XXIX

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Alia

Observé al chico del dragón tatuado con una mirada severa, sin embargo, su mirada glacial me inquietaba y ponía en alerta.

En el momento en que fue a articular palabra alguna, Hassan entró acompañado de dos esbirros y una chica de casi mi edad, tal vez un poco mayor, que tenía el labio sangrante y un ojo amoratado.

Me levanté acercándome a la chica, pero el del tatuaje me detuvo.

- Ni se te ocurra – gruñó empujándome.

Lo fulminé con la mirada - ¿Quién es ella?

Hassan se sentó en su silla habitual y sonrió divirtiéndose con la escena. No comprendía que hacia aquella chica allí, pero tampoco me podía quedar callada en la condición en que se encontraba.

- ¿Cómo te encuentras en tu nuevo hogar querida Hasunohana? – tomó un poco de su trago indicándome que tomara asiento. Molesta obedecí viendo a la chica con la cabeza gacha, ocultando su rostro una gran melena rubia hasta la cintura.

- Avanzando... - me giré a verle que sonrió – pero ya debes saberlo, de lo contrario no habrías mandado a uno de tus hombres para seguirme

Inmediatamente soltó la carcajada – Hasunohana, eres realmente un tesoro digno de apreciar – se levantó acercándose a mí fijándome que la chica a pocos metros comenzó a temblar – Creí que querrías la protección extra.

Tomó mi mentón haciendo que le viera, pero aparté su mano volteando el rostro.

- ¿Para qué me llamaste? – Enarqué las cejas – bien podría sospechar Asher si no llego pronto a casa.

Hassan asintió sentándose frente a mí con un desquiciante control de emociones que no me permitió poder averiguar que pasaba por su mente al ver aquella mirada rasgada.

- Solicitaste mis artículos de lujo – cruzó las piernas haciendo una señal al del tatuaje que trajo un maletín dejándolo en medio de los dos.

- Así es – lo abrí apareciendo ante mí el cubo y la esfera mecanografiadas – Debo llevarlos conmigo – musité levantando la vista hacia él.

El chico del tatuaje negó a su lado.

Me giré a verle con una mirada glacial mientras pensaba en como poder aguantar más. Debía mantener mi rudeza y así mismo, debía llegar a un trato pronto o Asher empezaría a buscarme y perdería todo lo que he ganado estas dos semanas.

- Verás, querida Hasunohana – respiró hondo Hassan – eso que te quieres llevar, no solo es mi seguro de vida, también es mi oportunidad de acceder a los laboratorios Tollefsen y no voy a permitir que te los lleves

Me encogí de hombros cerrando el maletín – En ese caso ¿Cómo pretendes que averigüe el código?

Hassan se quedó unos minutos en completo silencio viendo mi expresión glacial, sin emociones o secretos ocultos, aunque todos ellos en ese momento estuvieran bajo una fina capa de soberbia y coraje.

Finalmente se levantó – He sido amigo de la familia DiCaprio por más de sesenta años. Podría decirse que nuestras familias se hicieron poderosas juntas.

- Y aun así quieres traicionarlos – me encogí de hombros riendo con insolencia.

- ¿Sabes qué no? – Caminó por la oficina pasando los dedos por un gran cuadro que ocupaba de piso a techo de un campo de flores de loto sobre un lago – quiero ayudarles y permitiendo que te lleves los artefactos a la mansión Ferrer, estaría incumpliendo mi promesa a los DiCaprio.

Mírame - #2 - Trilogía SentidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora