Capítulo 32 | Dos relojes |

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Escuchó el timbre de la llamada un par de veces y nuevamente fue enviado a Buzón de Voz, la había llamado la última semana al menos una vez al día y ella ignoraba sus llamadas. Revisó el número que Pepper le dió, era correcto y ella nunca se atrevería a jugarle una broma de ese tipo. Dió un largo suspiro y volvió a llamar, una, dos, tres veces... Y de nuevo, Buzón de Voz.

"Hola Hill, soy yo Samuel. He tratado de llamarte. Sé que tal vez estés molesta después de seis años, pero... En verdad me gustaría verte. En fin, iré a la ex-base de los Vengadores en unos días, espero encontrarte. Cuídate.. y, en verdad necesito hablar contigo"

Terminó el mensaje con un largo suspiro. No sabía dónde se encontraba, no tenía idea si aún le interesaba, pero tenía que hablar con ella. Después de sus primeras citas, no quiso alejarse pero tuvo que hacerlo... Los acuerdos lo orillaron. Escucho el sonido del jet aterrizar, últimamente Joaquín lo había tomado como medio de transporte personal. En medio del bosque, Wanda, Bucky y Joaquín bajaban con equipaje y el pequeño Magnus, el cachorrito caminaba a lado de Wanda con curiosidad. Inmediatamente vio a su tío Sam y quiso correr hasta él pero la correa lo detuvo.

El cachorro al final movió un lugar en el corazón de la castaña, rogándole a Bucky que se lo quedara. No estaba convencido, pese a que Raynor lo había recomendado como parte de su terapia, según él, era demasiada responsabilidad. Sin embargo, no podía negarle nada a Wanda, y lo terminaron adoptando. Ahora dormía en la habitación de la pareja y ¿si tenía un favorito?, claro, la ojiverde lo cargaba y arrullaba. Incluso Bucky había capturado un vídeo de ella cantándole al cachorro hasta que se quedó dormido. Sam y Sarah solo rieron, esos dos necesitaban un bebé ya.

—¡Por fin llegan!— dijo Sam mirando como el Jet volvía a elevarse en el aire, Oliver lo pilotaba de vuelta a la base de ella fuerza aérea— ¿Qué tal el vuelo?— preguntó con ironía.

—Rápido— rieron y se encaminaron a la casa de Sam, Sarah finalmente se había mudado, había dejado la mayoría de muebles con excepción de las literas de los niños. La casa se sentía un poco más sola al no escuchar sus risas, y sin dibujos adornando la nevera. Había una sensación de vacío. Dejaron sus maletas en las habitaciones y Wanda corrió inmediatamente con Sarah, la boda sería en unas horas y necesitaban terminar los últimos detalles de la fiesta. Los tres caminaban en dirección a la casa del Señor Smith y prontamente de Barnes. Sintió su bolsillo vibrar y observó la llamada, el aire desapareció de sus pulmones y comenzó a entrar en pánico.

—¡Es María!

—¡Pues contesta, idiota!— le dijo Joaquín aceptando la llamada. James los miraba confundido, parecían un par de adolescentes hablando con una chica bonita.

—¿Hola?— Joaquín se estampo una mano contra la cara. Sam sudaba en extremo y jugueteaba con sus manos.

—Hola Sam... Escuché tu mensaje... Y si. Estoy molesta—dijo cambiando su tono de voz completamente de uno dulce a uno duro y molesto—no te atreviste siquiera a buscarme el último año. ¿Quién te dijo que correré a tus brazos en la primera oportunidad?

—No, yo no quise decir eso... Necesito que hablemos ¿si?.. Por favor.

—Espero que tengas una buena excusa para estos últimos seis años... — Sam se quedó callado tratando de entender las señas de Joaquín. Bucky lo miraba raro, si estaban jugando mímica definitivamente el muchacho perdería porque no tenía ni idea de que quería decir— ¿Sam...?— le llamó al no escuchar nada más.

—Mi hermana se casará este fin de semana ¿Quieres acompañarme?— Bucky sonrió y Joaquín alzó los dos pulgares. La línea se quedó en silencio, ahora era María Hill quien pensaba a mil por hora tratando de dar una respuesta.

B R O K E NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora