Tempestad en el mar

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[Señor Podd]

/Solicito el permiso para que Mew y yo faltemos a trabajar/6:45 a.m

/Gulf no soy a quien deben pedirle permiso/6:48 a.m.

/Lo sé... pero eres el vicepresidente.

Tus palabras son ordenes/

/Ya sé el pasado de Mew,

y no quiero retrasar otro día

más nuestra reconciliación/6:50 a.m.

/Bien... espero que todo
salga bien/visto 6:51 a.m

Con la decisión tomada, me encargué de cancelar cualquier cita programada en la agenda de Mew. Luego me preparé lo suficiente bien para una futura reconciliación y elegí el mejor atuendo de mi guarda ropa.

Camisa negra de cuello de tortuga, botines, y un pantalón de talle corto color café, junto a una gabardina del mismo color en un tono más claro para verme más imponente y seguro. Fueron las ropas elegidas para la guerra. Antes de vestirme toqué la marca en mi cuello que ya se había borrado casi en su totalidad, era la última mordida que Mew me había dado y me decidí a que hoy debía de tener más en mi cuerpo.

Eché un último vistazo a mi figura en el espejo, y decidido salí de mi habitación.

Los ojos de Drake se abrieron en sorpresa, mientras me acercaba hacia la puerta en la que me estaba esperando

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Los ojos de Drake se abrieron en sorpresa, mientras me acercaba hacia la puerta en la que me estaba esperando.

-Wow- cantó- te ves jodidamente ardiente. Sabes qué, ven y dame ese beso de buenos días de ayer- bromeó mientras extendía sus brazos hacia mí.

Lo aparté, y rebasé para salir- cállate, y vamos a recuperar a mi hombre- ordené con una sonrisa altanera en el rostro.

Drake iría a dejarme al apartamento de Mew antes de irse a su trabajo, por lo que subí a su auto y por primera vez le rogué que acelerara a todo lo que podía su auto.

Siguiendo mi orden aceleró y con prontitud llegamos a nuestro destino.

Me bajé y comencé con paso decidido a caminar hacia el apartamento de mi pareja, podía sentir que era el héroe que iba a rescatar a la doncella luego de tantos problemas, podía imaginarme exudando seguridad y regocijo mientras una capa ondeaba desde mi espalda, nada ni nadie podía detener mis pasos, cuando irónicamente Drake me detuvo.

-¿Qué?- inquirí ansioso sacándome de mi maravillosa imaginación. Drake extendió una botella del mejor vino que habíamos logrado conseguir ayer por la noche.

-Olvidas tu plan B- sinceramente no siento que necesite el plan B, pero de igual manera lo tomé y caminé hasta estar al frente del apartamento.

Aunque lo que Lay había narrado de Mew era de cierta manera inquietante, cuando todo eso fue dicho. En ningún momento me sentí aterrado de Mew, no sentí asco y mucho menos repulsión hacia él. Solo podía pensar que Mew debió de haberlo amado y sufrido tanto como para llegar a ese extremo, no soy quién para juzgarlo y lo amo tanto que su pasado no me importa en absoluto, por eso estoy dispuesto a recuperarlo.

Mi hombre lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora