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Anne

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Anne

—Hemos llegado princesa Cordelia—Roy se estacionó frente a la heladería en dónde ya se podía observar a muchos adolescentes refrescandose con los helados y disfrutando de sus vacaciones.

—Como quiero volver a ser uno de ellos—dije observandolos por la ventana del auto.

—Lo mismo digo Annie, pero ser adulto es cool— me gire hacia él con cara de "es enserio"— bueno aveces.

Rodeé los ojos y me dispuse a bajar, a la vez Roy imitó mi acción—¿Entramos?— pregunto él a mi lado, yo asenti y tome su mano.

Cómo dije hace unos segundos, la heladería estaba infestada de adolecentes mientras mi amigo y yo éramos los únicos adultos (si excluismo al personal).

—Bienvenidos, ¿De que sabor querrán sus conos?—nos preguntó con una sonrisa amable la señorita del mostrador.

Roy le regaló su mejor sonrisa torcida y yo ya me preparaba para verlo fracasar en su intento de coqueteo—¿Tu eres un sabor para poner en mi cono, linda?.

La señorita sin decir nada, observo que su compañero tenía en mano un cono recién preparado y sin dudarlo se lo estrelló en la cara a Roy-No, pero aquí tienes un sabor, disfrútalo

Ni que decir que solté una carcajada enorme.

—Ya cállate.

—Lo siento, es que eres muy patético en esto del arte de coquetear— ambos estábamos sentados en una de las mesas bastante alejadas de las otras, yo degustaba de mi helado de fresa mientas el castaño se limpiaba los restos de helado en la cara.

—Esta vez el patético es google, ese bastardo tiene la culpa por tirarme esos piropos—dijo bufando, coloco su barbilla en la mesa, parecía un niñito triste.

—Ya encontrarás a tu Elizabeth—le regalé una sonrisa.

La puerta de la heladería se abrió dejando ver una imponente figura y unas tres cabezitas.

¡Joder, no, no, no, no!.

—¿Pasa algo?— pregunto él castaño mirándome con ambas cejas fruncidas.

—No.

—Parece que vas a parir— coloco su mano sobre mi frente—¿No me digas que vas a parir enserio?.

—Claro que no bobo— mi vista se desvío unos segundos hacia esas cuarto figuras que estaban hablando con la chica del mostrador— Quiero irme.

𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻𝗹𝘆 | 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐱 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora