Mi hombre lobo.

Sin un final feliz

Capitulo especial: para sentir mejor las emociones de Gulf, les sugiero escuchar esta canción durante la lectura. Pero yo les diré cuando. 

Let's go!

El gran día había llegado, y vestido con un traje azul marino entallado, una camisa blanca perfectamente pulcra y una corbata color negro al igual que mis zapatos. Ingresé hasta la sala en donde se supone debo esperar para mi entrevista. A diferencia de cuando fui a Hobby Japan Inc. El lugar estaba completamente solo, bueno casi. Al fondo del pasillo se encontraba un secretario, bastante alto y fornido muy guapo. Vestía elegante, con un traje gris y camisa blanca que entallaba su muy bien trabajado cuerpo. En cuanto me vio, dibujó en su rostro una linda sonrisa. Tan brillante y encantadora que podría haberme enamorado.

-Buenos días ¿esta es la oficina del presidente Bright Vachirawit? – pregunté amablemente, el secretario se paró sin borrar su sonrisa.

-¿Es usted el señor Kanawut?- preguntó, yo asentí en respuesta.

-Muy bien, por favor siéntese ahí. Anunciaré su llegada al presidente. – Haciendo caso a su orden, me senté en el sillón que había a un lado. Ciertamente me encontraba algo nervioso, no quería arruinar esta entrevista también.

-El señor Bright lo atenderá en un momento, está tomando una llamada. ¿Desea tomar algo mientras espera? - Cuestionó con esa amabilidad que su rostro mostraba con solo sonreír.

Yo negué y agradecí esperando pacientemente a ser atendido, hasta que cinco minutos después, por fin se me permitió entrar a la oficina.

La oficina estaba en el último piso, tenía una increíble ventana, semejante a una pantalla que proyectaba el espacio libre hacia la ciudad. Dirigí mi vista hacia los lados asombrado por la increíble oficina que me quedé parado cerca de la puerta sin moverme, solo admirando.

-Lo sé mi oficina es muy hermosa- dijo una voz muy suave y sensual, con un atisbo de broma en ella. La voz me sacó de mi ensoñación dirigiendo mi atención hacia el hombre de ojos grandes que, estaba observándome con atención desde su escritorio.

Inmediatamente me reprendí, por supuesto esto no era una visita, sino una entrevista de trabajo.

-Lamento eso- me disculpé mientras avanzaba hasta los asientos, frente al escritorio. El presidente Bright sonrió y con un gesto de mano me indicó sentarme, orden a la cual seguí inmediatamente.

-No debes lamentarlo, todos los que entran a la oficina se pierden en la vista. Mi padre dijo que se construyó la oficina aquí, justamente porque servía como un buen distractor. – Informó con calma, yo asentí y esperé a que la entrevista comenzara. De pronto el señor Bright unión sus manos, enlazando sus dedos sobre el escritorio y tomó una postura más seria a la que me había estado mostrando.

En el transcurso en que el señor Bright me daba indicaciones generales, no pude evitar pensar que era un hombre sumamente atractivo, con unos labios regordetes en forma de corazón, ojos grandes, y por lo que se podía apreciar también tenía un muy buen cuerpo tonificado.

¿Todos aquí eran tan atractivos?

Pronto dejé de lado esos pensamientos cuando oí la primera pregunta.

Cada una de las preguntas que me iba formulando, todas y cada una de ellas fueron respondidas sin ningún problema. La verdad me sentía como pez en el agua, y agradecía a mi buena memoria que, a pesar del tiempo aún seguía recordado todo lo necesario.