Muchas gracias por continuar en este viaje conmigo, te deseo un feliz día y te mando un abrazo GIGANTE <3 Sonríe!
Las manos de Heros descansaban en su regazo, cinco segundos más y sus brazos hubieran sido bruscamente desprendidos de sus hombros.
El tipo sin rostro había sido gentil, ordenó a sus hombres que aflojaran las cadenas. Heros agradecía el gesto, pero sabía que todo formaba parte de algo más peligroso. No era bueno que se rindieran con él.
—¿A qué se debe el cambio?—Heros preguntó burlonamente. Necesitaba hacer tiempo. Su equipo de seguridad debía estar pisándole los talones—. ¿Te gusté lo suficiente como para ser tu puto de la semana o qué?—Continuó Heros, sonriendo con malicia—Que no te escuchen, o podrían ponerse celosos.
Dijo esto último señalando a los tres tipos frente a él, fusiles cruzando sus torsos y en el rostro una bolsa verde de tela. Los gorilas.
El hombre sin rostro hizo un gesto y los gorilas a los costados se acercaron hasta Heros, tomándolo por los hombros adoloridos. Uno lo pateó en la espalda, sacándole un aullido de dolor. Su espalda volvía a sangrar por el impacto.
—No seas imbécil—Lo regañó el líder, Heros seguía agonizando en los brazos de sus verdugos—. Es de mala suerte no darle sus minutos de paz antes de matarlo, no vuelvas a patearlo o te corto los pies.
Todos entendieron.
Heros lo hizo también.
—¿Piensas deshacerte de mí?—Le preguntó Heros, incrédulo.
Lo habían sacado al exterior del almacén. Los pies de Heros se arrastraban por la grava, su ropa cara y oscura ahora estaba completamente arruinada y destruida por la tierra y la sangre.
—No es personal—Habló el hombre sin rostro a unos cuantos metros—. Con tu padre lo era, contigo...—Alzó los hombros—Contigo es una especie de divertida venganza, quizá cuando llegues al más allá puedas darle este mensaje a tu padre por mí—Carraspeo por lo alto—. "Aquí te mando a tu hijo, si tu deseo era que tu legado caminara unos años más por la tierra, en serio debiste esquivar esa bala".
Todos se rieron. Incluso Heros dio un pequeño atisbo de sonrisa. Los verdugos que lo sostenían estaban a punto de hacerlo enfrentar las aguas oscuras, el olor a sal era cada vez más intoxicante.
—Serán cincuenta centavos por palabra—Habló Heros.
—¿Cómo es que aún te queda fuerza para hablar, mocoso?—Le dijo uno de los que lo sostenían.
Heros alzó el mentón. Su vista se perdió por unos milisegundos en una sombra que pasó justo atrás del hombre sin rostro.
—Está bien, no pagues nada—La voz burlesca de Heros hacía impacientes a todos en el lugar—Si quieres jugar al teléfono descompuesto, toma el riesgo amigo.
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Tóxico ©
RomanceTras el caos que provocó en su vida la enfermedad de su madre. Megara Bail decidió comenzar a trabajar en el club más lujoso de la ciudad, "La Cueva". Lugar en donde conoció a un sádico y líder de la mafia del norte, Heros Dimitris, quien resultó s...