-¿Cómo me veo?- pregunto dando una vuelta, frente a el -Creo que se me ve bien.
-¿Bien? Eso es muy poco- la tomo de la cintura, acorralándola en la pared a un lado de la puerta -De hecho, cualquier halago que diga, sería poco.
-Satoru, espera- lo aparto- No seas así de cariñoso conmigo en el colegio y otra cosa ¿Cómo haremos para salir? A esta hora, Ijichi aun da vueltas por los pasillos y el director también.
-Esta bien, dejare mi lado cariñoso para cuando salgamos de aquí- sonrió- y sobre lo otro, pues Ijichi no va a interferir en nada, pero para que estés mas tranquila con respecto a Yaga...vamos a teletransportarnos.
-¿De verdad?- antes de que pudiese escuchar si quiera una respuesta, apareció afuera del colegio, mas precisamente cerca de la entrada/salida -¡Wow, eso fue muy rápido!
El peliblanco, se quito la venda que cubría sus ojos y en su lugar, se puso unas gafas oscuras, claro que no eran las mismas que Anya le había dado, puesto que estaban algo viejas y arruinadas, pero las guardaba con mucho amor en su mesita de noche. Satoru estaba vestido con un traje que lo hacía lucir extremadamente sexi, desde ya se notaba, que la cena seria en un lugar bastante formal.
-Muy bien, señorita- apunto al auto color negro, frente a ambos- Su carruaje la espera- rápidamente abrió la puerta e hizo una reverencia.
-Oh, pero que caballeroso- Anya entro al móvil, soltando una pequeña carcajada, el albino no tardo en corresponder a eso.
Durante el camino hablaron un poco de todo, conocerse mas era el punto de estar juntos, ya que aun no tenían una relación seria y con esa salida, Satoru tenía la idea de poder compartir mas con Anya, había planeado la cena, desde hace semanas, incluso cuando ella estuvo dormida por estar gravemente herida, el no perdió la fe en que despertaría y podría invitarla a salir, quería lo mejor para ella y por ende, reservo una mesa en unos de los mejores restaurantes de Tokio.
-Ya llegamos, princesa- dijo, mientras estacionaba el auto. Nuevamente repitió su acto de caballerosidad, abriéndole la puerta a la chica para que saliera.
-Gracias- lo tomo del brazo, y se dirigieron al lugar.
Inmediatamente un muchacho los recibió y guio hasta la mesa reservada, justo frente a una enorme ventana donde la vista era magnifica. Anya simplemente no podía desear mas, todo estaba perfecto.
-¿Sabes? Tu color de ojos es muy hipnotizante, eres la única persona que conozco con ese color. Son realmente hermosos- menciono la chica, mientras metía algo de comida a su boca.
-Algún día veras este color de ojos, en otras personas o debo decir, personitas- hizo énfasis en la ultima palabra.
-¿Por qué lo dices?¿tienes hermanitos?- pregunto confusa.
Satoru sonrió ante su inocencia, y cambio el tema. Como decirle que quería que ella fuera la madre de sus futuros hijos. Quería una vida entera a su lado.
Una hora transcurrió, y todo seguía marchando de acuerdo al plan, la cena había estado exquisita y no era para menos, por algo era el mejor restaurante.
-Vamos a caminar un poco ¿te parece?
-Claro, pero antes de irnos quiero leer lo que dice mi galleta de la fortuna- respondió emocionada.
-¿Qué dice? - pregunto curioso.
-Dice "Tu noche será única"- se puso de pie, tomando sus cosas -Y tiene razón, es única porque estoy contigo- sonrió feliz- ¿Qué dice la tuya?