SHARLA.
Hace un mes que no sé nada de Jareth Secchi.
Bueno, no. Estoy siendo dramática, si pasó un mes desde que no nos vemos, pero Zara constantemente suele hacer comentarios casuales sobre su paradero.
Hagamos énfasis en casuales, por favor. Porque ella no es para nada disimulada. Todavía no logro entender si es despistada realmente, o si ella simplemente no quiere disimular.
Es fastidioso, si me lo preguntan.
Jareth tuvo que hacer un viaje de emergencia hasta Italia ¿Por qué? No lo sé. Vicenzo solo informó que iba a verse con un viejo amigo de la familia. No dio más información que esa.
Lo que sí tengo la certeza es que está enfadado, cabreado, dolido, rabioso, y cualquier otro adjetivo que le quieras poner.
¿Caliente cuenta?
Si, pero no va al caso.
Llevo un mes casi encerrada, saliendo casualmente con Izan, lo cual tiene a mi madre en una nube de éxtasis. Casi pareciera que ella está saliendo con él y no yo.
Es dulce, es amable, me trata bien. Si, tengo sospechas aún, pero después de conocerlo un mes entero, realmente puedo decir que Izan no es un león, es un gatito disfrazado.
Pero no me siento satisfecha. Siento que desde que Jareth llegó, todo en mi vida cayó en derrumbe. He faltado al trabajo una semana entera, no me siento muy sana mentalmente, y definitivamente no me siento empoderada. Me siento como una maldita estúpida que solo tiene mucha autoestima y se pone en primer lugar a ella que a los demás.
Mierda, hasta yo estoy decepcionada de mis propias acciones. No debí hundirme por él, no valía la pena. Muchas personas pueden juzgar mis acciones, mis palabras, mis errores. Pero realmente quiero verlos enamorados, quiero ver lo estúpidos que pueden ser, las ridiculeces que son capaces de hacer por amor.
Cuando descubres una persona que entiende tu mundo y quiere aprender más de él, es realmente difícil alejarse de ese vicio.
Te sientes como en una nube, flotando. Sientes mariposas, un zoológico, un maldito planeta. Pones a esa persona en un altar, tengas la maldita edad que tengas, y lo ves como tu mundo.
Ya no eres tú sola, porque tienes a alguien que te acompaña, que te guía, que te cuida, que te hace sentir especial, única.
¿Y qué viene luego?
Una bola de mierda estresante, innecesaria y que oculta muchos dolores e inseguridades.
Toda la fachada se cae, te ves a ti misma -me veo a mí misma- en la parte delantera de un coche, confesando sentimientos que tú crees son recíprocos porque eres ingenua, tonta y joven, y cometes muchos errores. Y luego descubres que esos sentimientos solo los tenías tú, eres rechazada de la manera más horrenda.
Tu mundo acaba de romperte el corazón, esa persona que tienes en alta estima cae del altar, pero cae sobre ti, porque eres muy estúpida como para atajar su caída y que no duela.
Lo odio, pero lo amo demasiado.
No espero que me entiendan, no busco ser aceptada, no busco que me idolatren o me tomen de ejemplo, pero nadie es perfecto.
¿Realmente crees qué te ama? ¿Realmente tú le amas? ¿O solo tienes miedo de que nadie te toque, te mire, te bese y te adore como esa persona lo hace?
—Levántate, ahora —siento un tirón en la sabana que cubre mi cabeza, me quejo—. Hablo en serio, Sharla. Falta menos de dos meses para la boda, estamos muy atrasadas con el salón.
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El Karma de Jareth
RomantiekSharla y Jareth han sido inseparables desde que tenían cinco años. Han ido al mismo colegio juntos, han tenido mil noches de películas, han pasado por mil y un peleas. Son los mejores amigos que jamás existirán. Hasta que Sharla decide hablarle sobr...