Mi hombre lobo.

El puente del amor

La vergüenza me inundó, mis orejas se sintieron calientes al igual que mi rostro y enserio agradecí enormemente a esa empleada que tenía Podd, llegó justo en el momento preciso para evitar toda la incomodidad que yo mismo había generado.

¿Es que, que rayos estaba pensando cuando lo intenté besar?

Puedo estar muy dolido y todo, pero eso no justifica que haya hecho eso. ¿Eso no me hace igual a Art?, incluso peor. Art lo hacía con desconocidos para Mew, pero yo traté de besar a su ¡MEJOR AMIGO!

La vergüenza que sentí fue tan grande que, obligué a Podd para que aceptara llamar a un taxi. No pienso ni loco compartir más tiempo con él, no hasta que mi mente y cuerpo estén más relajados.

Para cuando llegué al complejo de apartamentos, me sentía mentalmente cansado. Todo lo que había sucedido hoy era una completa mierda. Primero Mew siendo besado y luego yo intentando besar a su mejor amigo.

Nada podía empeorar esto.

Con letargo arrastré mis pies hasta la puerta de mi apartamento, sintiéndome como una mierda. Mi pecho había comenzado a doler aún más, mi estómago había vuelto a adquirir ese malestar y comenzaba a desanimarme. Inconscientemente apreté la bolsa que sostenía mi mano derecha, y recordé las galletas.

Sacudí mi cabeza, queriendo regresar a mi realidad y me introduje dentro de mi apartamento. Me quité los zapatos, sin ordenarlos en la esquina como solía hacer, y me arrastré hasta el sofá de mi sala. Saqué una galleta, y lo demás lo puse sobre la mesita del centro.

Un mordisco le di a la galleta, y eso fue suficiente para que me sintiera peor. La galleta sabía bien, jodidamente bien. Era crujiente por fuera, pero suave por dentro; las chispas le daban un sabor dulce agradable. No era empalagoso, pero era dulce.

-Gulf, haz de cuenta que esta galleta es Mew, puede que parezca firme, áspera y dura por fuera, pero precisamente porque es tan firme y dura, se vuelve más fácil romperla. Su interior no es duro, sino blando. – Explicó mientras cerraba la puerta del taxi. Asentí y dirigí mi vista hacia esas galletas, apretando tan fuerte la envoltura. Como si temiera perderlas si aflojaba el agarre.

Las lágrimas cayeron de mis ojos, no quería llorar. No soy de los que llora por cualquier estupidez. Pero Podd me había dicho antes de irme, que comparara las galletas con Mew. ¿Por qué? Mew no era alguien dulce, contrario a eso. Parecía constantemente molesto, era una persona agria si lo pensabas bien.

Sin embargo, Podd me había dado la respuesta en una galleta.

Mis lágrimas no se detenían y por una extraña razón no podía dejar de comer aquellas galletas, una vez que me acababa una, tomaba la siguiente hasta que ya no había ninguna en el recipiente. Las galletas se habían acabado, y con ello solo quedó un leve sabor dulzoso en mi paladar junto con el sentimiento de soledad.

[El tarado de Drake]

/Ya no hay más galletas/4:23 p.m.

Con mi vista nublada por las lágrimas que seguían cayendo, envíe un mensaje a mi único mejor amigo. Casi como si este estuviera esperando a que me contactara, un mensaje cayó en respuesta.

/¿Galletas?/

/¿Quieres que te lleve galletas?/4:23 p.m.

/Si, quiero galletas con chispas de chocolate/4:24 p.m.

/¿Estás en el trabajo? /4:24 p.m.

/En casa/visto 4:25 p.m.