𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

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FIN DE SEMANA [09:00AM]

- ¿Segura de que puedes ir sola, Anya?

- Sí papá, solo envía al chofer a la dirección que te dije - Suspiró - Visitare a la abuela y volveré lo antes posible.

- ¿Estás completamente segura? - Preguntó de nuevo el hombre con tono de preocupación - ¿No tienes algún amigo que vaya contigo?

- ¡Oh, papá! - Exclamó molesta.

- Está bien tranquila, no seas histérica - Soltó una pequeña risita - Pero entiende, si vas acompañada sería un alivio para mí, sabes perfectamente que la abuela vive en un lugar muy apartado de la ciudad.

- Bien eso haré, ahora deja que me prepare - Se despidió rápidamente y colgó la llamada.

En poco tiempo salió de su cuarto, al ser fin de semana y tener el día libre, llevaba puesta ropa cómoda, junto a una mochila blanca que hacía juego con sus zapatillas.

Realmente no tenía intenciones de invitar a nadie, bueno en realidad no conocía a nadie, por lo tanto, ya se inventaría algo para decirle a su padre, una mentirita piadosa no hacia ningún mal.

Caminó hasta llegar a la entrada del colegio, mientras esperaba a que vinieran por ella tomo asiento sobre una banca algo vieja, que se encontraba a su lado.

Varios minutos habían transcurrido y nadie llegaba, así que aburrida, levanto su mano izquierda y comenzó a estudiar cuidadosamente su tono de piel, siempre había sido muy blanca, hasta el punto en que parecía enferma.

- Últimamente estas muy pálida ¿comes bien? - Dijo de sorpresa el peliblanco detrás de ella.

- Claro, tengo un apetito voraz - respondió - Además, este color me ha acompañado toda mi vida.

- Qué raro, el presidente es moreno...

- Sí, pero mi madre era tan blanca como la nieve - Giró su cuerpo para observar a Satoru - ¿Por qué esta aquí? - preguntó.

Él simplemente guardo silenció y comenzó a caminar, se veía realmente apuesto sin el uniforme del colegio, esta vez vestía de forma casual y en vez de usar la venda en sus ojos, llevaba gafas.

- ¡Señorita Anya! - Gritó un chico joven desde un auto color negro - ¡Disculpe la tardanza!

- No te preocupes, al menos llegaste - Caminó hacía el coche algo confusa al ver que Satoru se había detenido junto al mismo.

- Bueno, ya podemos irnos.

- Si vámonos, quiero aprovechar el día, hoy será estupendo - mencionó el albino, subiendo junto a ella en el asiento trasero.

- ¿Qué mierd...¿Por qué está en mi auto?

- ¿Tu padre no te lo dijo? - sonrió - Él llamo al director y le dijo que le pagaría a quien te acompañara a casa de tu abuela, así que aquí me tienes jaja.

La chica apretó sus dientes a punto de explotar y se cruzó de brazos. Cada vez que quería estar lejos de Gojo, de alguna forma terminaban cruzándose y acabando el día juntos.

●●●

Aproximadamente una hora después, llegaron hasta su destino, bueno mejor dicho casi llegaban, ya que la casa de la abuela se encontraba al otro lado de un bosque muy frondoso.

- Los dejaré aquí señorita, por favor tenga cuidado - Habló el chofer abriéndole la puerta - Y no olvide pasarla bien.

- ¿Ya llegamos? ¿Y la casa? - Preguntó Satoru, bajando del móvil- ¿Tu abuela vive en un árbol o qué?

- ¡Claro que no! - levanto la voz - El único camino que atraviesa el bosque es muy estrecho y el auto no puede pasar, así que tendremos que caminar, pero si no puede hacerlo entonces el chofer lo llevara al colegio de nuevo.

- Jaja ¿cómo crees? Ya estoy aquí, prefiero esto a andar exorcizando maldiciones.

- El camino es largo, mejor vuelva al colegio - Insistió - Ya es un hombre adulto, quizá sus piernas no aguantan tanto - sonrió de manera burlesca.

- ¡Oye, tampoco soy un viejo! - Respondió ofendido - Apenas tengo veintiocho.

- Ajá, es todo un señor- Comenzó a caminar apresurada, seguida de un Satoru bastante molesto.

Después de unos minutos, llegaron a la casa de la anciana, era enorme y tan vieja como ella misma, se podría decir que incluso era más grande que el Templo Gojo.

- Ohhh vaya - dijo animado, quitándose las gafas para apreciar mejor el lugar - Como era de esperarse, la madre del presidente nada en dinero y oro.

- Profesor, solo nos quedaremos aquí hasta mañana - mencionó la chica, mientras se quitaba las zapatillas para entrar - Y, por cierto, en esta casa hay algunas reglas que deberá seguir.

- ¿En serio? ¿Cuáles? - Se quitó rápidamente el calzado.

- Debe ser respetuoso con las sirvientas, usar ropa tradicional y no beber nada de alcohol.

- Mmm ¿Será tal vez... que tu inventaste la primera regla? Con el objetivo de que no esté cerca de otras mujeres- preguntó mientras se acercaba de forma lujuriosa a la chica, sus labios y los de ella estaban a tan solo centímetros de rozarse.

- ¿Acaso usted necesita de reglas para dejar de ser un don juan por al menos un día? ¿Sabe? mi abuela es una mujer chapada a la antigua- empujo con fuerza al albino - Por ende, las chicas aquí son jóvenes sacerdotisas vírgenes, y si un don juan como usted les hace algo, mi abuela se encargará de cortarle lo único que lo define como hombre - Soltó una pequeña carcajada y entro al templo.

Satoru simplemente sonrió de lado y la siguió.

PD: En el futuro me gustaria escribir otro fanfic, con algun otro personaje, así que porfis dejen el nombre de su husbando favorito y lo tendre en cuenta para el proximo 👀👌

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PD: En el futuro me gustaria escribir otro fanfic, con algun otro personaje, así que porfis dejen el nombre de su husbando favorito y lo tendre en cuenta para el proximo 👀👌


𝐀𝐪𝐮𝐢 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐬 ━━ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘎𝘰𝘫𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora