10-4 Superintendente García

Capitulo 28

-Buenos días – sonrio Armando mirando a los chicos desvelados.

- No habia visto Avengers en toda mi puta vida.

- Somos policías – dijo Horacio sirviéndose café - ¿Qué esperabas?

- Parecian niños pequeños – dijo Nancy – Les hice el desayuno.

- Gracias mamá – dijo Horacio empujando a Gustabo.

- Hola amor – sonrio Gustabo y Armando le sonrio dándole un beso en los labios – Hola mamá.

- Buenos días cariño – le sonrio.

- Suegra, hace unos panques deliciosos – dijo Armando sentándose junto a Gustabo.

- Receta secreta de la familia – dijo Nancy – Chicos – los miro – Quiero hablar.

- Te escuchamos – dijo Horacio.

- Fue mala idea salir y conseguir eso, me he dado cuenta de mi error y que haber tratado de opacarlo fue mala idea – suspiro – Aceptare ir a este centro y quedarme, no hare nada sin consentimiento tuyo – miro a Gustabo – Pero, solo quiero comunicación. Estaba sola, médicos, enfermeros y pasantes que nos ven como su experimento raro. Solo quiero estar mas cerca de lo único que hice bien – bajo la mirada un momento – Se que hice las cosas mal, se que todo lo que pasaste fue por mi culpa y tienes derecho a vetarme de tu vida, pero eres mi hijo y te amo, tanto como amaba a Genobeba.

Gustabo se tenso al escuchar el nombre de ella. Horacio miro a Gustabo y suspiro.

-Reconocer los errores el lo principal para avanzar – dijo Horacio y miro a Nancy.

- Yo no te culpo de nada – dijo Gustabo, estiro su mano para tomar la de su madre – Esto es culpa del hombre que nos ha atormentando aun de muerto. Ciertamente te he dejado sola en todo este proceso y no dire que te culpaba por la muerte de Aiden, pero ni tú y ni yo tenemos la culpa – Horacio y Armando miraron a Gustabo, jamás habia reconocido que no fue su culpa – Tenemos demonios con los cuales luchar – le sonrio – Te he dejado sola creyendo que te protegia, cuando realmente me protegia a mi para no enfrentar mi realidad – carraspeo – Lo que hago es para cuidarte y para que nadie sepa sobre ti, eres mi único familiar con vida, Genobeba, Sam, están muertas, pero aun tengo a la mujer que me dio a luz. Asi que no te alejare, no mas.

- ¿Qué quieres decir?

- Iras a la clínica, acabare con mi mierda – suspiro – Comprare un terreno, construire la casa de tus sueños y te cuidare yo mismo.

- Espero la casa sea grande – dijo Horacio – Porque me ire con ustedes – los dos rieron – Un retiro en las montañas seria lo mejor.

- Oh con vista a la playa – dijo Armando – Ademas, debe ser grande porque tendrá que cuidar a sus nietos.

- ¿Nietos? – dijo Gustabo.

- Claro amor, vamos a tener hijos – sonrio Armando - ¿Quién mejor para cuidarlo que la abuela?

- Mas bien malcriarlos – dijo Horacio sonriendo.

- No te hagas iluciones con niños – dijo Gustabo sonriendo – Entonces mamá ¿Qué dices?

- Digo que si quiero ser abuela – le sonrio.

- Mamá, por favor – la miro – Dejen que nuestras vidas esten en paz y hablamos de tener hijos.

- Bien – sonrio Armando – Entonces ¿nos vamos al aeropuerto?

- Si, solo hare las maletas – dijo Nancy.

- La ayudare mamá – dijo Horacio.

- ¿Hijos? Armando odias los niños – dijo Gustabo una vez estuvieron solos.