Alia
Mi último recuerdo de él, fue verlo caer de rodillas en medio de cuerpos inertes...
La última palabra que escuché que pronunciaron sus labios con agonía, desesperación, terror e impotencia...fue mi nombre.
Lo último que vi en sus ojos fue desesperación...fue su alma rompiéndose en pedazos mientras gritaba mi nombre.
Mi último pensamiento antes de desaparecer en la lejanía y ver como transcurrían los días y nada sucedía...fue querer morir.
....
Observe a través de la ventana la lluvia caer mientras las gotas contra el cristal entumecían mi mejilla izquierda y sin importarme aquello, seguí divagando sobre mi último recuerdo con Silas mientras seguía con el índice, el recorrido de una gota correr por el cristal.
Exhalé una bocanada de aire haciendo un vaho en la ventana e inconscientemente escribí lo que anhelaba cuando lo conocí y aún no sabía que necesitaba y lo que ahora quiero que haga, pero pasan los días, y nada pasa.
Sálvame
Otra gota de lluvia cayó en la ventana sobre la palabra escrita y sentí que una lágrima recorrió mi mejilla mientras tocaron a la puerta. Al segundo entraron mientras mantenía mi vista fija a la nada, congelándose mis mejillas ruborizadas.
- Alia...cariño – murmuró Ella acercándose lentamente hacia mí.
Mantuve la vista fija a la nada cuando sentí su aroma llegar a mí y tocó mi hombro, tomando con delicadeza mi rostro para que la viera. Esbozo una sonrisa melancólica y saco de su delantal un pañuelo para secarme las lágrimas.
- Debes ser fuerte... - murmuro abrazándome efusivamente, agache la cabeza conteniendo las lágrimas mientras me aferraba a su abrazo – sé que lo eres. Lo has demostrado desde que llegaste, no puedes desfallecer ahora.
Me separé negando – Fui fuerte porque albergaba la esperanza... - levante la vista fijándome que sus ojos azules estaban cristalizados – ha pasado mucho tiempo... - se desvaneció mi voz.
- Dos semanas puede...
La corté ahogando un sollozo – Dos semanas puede ser toda una vida, Ella.
- Pero puede ser nada comparado con lo que se avecina – murmuro despues de darme un beso en la frente.
- A qué te refieres, Ella – musité confundida.
Ella se levantó y extendió la mano en mi dirección. La tomé y me levanté para salir de la habitación donde me he quedado desde que entré a esta casa. Al salir, mis dos guardaespaldas personales murmuraron algo por sus audífonos, suspiré rendida y caminé por la mansión ignorando la lluvia afuera.
Cerré todo pensamiento de mi mente y levanté la vista mientras bajamos las escaleras y entramos al comedor donde Asher estaba allí con sus padres y hermana. Al verme se quedaron mirándome hasta que me senté y sus miradas pasaron de mí a la comida que empezó a ser servida.
Asher, quien estaba sentado junto a mí, tomó mi mano y con delicadeza la llevo a sus labios besándola con una dulzura que solo ocasiono que lentamente la apartara.
- Estás muy fría – musitó ignorándolo. Rápidamente miro detrás mío, donde sabía que se encontraba a pocos metros mis dos guardaespaldas – Asegúrense de que la habitacion de Alia esté en óptimas condiciones.
Segundos despues, se giró a ver a sus padres y comenzaron una charla que no me interesó acerca de sus negocios mientras observaba la crema de color verde frente a mí. Desde que había llegado, vivía a base de agua que aceptaba de Ella en las madrugadas y un poco de pan que podía convencerme a comer cuando los mareos por la falta de comida se volvían muy fuertes.
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Mírame - #2 - Trilogía Sentidos
RomanceTodos tenemos sueños. Unos sueñan con una vida mejor, otros con tener mucho más de lo que ya tienen porque no conocen el límite entre soñar y obsesionarse. Yo tuve muchos sueños, pero ahora... Mi sueño era muy simple. Mi sueño era escapar... o morir...