El traidor estaba en casa

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Cubrí mi rostro tratando de ocultar el sin fin de sentimientos que leer esa tarjeta me causaba, no sé cómo todo este tiempo había estado fingiendo no saber quién era.

Cada nota, cada frase en cada párrafo que Mew escribía. Dejaba una pista de quién era. Y esas iniciales W.W -embocé una sonrisa- ¿Cómo no sospeché lo que esas iniciales significaban? Werewolf, mi hombre lobo.

Estaba feliz, conmovido, molesto conmigo mismo, sorprendido y aturdido. Cada emoción que se filtraba en mi rostro, era rápidamente cambiada por otro. Y así sucesivamente, sin saber que rayos sentir.

Cuando Miriam llegó para que cambiará mi camisa, estaba tan encerrado en mi mundo que no oí que me llamaba. Hasta que ya me había zarandeado todo, para que regresara al mundo de los vivos. Pereciente arrastré los pies hasta el baño, cambié mi camisa y remojé mi rostro.

Como si el agua se llevara mi aturdimiento.

Decir que trabajé con eficacia, sería mentir con mucho descaro. El lunes se había vuelto tan largo, tan extraño. No sabía que debía hacer a continuación, pero sabía que debía de hacer ciertas preguntas.

Cuando la hora de almorzar llegó, en lugar de ir a comer. Tomé un taxi hasta Hobby Japan Inc, necesitaba aclarar mis dudas. Para saber qué decisión tomar con respecto a Mew y yo. El viaje fue rápido, demasiado para mi gusto, y en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba en la empresa.

Al pasar por recepción, Pakpao me saludó y detuvo con exasperación. A pesar de que parecía que ya estaba dejando su puesto para ir a almorzar.

-¡Gulf! Me alegra tanto verte de nuevo. No sabes cuánto extraño hablar contigo- sonreí, lo que recuerdo es muy diferente a lo que menciona. Yo recuerdo ser quien solamente escuchaba y ella era quien hablaba, muy pocas veces era yo quien tomaba la palabra.

- También me alegro de verte.

-¿Y qué te trae por aquí?- inquirió con esa luz curiosa típica de ella.

-Estoy buscando a... A Podd- bien fui muy cobarde, aún no es tiempo de ver a Mew. Lo cual es estúpido porque se supone que venía hablar con él.

-Está bien, espera aquí. Llamaré para saber si se encuentra. - asentí y esperé. Cuando Pakpao terminó su llamada, suspiré en alivio. Podd no se encontraba en la empresa, así que salí huyendo del lugar. Bueno casi, Pakpao que estaba saliendo para ir a almorzar me arrastró hacia esa cafetería a la que solíamos ir a comer.

Para mí sorpresa estaban casi todos ahí, Fluke, Mild, Sammy, y Earth.

En cuanto me vieron sus rostros se iluminaron con alegría, y no me dejaron escapar. Haciéndome preguntas sobre mi trabajo y el más desconsiderado del grupo, o sea Earth, había tomado su tiempo para ponerme al tanto de casi todo lo que había sucedido cuando me fui.

Todos me pusieron al tanto de lo sucedido en los últimos dos años, desde como Mew pareció rechazar a Art, hasta como Art había peleado por la custodia de la pequeña Mary, revelándose que había tenido un pasado dudoso. Su ex esposa trató de manchar su imagen al mencionar que se había acostado con otro hombre, pero sorpresivamente los suegros le ayudaron para que Mary no estuviera bajo la tutela de su propia hija.

A ninguno le importó el pasado o preferencias de Art, ellos habían decidido que un padre no era quien engendraba sino aquel que se preocupaba por cuidar, dar afecto y estar dispuesto a dar su vida por aquel a quien consideraba un hijo. Algo que el verdadero padre de Mary nunca había planeado hacer.

Con respecto a Mew y a Art, todos estuvieron de acuerdo en decir que ellos apenas y se veían, y que ello solo sucedía por cuestiones de trabajo o solicitudes del presidente de la empresa. También denotaron el hecho de que Art había sido tratado como el aire por Mew, que este siempre parecía lanzarle miradas furiosas. Y que la única razón por la que a veces suavizaba su mirada era por la pequeña Mary que casi siempre acompañaba a Art.

Mi hombre lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora