

Me sentía como al comienzo de nuestra relación, insegura, y con el constante presentimiento de que no importaba lo que hiciera. No podría evitar que algo sucediera.





Me fui a la cocina, otro te que me haría. La misma historia de siempre y la cura para mi insomnio.

Mierda, en la sala habían unas dos bolsas de Ruffles abiertas. Una estaba vacía y en el suelo.

Cerré mis ojos cuando escuché la puerta tocar la cerradura, despacio. Luché con la necesidad de ir hasta la sala y rogar porque me perdonara y olvidara todo lo que había dicho. Volver a donde estábamos antes de que yo arruinara las cosas con mis dudas, antes de herirlo y herirme a mi en el proceso. Pero..., no podía hacernos eso. Algo estaba mal, y me había estado negando eso, evitando pensarlo.

My Wattpad Love "Growing Up" (Finales Alternativos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora