Capitulo 9: Cayendo en lo prohibido.
JARETH.
Cierro la puerta con suavidad saliendo del cuarto de Lilah con Sharla, su mirada está perdida en algún punto del suelo y sus dedos se mueven de forma nerviosa.
Es preciosa, es lo único que puedo pensar. Ella es hermosa.
Su cabello cae en una fina capa de velo sobre su rostro, sus labios son grandes y gordos, y me llaman para besarlo y morderlos. Sus mejillas llenas, que cada vez que sonríe sale el pequeño hoyuelo en su comisura.
Es una maldita diosa.
—Creo que debemos hablar —dice con voz suave, camina hasta el sofá y se deja caer en él.
—Yo creo lo mismo —me acerco a ella y me siento a su lado, muy cerca.
Saca una pequeña libreta de su bolso y empieza a abrir las hojas hablando y hablando sin parar sobre los datos de la boda. La dedicación y energía que le pone me hace saber que ella se toma esto muy en serio, así que decido darle atención al menos por un momento, hasta que decide quitar su cabello poniéndolo de lado dejando el hueco de su cuello libre y con piel expuesta.
Respiro hondo tragando saliva y lamo mis labios lentamente, paso la lengua por mis dientes resistiendo el impulso de inclinarme para besar su piel. Realmente puedo oír la voz llamándome, tentando.
—¿Por qué me miras tanto? —pregunta en voz baja sin sacar la vista de la libreta, veo el movimiento que hace al tragar y aprieto mis labios—. Me estás poniendo nerviosa —susurra.
—Lo siento —es todo lo que digo, apartando la vista.
Ella vuelve a hablar, y por media hora puedo darle atención, hasta que sus dedos empiezan a jugar con su labio. Eso es todo lo que necesito para inclinarme más a ella, su olor me llena las fosas nasales y aguanto un suspiro.
—¿Por qué debemos organizar nosotros las mesas? —pregunto divertido—. Si pones a la mamá de Vicenzo con su familia paterna, va a correr sangre, lo sabes ¿no?
Ella suelta un suspiro de resignación y deja la libreta a un lado.
—Juro que es la primera y última vez que organizó una boda —se queja acostándose en el sofá y me mira.
No sé cómo terminé teniéndola casi a nada de mi rostro, pero el movimiento que hizo, terminó por dejarla más cerca de mí. Bajo la vista a sus ojos, y lentamente la paso por sus labios. Puedo oír su pulso acelerado desde aquí, o tal vez es el mío, no lo sé y no me importa.
En este momento solo puedo ver como su boca se abre levemente y suelta un suspiro.
—Estás muy cerca.
Su voz suena grave y baja, casi cortada.
—Lo sé.
Subo la vista a sus ojos y ella se mueve más por inercia, puedo decir, ya que sus ojos tienen un ápice de duda y arrepentimiento, pero no se lanza para atrás.
Bajo el rostro, y ella solo se inclina un poco más, casi sonrío cuando sus manos se aprietan sobre el sofá.
—Jareth, estás muy cerca —repite, pero no se aleja.
No digo nada, pero sé que mis ojos están oscurecidos, puedo sentir el calor de su cuerpo porque el mío está igual de caliente. No sé cómo, ni porqué, pero mis labios terminan rozando los suyos.
—Juro que si no me alejas —mi voz suena ronca— voy a comerte la puta boca.
Puedo ver en el momento que sus ojos se ponen nublados, al igual que sus piernas se aprietan con fuerza mientras sus dedos rasgan el cuero del sofá.
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El Karma de Jareth
RomanceSharla y Jareth han sido inseparables desde que tenían cinco años. Han ido al mismo colegio juntos, han tenido mil noches de películas, han pasado por mil y un peleas. Son los mejores amigos que jamás existirán. Hasta que Sharla decide hablarle sobr...