¿𝐀𝐂𝐄𝐏𝐓𝐀𝐒?

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CAPITULO ESPECIAL

-Compremos algo dulce, necesito recargar energía- decía cierto albino, cargado de bolsas -Por favor, cariño.

-Satoru ya te dije que puedes ir a cualquier dulcería, yo estaré por aquí comprando algunas cosas- respondió Anya observando vidrieras.

-Es que no es lo mismo si voy solo- hizo un pequeño puchero- La tienda que me gusta tiene una dueña muy acosadora, me mira y coquetea a cada rato, ven conmigo ¿si?

-Oh, cielo...

-Si tu vienes, esa chica sabrá que este bombón ya tiene dueña- la interrumpió.

-Esta bien, comprare algo mas y en un rato vamos- sonrió.

Caminaron un buen rato y compraron algunas cosas, para decorar el nuevo apartamento de la pelirroja, pues recientemente se había mudado sola. Las horas fueron pasando, hasta que finalmente entraron a la dulcería preferida de Satoru.

-Oh, mira estas maravillas- camino apresurado hacía los dulces mas grandes- Comprare este, este y este...- decía mientras metía varios en una bolsita.

Anya lo observaba y negaba con la cabeza, Satoru era como un niño en ocasiones -Oye, tranquilo- lo tomo del brazo y a rastras lo llevo hasta la caja -Ya llevas suficiente, luego te pones todo hiperactivo.

-Tu disfrutas mucho de esa hiperactividad- beso el cuello de la pelirroja.

-Satoru, la gente nos ve- dijo sonrojada.

-Vaya, no sabía que tenias novia, Gojo- hablo la dueña del local, mirando un poco mal a Anya.

-Pues si, es hermosa ¿verdad?- pago los dulces sin esperar una respuesta y salieron del lugar. Siendo fulminados por la mirada de la otra chica.

-Ahora sabe que tengo correa- dijo sonriente, para luego tomar la mano de su pareja.

-Hablas como si fueras un perro.

-Soy tu perro, mi querida- se agacho un poco sin dejar de caminar y beso su mejilla de forma tierna.

Satoru y Anya pasaban mucho mas tiempo juntos, tenían una relación normal y tranquila, claro que a veces el albino debía viajar por asuntos del trabajo y pasaban un tiempo separados, pero aquello no les afectaba en nada, ya que en su tiempo libre solo vivía para Anya.

Mientras caminaban de regreso al apartamento de la chica, el peliblanco comenzó a buscar algo en su ropa, sin embargo, no logro encontrarlo así que se detuvo para buscarlo mejor. Por un momento el alma se le escapo del cuerpo, al pensar que había perdido eso que tanto buscaba.

-¿Qué buscas?- pregunto curiosa.

-Emm algo- respondió serio- Seguro esta en alguna parte, voy a encontrarlo- metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y ahí estaba, una pequeña cajita de color azul.

-¿Encontraste lo que buscabas?

-Si, preciosa- la dejo en su lugar y siguió caminando junto a la chica- Anya...¿alguna vez has pensado en el matrimonio?

-¿Por qué preguntas eso de pronto?- dijo sin despegar la vista del camino.

-Curiosidad, solo responde- suspiro algo nervioso.

-Bueno, realmente si- respondió- Todos piensan en eso, en algún momentos. Ahora dime la verdad ¿Por qué preguntaste eso?

Satoru vio que ya estaban llegando cerca del apartamento, asi que detuvo su caminar, haciendo que la chica también dejara de andar.

-Ibas muy concentrada en el camino- hablo- Y necesito que me mires a los ojos unos minutos- se quito la venda rápidamente.

-Satoru, me estas asustando ¿Qué ocurre?

-Cásate conmigo, Anya.

-¿Qué?...

El albino sonrió al verla con cara de sorpresa, y tomo la mano izquierda de la chica, mirándola fijamente, con cuidado eligió el dedo anular de la misma -Repito ¿quieres casarte conmigo?- saco la cajita que guardaba en su chaqueta y de ella, un anillo con diamantes incrustados, realmente hermoso.

-¿Eso era lo que buscabas desesperado, hace un rato?- pregunto confundida.

-No me cambies el tema- reprocho algo molesto.

-No lo estoy haciendo- sonrió- pero...¿Qué tan seguro estas de querer compartir tu vida conmigo?

-Pues, tan seguro como lo estoy, de que a penas entremos a ese apartamento te pondrás a decorarlo como loca, a pesar de ser las once de la noche- comenzó a reírse por la cara de Anya, pues sabía que tenía razón- Escucha, hace tiempo te hice una promesa de amor y hoy quiero sellarla, te amo como nunca ame a nadie, y es por eso que quiero ser el hombre que cargue con todas tus bolsas de compras y que tu seas la mujer que me acompañe a comprar dulces, hasta el final de nuestros días ¿aceptas?

-¡Claro que acepto!- dijo sonriente. Cuando el termino de poner el anillo, la pelirroja salto a sus brazos emocionada, haciendo que las bolsas cayeran al suelo, pero en ese momento las bolsas eran lo que menos importaban.

-Te amo Satoru- dijo Anya, dándole un tierno besito en la nariz.

-Dilo de nuevo, por favor- estaba tan jodidamente enamorado de ella -Repítelo ¿si?

-¡Te amo!- repitió, esta vez, besando sus labios.

Esa noche, la decoración paso a segundo plano, pues ambos decidieron festejar el éxito que tuvo Satoru con su propuesta.

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𝐀𝐪𝐮𝐢 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐬 ━━ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘎𝘰𝘫𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora