My Wattpad Love "Growing Up" (Finales Alternativos)

•23• Encontrar mi camino

6 meses después
Jules
A veces nos encontramos tan perdidos, que no sabemos identificar hace cuanto llevamos tratando de no parecerlo. Nos convencemos a nosotros mismos que estamos en el lugar que siempre hemos querido estar. Pero, a veces la vida nos juega una mala pasada..., y es que, en más momentos que no, los lugares a los que siempre hemos querido estar no son los que necesitamos para crecer.

La parte más romántica de mi siempre había pensado que mientras tuviera a mi lado a la persona quien amaba todo lo demás estaría bien. Pero, era solamente el comienzo. El amor es solamente lo mínimo que debes esperar de alguien, más no la meta final. Me había olvidado de mis sueños. Me había engañado al creer que podía cargar con toda la responsabilidad afectuosa en una relación. Cargue con más de lo que podía, desde que habíamos comenzado a estar juntos con una sonrisa, y justificando nuestros fallos con pruebas de amor.
Hasta que me perdí a mi misma.

La parte buena era, que me había encontrado por fin. No podía estar con nadie en la manera en la que estaba. Lo primero que hice fue ser sincera con Evan, y con Shane. No podía estar con nadie, sin estar bien por mi cuenta. Necesitaba reparar lo que sea que estaba mal conmigo misma. Encontrar mis propias metas. Mi propio espacio.

Me había vuelto co-dependiente de Evan. Muchas veces estuve a punto de dejarlo todo, coger el teléfono, y pedirle que volviera. Otras veces, ser lo suficientemente egoísta, y llamar a Shane, sabiendo que ambos estábamos solos, para volver a intentarlo con alguien más. Un lazo afectivo que me distrajera del verdadero problema que estaba teniendo: conmigo misma. Habían heridas que no había trabajado, y solamente había dejado que se curasen solas. Como por ejemplo, la muerte de mi padre, o cada vez que Evan me había herido y había actuado como si mi corazón no se hubiera hundido en el fango con cada herida. Pretendía ser tan fuerte... porque me decía a mi misma que la debilidad era algo que no podía permitirme. Pues, se sentía tan bien sentirse invencible. Tomar puños, y realmente sentir que nada dolía si no dejabas que doliera.

No fue hasta el año pasado cuando la madurez me golpeó de pronto, junto con la realidad de todo lo que había sucedido.

La realidad era, que aunque algunas cuestiones no dolieran eso no las hacía menos incorrectas. Aunque no me doliera la muerte de mi padre, tenía que hallar la forma de perdonarlo para la persona que quería ser. Tenía que forzarme a que doliera, y sanara, y no abrir esa herida de nuevo. Aunque tampoco hubiese dolido como debería los errores de Evan en nuestra relación, esa desconfianza y ese rencor por muy pequeño que fuese comparado con el amor, seguía ahí. Porque por mucho que tratásemos de olvidar, los actos se quedaban y era algo que no era mi culpa. Era una realidad el saber que una relación era complicada, y debíamos cuidarla: especialmente con aquellas personas a las que nuestras esperanzas eran el quedarnos junto a ellas por y para siempre.

Las personas éramos muy complicadas. Muchas veces quise definir qué era para mi el amor; qué era para mi Evan ahora en mi vida. ¿Qué fue lo que me llevó a terminar nuestra relación? La verdad era, que siempre lo amaría. Amaría a mi primer amor con la misma fuerza de mis recuerdos, y con la certeza, de que sabía que si ambos pudiéramos encontrar el camino para borrar el pasado y el presente de cierta manera para hacer las cosas bien esta vez: lo haríamos sin pensarlo. Amaría todas las cualidades que me llevaron a enamorarme por primera vez de él. No lo odiaría en ninguna medida, porque siempre buscaría entenderlo, y siempre hallaría justificación para sus actos. Pero sí me daria cuenta de las partes que siempre quise cambiar de él: las que me herían. Su lado egoísta, el que secretamente acudía a su último llamado cuando no me dejaba ir incluso cuando mi corazón estaba a punto de hacerlo.
Hasta que su llamado no fue suficiente la última vez.

Mi lealtad estaba con él. Pero mi voluntad había temblado, y mi amor no mentiría cuando decía que no era suficiente para sustentarnos. Pues me había dado cuenta que ya no estaba enamorada de él. Lo amaba, más no quería estar con él. Esa confusión me perseguiría todos los días, junto con el sentimiento de culpa al no saber definir mis sentimientos.