Gilbert
—Aqui tiene sus cafés desnatados y dos pasteles de chocolate, disfrutarlo— le regalé una mirada de agradecimiento a la señorita y salí de allí con dirección a mi auto.
Hoy me veré con Anne, pensé que como la vería de mañana, estaría bien llevar algo para desayunar, juro que estuve pensando tanto tiempo que estoy seguro que la señorita del mostrador quería golpearme con una de las cafeteras.
No es mi culpa ser tan indeciso.
Durante el trayecto al cementerio, observé desde lejos una florería y no dude ni un segundo en llevar un ramo para Anne.
¿Le gustará las flores, y si es alérgica o simplemente no le gustan?.
La voz de la anciana del lugar me quito de mis pensamientos—Buenos días Jóven.
—Buenos días, quiero un ramo por favor— Desvíe mi vista hacia las hermosas flores de distintos colores y tamaños que descansaban sobre bonitos floreros.
—¿Es para una cita?
Ojalá
—Desayuno amistoso— ella me dió última mirada antes de dedicarse a tomar algunas de las flores las cuales no sabía que clase eran.
Me dejó sorprendido el resultado—Es un regalo de la casa, espero que disfrute su desayuno— me dejó con las palabras en la boca y con mi dinero en mano.
Conduje hasta el lugar en donde vería a esa alegre pelirroja, estacioné mi auto y tome la bolsa con el ramo.
—Tranquilo Gilbert todo saldrá bien— no se por que estoy tan nervioso si esto es solo un desayuno de amigos.
Solté un suspiro y me dispuse a entrar al lugar, caminé por unos minutos buscando con la mirada a la pecosa pero no la veía.
Me subí a una gran piedra para observar mejor el panorama, al parecer mi más de un metro ochenta no está ayudando en nada—Señor está encima de una lápida por si no se da cuenta.
Me gire encontrándome con un rubio y a su lado el castaño de la heladería—¡Gilbert Blythe, amigo mío!.
—Roy—el chico se acercó a mi regalandome un abrazo amistoso.
—¿Que te trae por aquí.?- pregunto con su entrecejo juntado— Aw, ¿Me viniste a ver y me trajiste flores?.
En realidad amigo, vengo a ver a la hermosa peliroja de ojos agua y pecas de ensueño.
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𝗛𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻𝗹𝘆 | 𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐱 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭
أدب الهواةAnne vuelve de la universidad para retomar la tarea que realiza cada verano, cuidar el cementerio de Avonlea. Un día ella conoció a un azabache de ojos avellanas, al cuál ayudo a devolver el amor a su corazón y al de sus hijos.