𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟕

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Satoru buscaba en cada esquina del club, estaba con el corazón en las manos y no encontrarla lo estaba volviendo loco. Por un momento pensó que quizá ella se había ido sola o con algún chico de su edad, pero al pensarlo por segunda vez se dio cuenta de que eso no podía ser posible, ella no era así, lo sabía perfectamente a pesar de llevar poco tiempo a su lado.

- Oh querido, pensé que no entrarías - Habló la chica rubia, de antes, interceptándolo en las escaleras - Creí que te quedarías con tu amigo el rarito.

El peliblanco sonrió, pues la mujer frente a él, solía venir con frecuencia al club y seguro conocía mucho más el lugar. Podía serle de utilidad.

- Linda ¿Aquí hay habitaciones?

- ¿Ya quieres ir a divertirte? - Pregunto en tono coqueto, a lo que Satoru simplemente asintió.

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Detrás del club, había un segundo edificio con muchos cuartos, y tenía ese presentimiento de que Anya se encontraba en una de esas habitaciones ¿pero en cuál? Era la pregunta que martillaba en su cabeza, además con la música tan fuerte era imposible lograr oír algo.

- Querido, busquemos un cuarto vació y...

- Lo siento, pero no quiero divertirme, la verdad es que estoy aquí para buscar a alguien - la interrumpió - Y estoy completamente seguro de que se encuentra en una de estas habitaciones.

- ¿Buscas a otra mujer? - Preguntó molesta - ¡Dijiste que no tenías novia!

Satoru solamente guardo silenció, no tenía intenciones de discutir con alguien que había conocido esa misma tarde por accidente, así que la ignoro y como si estuviera demente, comenzó a abrir las habitaciones una por una, mientras que la mujer rubia, se marchó echando humo de las orejas.

Solo quedaba un cuarto y no dudo ni un instante en abrirlo, encontrándose con ese hombre repugnante manoseando a su querida estudiante.

- ¡Oye, lárgate idiota! - grito Takio - ¿No te han enseñado a tocar la maldita puerta?

Una ira inimaginable recorrió el cuerpo del albino, haciéndolo apretar con fuerza los puños, fue en tan solo cuestión de segundos que tomo del cuello al maldito desgraciado y lo arrojo hacía la pared.

En su estado actual era capaz de matar a cualquiera, tenía tanta rabia.

No podía creer que las manos de ese patán hubiesen tocado el delicado cuerpo de Anya - ¡Voy a asesinarte, gusano infeliz! - Dijo, apretando sus dientes y volviendo a tomar al sujeto del cuello.

- ¿Sabes? Mejor voy a encargarme de hacer que llores - la voz del albino, sonaba como la de un psicópata - Me rogarás por tu sucia vida.

Nuevamente lo dejo caer al suelo y lentamente se quitó la venda que cubría sus ojos, Anya aun no recuperaba sus fuerzas pero observaba con atención lo que estaba pasando, ella desconocía en gran parte el poder de su profesor, nunca lo había visto en acción, pero creía firmemente cuando alguien decía "es el chamán más fuerte", y gracias a Shoko sabía sobre esos ataques de locura que el solía tener al usar su fuerza, por lo tanto no podía permitir que Satoru matara a un humano, por más malvado que fuera.

- Profesor, no lo mat... - Se quedó muda, al ver los ojos azules del peliblanco.

- ¿Matarlo? - Pregunto sarcástico - Haré que sufra... Sólo un poco - Soltó una carcajada.

Antes de liberar todo su enojo, golpeó repetidamente al sujeto en el suelo, dejándolo con varios hematomas y hasta con algunos huesos rotos, pues se escuchaba como estos crujían y hacían al hombre derramar lágrimas de dolor.

𝐀𝐪𝐮𝐢 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐬 ━━ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘎𝘰𝘫𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora