Mi hombre lobo

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Los ojos cansados y desorientados de aquella bella mujer, se abrieron poco a poco. Asombrada por el lujo de aquella habitación en la que se encontraba. Su cama tenía un dosel negro, la cama era del tamaño matrimonial, muy mullida de color blanco que combinaba con el dosel que se encontraba extendido en caída. La habitación era sumamente suntuosa, y cada cosa en la que posaba sus ojos la dejaba cada vez más asombrada.

Decidió levantarse de la cama, y al realizar la acción sintió un leve mareo que la hizo volver a sentarse sobre la cama. Tocó sus sienes con la punta de sus dedos para minimizar el mareo, cuando la última imagen que obtuvo antes de desmayarse se proyecto en su mente.

Escalofríos recorrieron su cuerpo, y con pavor buscó aquella extraña criatura en la habitación. Pero esta no se encontraba. Suspiró en alivio. Y volvió adentrarse en la cama, haciéndose en una bolita entre las sabanas mientras lágrimas caían de sus ojos.

Había perdido a su padre, a la única persona que le quedaba ya que su a madre había muerto en el parto y ahora estaba en manos de una bestia. Bestia que no sabía si se la devoraría o no. La noche cayó y la jovencita cansada de llorar durante toda una tarde quedó completamente dormida.

A los pocos minutos el sonido chirriante de las grandes y pesadas puertas de aquella habitación, anunciaron la entrada de la bestia.

Esta llevaba con él una bandeja repleta de comida usando de referencia los gustos de su antiguo viejo amigo, caminó con cuidado hasta la mesa de noche y colocó sobre ella la bandeja. Vio detenidamente el bulto entre las sabanas que hipaba de tristeza, y no pudo evitar sentirse mal.

Abandonó la habitación y el sonido de las puertas cerrándose de golpe despertaron a la muchacha. Al igual que su padre al ver la comida, decidió no comerla. Y luego se disponía a retomar su sueño, pasó el siguiente día de la misma manera. En una bola envuelta por las sabanas durmiendo, siendo despertada por el estruendo de las puertas al cerrarse.

Intrigada, se volvió a echar sobre la cama, esta vez con la intención de no dormir para conocer a aquella persona o ser que le servía comida siempre que esta caía dormida. Al anochecer el chirrido de las puertas le anunciaba a la muchacha que alguien estaba entrando, contuvo el aire por la simple expectación.

Cuando vio la figura atractiva de un hombre con ropas holgadas, este le depositaba la comida sobre la mesita de noche. Y con un notorio semblante de tristeza tomaba la otra bandeja con comida que no había sido tocada.

La bandeja cayó de sus manos cuando quiso asegurarse de que la muchacha se encontraba bien, los ojos negros intensos y llenos de asombro le miraban fijamente. Provocando que diera tres pasos hacia atrás con miedo. Ante la acción del hombre la muchacha de un brinco salió de la cama para atraparle, pero la atrapada fue ella.

El movimiento brusco que había hecho, había desatado otro feroz mareo. Debido a que se encontraba débil.

Cuando sintió las grandes manos rodeando su cintura y el aire caliente que el hombre soltaba, no pudo evitar sonrojarse y disculparse por haberlo asustado. Al hombre le pareció gracioso, ya que su viejo amigo también en el pasado lo había emboscado casi de la misma manera y también se había disculpado por asustarlo. No había duda de que esa jovencita era su hija.

Ante eso la jovencita se sintió segura y pensó que talvez lo que había visto antes de desmayarse eran alucinaciones suyas. Dispuesta a conocer al atractivo joven frente a ella, le insistió para que comieran juntos. Algo renuente el joven príncipe aceptó y comenzó a entablar una conversación con aquella jovencita.

La jovencita parecía ya no tener miedo, y sin un lugar al cual regresar el joven príncipe le invitó a vivir en aquel castillo. Ella aceptó, pero no se esperaba que luego de aceptar fuera advertida de que durante un mes después de que la luna llena desapareciera, ella tenia prohibido visitar el ala este del castillo. Así mismo el joven le advirtió que solo cuando la luna estuviera en su punto mas alto y completamente llena, él podría visitarla.

Mi hombre lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora