• 2 • De cabeza a un baño

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Mi cabeza duele.

Como el infierno.

No... es más apropiado decir, como un martillo.

—Ahhhhg—hice una mueca con las sábanas en mi cara.

¿Qué hora...?

La verdad no estaba pensando en la hora, ni en nada en particular. Con la almohada en mi mejilla y mis babas en la cama, estaba en ese trance en el que pasamos todos cuando hemos bebido demás, o nos hemos acostado endemoniadamente tarde.

En donde piensas una cosa en un segundo y se te olvida al siguiente. Porque estás soñando. Te despiertas y quieres seguir aferrándote a la escena que está ocurriendo en tu cabeza.

Dando vueltas, como cuando eras pequeño y no lograbas sacarte de la mente que tu mejor amiga o amigo, —esa de las pulseras de la amistad— te había traicionado, porque de repente un día solo no te hablaba más.

Las pulseras malditas. Si tenía un hijo o hija juraba que el mayor consejo que le daría sería que nunca comprara una si no quería echar de su vida al saco de mocos.

Podían ser tonterías, que se sentían muy importantes para nosotros. Por el momento, por nuestra situación. O simplemente era porque no sabíamos nada sobre el futuro.

—Crees en las personas —me señaló y sonrió.

Lo miré sin entender. —Siempre desconfío de las personas —alegué, casi riéndome en su cara por lo ridícula que era esa frase.

Los ojos avellana de Shane me miraron— No, Jules. Verás, eres juzgona. Críticas mucho —se señaló— Por si no estuviese claro, yo estoy como ejemplo. —levantó sus labios mirando a la sala. Tenía una sonrisa desenfadada. Ambos observamos el lugar lleno nuestro preciado círculo de idiotas personales. Sus dedos apuntaban a Nadia riendo con Laura. No parecía ser intencional el gesto, sólo observaba. La expresión se veía serena y tranquila, con las mejillas llenas de un leve rubor rojo que contrastaba con los mechones rubios de su cabello. El verano había dejado huella, dejando en su piel la sombra de un bronceado bien tonificado. La línea de su mandíbula bien encajada. Vi los músculos tensarse— Pero crees en ellas —terminó finalmente— A pesar de sus metidas de pata, ... eres capaz de ver el potencial. Deberías darte un poco de crédito.

Bufé, rodando los ojos.

—Suena como una característica más... heroica de lo que realmente es.

—Algo está pasando por esa cabeza tuya, ¿no es así? —se giró levemente.

Quedamos apoyados en el barandal. Era de noche, y sentía la brisa del jardín. Los árboles moverse y sus hojas comenzar a caer, dando a entrever que pronto comenzaría el otoño. Jason estaba jugando con sus piernas, sentado en una esquina del patio y haciendo burbujas con su boca. Era tan niño que lo único que me producía era ese sentimiento de querer golpearle y abrazarlo. Estaba... tan ebrio.

Yo misma me sentía un poco contenta si era sincera. Llevaba un buen rato en la fiesta pre-celebración del éxito de mi mejor amiga.

Me sentía, no sabía cómo me sentía. Diría, "feliz", porque en verdad lo estaba. Logros de tus amigos era igual a estar de la misma... o más emocionado que ellos. Una fórmula importante he de decir, que siempre, siempre tiene que cumplirse. Si no, no eras uno real.

Pero de alguna manera, tenía una extraña sensación de nostalgia que no sabía de dónde venía. Tal vez porque Evan tenía que irse cuando recibió la llamada de su trabajo. Algo relacionado con un adelanto en las fechas de entrega de unos planes de estudio.

My Wattpad Love "Growing Up" (Finales Alternativos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora