Silas
Me coloqué mi chaqueta negra y rápidamente salí de la habitación. Quería ver a Alia una vez más, sin importarme que arriesgara mi vida, quería verla una vez mas y saber que estuviera bien, que Asher no le hubiera hecho nada después de que ella lo golpeó.
Bajé trotando las escaleras y cuando iba a salir, Fredrick me lanzó las llaves de mi auto al mismo tiempo que Bill, le padre de Alia me detuvo saliendo del comedor. Me gire a verlo conteniendo mi secreto, ya que es imposible que me haya sentido porque es media noche y todas las luces estaban apagadas.
- Yo...creí que estaba con su esposa – musité guardando las llaves en el bolsillo de la chaqueta
Bill negó haciéndole un dobles a un papel que tenia entre los dedos – Verás Silas... - musitó caminando hacia la salida, abrimos la puerta y en silencio salimos sin que nadie se diera cuenta, lentamente Bill comenzó a bajar las escaleras dirigiéndonos al estacionamiento – Cuando te vi por primera vez, supe que Alia se enamoraría de ti, por ello al principio no estuve muy de acuerdo con que ustedes salieran...hasta que un día Alia me hizo una broma diciéndome que estaba embarazada de ti – se burló recordando mientras seguía doblando la carta y nuestros pasos se escuchaban por la gravilla.
Sonreí recordando aquello, Alia se sonrojó mucho cuando supo que yo me había enterado y fue algo muy dulce cuando solamente asintió y no hizo por ocultarlo, hay supe que mis sentimientos estaban siendo correspondidos.
- Lo recuerdo... - murmuré encaminándonos a mi auto.
- Yo me enamoré de Eliza, cuando tenia la edad de Alia y por eso es que sé que tu la amas...porque cuando la veías, es justamente como yo miraba a mi esposa en aquel entonces – cuando nos detuvimos se quedo frente a mi observándome - El amor es euforia, pasión, cólera, melancolía, vigor... el amor es algo que todos debemos vivir en nuestras vidas y prométeme que la amarás con toda tu alma, Silas
- ¿Por qué me esta diciendo esto? – enarque las cejas sin entender – estoy seguro que usted podrá verlo con sus propios ojos, nos verá juntos.
Bill negó mirándome como si el supiera algo que yo no sé y tampoco pudiera predecir.
- Encárgate de entregarle esto a mi hija, dile que la extrañamos mucho... - murmuró dejándome un papel igual de grande a la mitad de mi palama sobre mi mano encaminándose a la mansión.
Observé la carta y negué entrando al auto saliendo de allí.
....
Observe por lo que parecieron horas a Alia, la forma en que la silueta de su cuerpo era iluminada por la luz de la luna entrando por las puertas del balcón me hizo sentir en medio de un hechizo. La paz con la que dormía, la soledad que se sentía en su habitación y las lágrimas secas que perlaban sus mejillas aun enrojecidas me hicieron sentir el peor de los monstruos. Quería llevármela ahora, pero no podía arriesgar su vida de esa forma y menos la vida de Alessandro y de Ella. Ellos estaban aquí por ella, cuidándola todo lo que se le permitía y llevármela era firmar su sentencia de muerte.
Por lo que deposité un beso en su frente y aparté con delicadeza un mechón de cabello que ocultaba su hermoso rostro
Alia
Un soplo, y mis sentidos se pusieron alerta...
Un llamado y mi inconsciencia se desvaneció con el aire...
Un toque y todo mi cuerpo anhelo más de aquello...
Y nuevamente un llamado con voz susurrante, evocándome desde lo más profundo de su alma mientras mis parpados se abrían y su aroma me sobrecogía, inundándome hasta llenarme en lo más profundo. Hasta que esbocé una sonrisa viendo aquella mirada que anhelo cada segundo en mi mente y solo ahora puedo tenerla.
Día a día... Hasta que algún día... se haga realidad.
- Hola – murmuró sonriéndome.
Sonreí también – Hola
- Alia... - volvió a llamarme tocando mi mejilla haciendo que su roce me hiciera estremecer hasta que tomé el cuello de su camisa y lo acerqué más a mí, añorando más de él.
Añorando más tiempo con él. Toda una eternidad si es necesario o un simple milisegundo, que me basté para llenarme por completo y poder ser fuerte al día siguiente hasta de nuevo poder volver a verlo. A escucharlo, a sentirlo.
- Tus padres te extrañan – abrí los ojos como platos acercando mi mano a su mejilla sintiendo su barba picar en las yemas de mis dedos.
- Suenas muy real – apostillé mientras él asintió.
- Soy real, Alia. Esto no es un sueño – tomó mi cara entre sus manos y unió nuestras frentes – esto no es un sueño...
- ¿Entonces porque no has venido a salvarme? – susurré rozándose sus labios con los míos mirándole fijamente
Silas cerró los ojos, melancólico – Pronto, amor. Pronto volveremos a estar juntos... pero recuerda mi simplemente Alia, esto no es un sueño...
Lo miré fijamente mientras sentía su piel bajo mis manos, su frente pegada a la mía. Sintiéndose tan real, tan verdadero que la melancolía me inundó, pero Silas me besó.
Esta vez no fue como un simple roce, esta vez fue más intenso. Más apasionante, me besó quitando de alguna forma toda duda en mí de que no es real, desvaneciendo cualquier rastro de melancolía en mi corazón, de cualquier lágrima que fuera a salir.
Me besó añorando más de mí y yo más de él.
....
Al despertar mientras llegaba un nuevo amanecer, su aroma estaba en la almohada nuevamente y también en el espacio donde habíamos quedado dormidos abrazándome, sin embargo, esta vez al despertar, en mi mano contenía un papel doblado en forma de mariposa.
Era de papá, él era el único que cuando me hacia cartas, las doblaba en forma de mariposa.
Añoraba a papá y poder escuchar sus consejos. Escuchar sus miles de consejos, sobre apreciar la vida como me la da. Apreciar la forma en que el mundo me muestra todas las maravillas que ofrece.
Añoro los abrazos de mamá con una sonrisa y los comentarios de Camille desde el fondo burlándose de mi debilidad, de que sufro por no estar cerca a mis padres, pero no es así. No sufro por no estar cerca de ellos, sufro porque sé que la razón de que estemos todos así, es mí culpa, sufro cuando necesito escuchar la voz de alguno y no están.
Añoro las bromas y gritos de Sam, sus abrazos efusivos y carcajadas contagiosas que hacían que agradeciera tenerla. Añoro saber dónde están, como están. Añoro poder hablar con ellos, siquiera un segundo para saber si se están cuidando entre sí. Porque si una familia no se tiene los unos a los otros, ¿Cómo podrán ser fuertes y poder enfrentar todo lo que el destino tenga para ellos?
Varias lagrimas recorrieron mis mejillas ruborizadas y las limpié esbozando una sonrisa. Cuando la luz del sol empezó a entras a raudales por mi habitación empecé a leer la carta.
Alia, mi dulce niña...
Nada de lo que vives en las noches es un sueño, recuerda cuanto te amamos y lo fuerte que eres.
Recuérdanos para poder salvarte...
Sueña cada noche y cada día, hasta que por fin un día podamos volver a encontrarnos...
Ámanos, así como cada noche nosotros te invocamos...
Papá
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Mírame - #2 - Trilogía Sentidos
RomanceTodos tenemos sueños. Unos sueñan con una vida mejor, otros con tener mucho más de lo que ya tienen porque no conocen el límite entre soñar y obsesionarse. Yo tuve muchos sueños, pero ahora... Mi sueño era muy simple. Mi sueño era escapar... o morir...