Anne
Cómo odio a los gansos.
Recuerdo con exactitud cuando comenze a trabajar aquí la señora Lavender me advirtió que me debería comenzar a acostumbrarme a los gansos y que serían un verdadero dolor de cabeza.
Tiene toda la maldita razón
Solté un suspiro y baje la cuchilla—Oye tu, si tú el animal que está a unos metros de mi, ¿Podrías decirle a tu raza que busque otro lugar en donde hacer sus necesidades?—el ganso me miró por unos momentos y después comenzó a correr hacia mi dirección gritando en su idioma.
¿Que hize yo?, Pues si, salí corriendo como si vida dependiera de ello.
Logré visualizar un gran árbol y no dude en ir hacia el, llegué hasta una altura segura en dónde ese animal endemoniado no pudiera llegar.
—¿No me digas Annie que ahora se puso de moda hacer ejercicio en los cementerios y tener un entrenador personal?— baje mi vista encontrándome con el castaño que sostenía un café en manos.
—Muy chistoso Roy—él sacó algo de su bolsillo que no pude ver muy bien, lo lanzó hacia el ganso que fue corriendo alejándose de nosotros— tu instructor ya se fue, estás a salvó princesa Cordelia.
Él me ayudó a bajarme del árbol, cuando pise tierra por fin deje escapar un gran suspiró de alivio— gracias por eso.
—Salvar a chicas de gansos es algo que hago todos los días— me guiño un ojo—Anne, hablando de otra cosa— se aclaró la garganta— te estaba buscando.
—¿Para que?.
—Necesito tu ayuda con algo—yo asenti.
—Te ayudaré en lo que sea con tal de ya no ver a estos animales.
Él me tomo la mano con cuidado— eso no te lo puedo asegurar pero si te puedo asegurar que te ganarás un helado si me ayudas con esto.
Todo sea por el helado, el verano en Avonlea es muy caliente, algo frío me vendría bien.
Llegamos hasta la entrada de la funeraria, La señora Lavender se encontraba en el mostrador con algunos papeles—Royal, ¿A dónde fuiste?.
—Solo traje a tu cuidadora estrella para que me ayude con algo.
—Espero que solo sea ayuda y no algo más— dijo levantando una ceja en dirección al castaño.
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𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻𝗹𝘆 | 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐱 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭
Fiksi PenggemarAnne vuelve de la universidad para retomar la tarea que realiza cada verano, cuidar el cementerio de Avonlea. Un día ella conoció a un azabache de ojos avellanas, al cuál ayudo a devolver el amor a su corazón y al de sus hijos.