¡𝐁𝐄𝐁𝐄!

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CAPITULO ESPECIAL.

Tenia un terrible dolor de cintura, y empeoraba aun mas con cada paso que daba. Supuestamente debía estar en casa, descansando y comiendo saludable tal cual su medico lo había dicho y Satoru se encargaba de hacer, que ella cumpliera al pie de la letra todo, pero ese día el no estaba en casa y Anya decidió salir a comprar algunas cosas, sin que el lo supiera.

-¿Tu esposo sabe que saliste?- pregunto su padre, el señor Tokugawa, mientras la tomaba de un brazo y la ayudaba a caminar- Estoy seguro de que saliste sin avisarle, se supone que debes hacer reposo.

-Ay, papa, te pedí que me acompañaras, no que me estuvieses regañando con cada paso que doy- respondió ella- Es aburrido estar en casa.

- No le digas nada, tu hija es terca como una mula- dijo su abuela, detrás de ambos- Tiene una barriga enorme y aun así, quiere andar caminando.

-Abuela...

-Tranquila- el señor Tokugawa la interrumpió- Antes de seguir comprando, vamos a detenernos a comer algo.

Ambas estuvieron de acuerdo y buscaron un local, caminando a paso lento, siguiendo el andar de Anya que pues no podía ir mas rápido.

Cuando encontraron un buen lugar, padre e hija ingresaron, pero la anciana se quedo afuera un momento -Ya los sigo, debo hacer una llamada importante- dijo seria.

-Esta bien- dijeron al unísono.

Desde que supieron del embarazo de Anya, tanto su padre como abuela pasaban la mayor parte del tiempo en casa de la misma, haciéndole compañía y siendo de espías, bueno la abuela era quien hacía de espía, ya que había hecho un trato con Satoru a cambio de unos pocos dólares, y es que necesitaba apostar los sábados cuando jugaba con sus amigas, según el trato ella le diría a Gojo cada vez que Anya saliera de casa a escondidas.

-¿Hola?- se escucho la voz animada del albino, tomando la llamada.

-Escucha niño lagarto, tu linda esposa salió de casa hoy- respondió- La pobre no puede ni caminar, pero insiste en andar.

-Oh, dios mío...esa pequeña escurridiza- murmuro- Abuelita envíame la ubicación del lugar donde están, iré por ustedes.

Después de unos minutos, Satoru llego al lugar entrando rápidamente con unas gotas de sudor en el rostro, acercándose desesperado a la chica. Aquello se llevo las miradas de todos los que estaban en el local.

-¿Por qué saliste sin avisar? Sabes que tienes que descansar ¿te sientes bien?¿como esta nuestro bebe?- se acerco a su vientre y lo acaricio.

-¡No levantes tanto la voz, asustaras a mi nieto!- exclamo el padre de la chica- Pequeño, tu papa a veces es medio tonto- también acaricio el vientre de su hija.

-Tu también estas gritando papa- dijo ella, con una sonrisa -¿Cómo sabias donde estaba, Satoru?

-Lo adivine- mintió, aun que fue muy poco creíble.

-Tu y mi abuela colaboran para mantenerme encerrada en casa, lo se- tomo la mano del albino, para poder levantarse de la silla- Pero no van a poder, soy un ser libre y mi bebe tam...- se quedo en silenció.

-Que rayos...- hablo Satoru, mirando el piso.

-Creo que nuestro hijo ya quiere salir- dijo la pelirroja. Había roto fuente.

Comenzó a sentir un dolor terrible, tan así, que hasta le resultaba difícil respirar. Rápidamente su esposo y su padre, la sacaron al exterior del local y la subieron con cuidado al auto del albino, que por suerte estaba estacionado enfrente.

-Satoru ve atrás con ella, tranquilízala esta muy nerviosa- hablo el señor Tokugawa subiendo en el lado del piloto y su madre, en el asiento acompañante.

Anya respiraba profundamente y luego soltaba todo el aire, mientras apretaba con fuerza la pierna del albino.

-¡Gracias a ti estoy sufriendo!- grito con furia- ¡No sabes cuanto te estoy odiando en estos momentos, Satoru!

El peliblanco sonrió de forma picara- Hace nueve meses atrás decías lo contrario.

-¡SATORU!- apretó aun mas fuerte su pierna, haciendo que este soltara un pequeño quejido.

•••

La chica se retorcía sobre la camilla, nunca en su vida había sentido un dolor tan punzante. Lloraba como loca y apretaba la mano del albino que se encontraba a su lado, mientras los médicos hacían su trabajo e intentaban calmarla.

-Cariño, no seas tan brusca...- dijo, ahogando un grito de dolor, pues ella apretaba su mano con mucha fuerza.

Anya lo ignoro olímpicamente y siguió sufriendo. Así estuvieron durante varios minutos, hasta que finalmente se escucho el llanto de un bebe, todos lo habían esperado con ansias. Fuera de la sala, el padre de la chica y su abuela, se abrasaron entre lloriqueos de emoción.

Satoru cargo a su pequeño, mientras sonreía todo embobado por aquella carita tan dulce y somnolienta. Lo acerco aun mas a el y beso con delicadeza su cabecita. Después de un buen rato, ingresaron a la habitación la anciana y el señor Tokugawa.

-Dame, yo también quiero cargar a mi nieto- hablo el padre de la chica.

-¿Qué? No, claro que no- lo aparto -Consígase a su bebe.

-¡Lo tenía, pero tu la sacaste de mis brazos!- respondió entre sollozos refiriéndose a Anya.

-Ya basta los dos- dijo ella sería- Satoru dale el bebe a mi padre.

-Por supuesto, mi sol- con cuidado le entrego al pequeño.

La abuela se acerco con los ojos enormes y observaba con ternura al niño -Al menos heredo tus bellas facciones, querida- dijo luego, mientras le quitaba el niño de las manos a su hijo- Porque el resto es igualito al lagarto.

Y si, su cabello era blanco y sus ojitos eran color cielo como los de Satoru.

-¿Y como será su nombre?- pregunto el padre de la chica- Es un niño muy guapo, debe tener un nombre que vaya con el.

-Pues Satoru y yo lo estuvimos pensando mucho, incluso hicimos una lista- hablo Anya- Y hace poco nos decidimos, se llamara Akemi.

-¿Les gusta?- pregunto el peliblanco.

-¡Nos encanta!- dijeron los mayores al unísono.

En el trayecto del día, llegaron el resto de sus amigos. Cómo Ijichi, Shoko, el director Yaga e incluso Kaomi junto a sus hermanas, para poder brindarle todos juntos, una calida bienvenida al pequeño Akemi.

BONUS

Durante la noche mientras Anya dormía, Satoru se percato de que su niño había despertado, así que lo tomo en brazos intentando que volviera a cerrar sus ojitos. Como este no se dormía, presiono su mejilla con sumo cuidado y por primera vez, desde que nació en la tarde, lo vio sonreír.

 Como este no se dormía, presiono su mejilla con sumo cuidado y por primera vez, desde que nació en la tarde, lo vio sonreír

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Su corazón se hizo chiquitito ante tanta ternura, no podía pedir mas en la vida.

-Ah, pero que pequeño mas bonito eres- susurro sonriente.

Creditos al respectivo autor del mini comic, no se de quien es, pero ahí sale un "@" así que supongo que ese es ^^

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Creditos al respectivo autor del mini comic, no se de quien es, pero ahí sale un "@" así que supongo que ese es ^^

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𝐀𝐪𝐮𝐢 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐬 ━━ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘎𝘰𝘫𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora