My Wattpad Love "Growing Up" (Finales Alternativos)

Epílogo

Esto sigue con el epílogo del libro original. Desde la perspectiva de Shane y agregando cosas.

Hay una canción en los archivos de arriba y la imagen me encanta 🧡 Espero que lo disfruten tanto como yo escribirlo.

Cuando me acercaba al porche vi a Jules. Sentada en las escaleras de la casa en frente de la playa. Mirando las olas con una copa de vino en su mano, se veía como siempre. Su cara estaba más madura eso sí, menos redonda de la adolescencia. Le sentaban bien los años, tenía un aura dulce y atrapante como siempre.

Ya nos habíamos visto a lo largo de estos años. Pocas veces. Pero lo habíamos hecho.

Me dirigí hacia la entrada, metiendo las llaves de mi coche en los pantalones shorts que llevaba puestos.

Jules me miró, dándose cuenta de que estaba ahí.

Un escalofrío me recorrió el vientre. Había estado bebiendo y sus ojos me miraban con ese mismo brillo extraño. Azules y curiosos.

—Ah, hola, Jules —saludé.

Sonaba un poco distante e incómodo el saludo. No era con intención. Tal vez era porque no éramos de tratarnos así antes.

Un breve fantasma de la palabra minion se atragantó en el aire.

Subí por las escaleras.

—Hola —su mano se levantó.

Su voz sonaba susurrada y un poco lenta confirmándome que estaba bebiendo desde antes. No mucho, pero era tierno verla beber. Gracioso incluso.

Me detuve unos segundos ante el pensamiento de verla sola aquí antes de entrar a la casa. Se escuchaban voces de fondo y gritos, además de algunas carcajadas.

—¿Qué estás haciendo aquí? —alcé una ceja— ¿Demasiado vino de nuevo?

Sonrió —Mis oídos van a explotar —llevó sus manos a sus oídos.

Me reí —Sigo sin comprender por qué tus oídos se ponen calientes.

—Yo tampoco —negó con la cabeza incrédula mientras mirada al mar. Susurrando de nuevo.

Miré su cara de nuevo, sus manos en la copa de vino. Llevaba una blusa roja y unos pantalones cortos, tenía un leve bronceado. Luego me fijé en el mar también y asentí.

—Es una gran vista —dije, sosteniendo una barandilla que se encontraba a mi lado.

Sentía los ojos de Jules sobre mi mientras pensaba. Luego en el mar.

—Sí, —hace una pausa, como si recordara algo— es una hermosa vista.

El ambiente se cargó de una energía que sacudió mis entrañas de repente. Me mantuve unos momentos viendo la arena y olas.

Daban paz. El mar siempre tenía ese poder de hacernos pensar y relajar la tensión que llevamos siempre. Todos estos meses en la universidad, entrenamiento, sin un día libre con esta paz, hacía falta. Amaba jugar. Pero todos necesitábamos un breve descanso.

—Se siente como si fuera ayer que estábamos como idiotas corriendo en secundaria.

Eso la hizo sonreír y alegrar su cara.

—Sí, —chasqueó su lengua— sin embargo lo de idiota sólo te aplica a ti.

Bufé recordando la vez que una niñata me la había jugado— Tú me hiciste perder matemáticas.

—Eso no me hace idiota, además te lo habías ganado.

—Siempre mi culpa —suspiré.

—Sí, Idiopido.