Anne vuelve de la universidad para retomar la tarea que realiza cada verano, cuidar el cementerio de Avonlea.
Un día ella conoció a un azabache de ojos avellanas, al cuál ayudo a devolver el amor a su corazón y al de sus hijos.
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Gilbert
Parte 1/2
Tome con cuidado el pastel en mis manos tratando en mi mente de tener toda la concentración del mundo en no caerme.
Este pastel debe llegar a Walter sano y salvo, Joyce junto con James ya se encontraban en mi cuarto esperando.
Justo cuando me faltaban seis escalones, la figura de mi último hijo salió por la puerta con cierto gesto de impaciencia.
—Dejame hacerlo yo, tu tardas años— James como si fuera cosa de todos los días, tomo sin problemas el pastel.
—Shh hagan silencio— Joyce se llevó su dedo a la boca—Walter puede despertar y la sorpresa será un total fracaso.
—Ya lo es, solo miren el pastel.
—Tampoco es para tanto, James.
Él señaló la comida—Es un pastel con cara de Cars, papá.
—Walter siempre quiso un pastel así.
—¡Eso era cuando tenía cinco!—Joyce lo golpeó en la pierna y el ruloso la fulminó con la mirada.
—Ya cierra la boca amargado y mejor pásame las velas—James ahogo un grito, a regañadientes tomo los objetos y se los dió— gracias.
Joyce me recordaba a Winifred, en ciertos aspectos y este era uno de ellos, los festejos, Wini siempre amo su cumpleaños y por ende, mis tres hijos también, o bueno, la única que aún ama el día de su nacimiento es Joyce.
—A la cuenta de tres, uno, dos y...
Nisiquiera pudimos empezar por qué Walter ya se nos adelantó abriendo la puerta de su cuarto con cara de cansado—Feliz cumpleaños para mi.
—¡Arruinaste la sorpresa, bobo!—Joyce comenzó a darle unos golpes en su abdomen aún que solo consiguió que Walter riera.
—¿Te haría feliz si vuelvo a la cama y fingimos que estoy dormido?—ella entrecerró sus ojos y termino accediendo— Bien pero, ¡Tu deberás acompañarme!.
Coloque mi cabeza contra la puerta y sonreí al ver a Joyce riendo debido a las cosquillas de Walter y como James se abalanzaba sobre los dos solo para terminar recibiendo las cosquillas.
Estarías por feliz de verlos Wini y se que si estuvieras aquí, tu estarías jugando con ellos.
Dejé el pastel sobre el escritorio, coloque dos dedos en mi boca y solté un fuerte silbido que los hizo detenerse— Les sugiero que empiezen a huir si no quieren que el monstruo venga a por ustedes.
