No entiendo. No entiendo a mi madre, quien puso todas sus expectativas sobre mí y que, cuando fallo, me ignora como si fuera una moneda por ser encontrada. No entiendo a mi hermana, quien en un principio estaba a mi lado, me consolaba y calmaba cada vez que me hacía daño; y, ahora, soy objeto de sus burlas diarias tratándome como una gema idina que no puede cumplir su función. No entiendo a esta academia, que a pesar de sacar una "P" de Penoso en los exámenes de cada materia, me obligan a asistir a sus clases por el gran poder incontrolable que tengo. Y, sobre todo, no entiendo a este chico que está al frente mío pidiéndome con el rostro hirviendo de ira y lágrimas en los ojos para que trabaje con él.
Hace una semana que estoy tratando de alejarme de él, desde que el profesor Fielder de Demonología nos agrupó para que hagamos un proyecto de invocación. Pensé que iba a ser como siempre, dejar que los demás que hagan el trabajo y que quiten mi nombre de él. No tengo intenciones de estudiar, a duras penas pongo atención a las clases y hablo con uno que otro alumno sin tener intenciones de formar una amistad. Debido a ello, me gané la fama de ser un creador de explosiones en vez de hechizos y de evadir a la gente que se me acercaba. Sin embargo, me encuentro aquí, en una de las academias más prestigiosas de todo el Imperio de Avaland, la Academia Selyr de Elstow.
—Parece que esta vez no se va a librar —había comentado el tipo que estaba sentado frente mío en la clase, luego de que mi "compañero" de grupo se había marchado del salón.
Normalmente, no presto ni la más mínima atención a las conversaciones ajenas que hablan sobre mí o de alguien más. Prácticamente, soy como una sombra que deambula por los pasillos sin un objetivo en particular; pero, esa conversación, de alguna manera, me llamó la atención.
—Es cierto, —afirmó el que lo acompaña. —Ese chico es un marlow, ¿no?
Por los rumores, tenía conocimiento de que un chico que no tenía maná entró el año pasado con el mayor puntaje en el examen teórico de admisión. Algo que nunca había pasado en los últimos 300 años. Nunca lo conocí, ni supe quién era; al fin y al cabo, él no se encontraba en mis clases del año pasado. Se dice que había estado en los cursos avanzados de primer año. Fue un suceso muy extraño en la academia, y no solo eso, si no también su existencia misma. Todos sabemos que los marlows, en teoría, existen; sin embargo, ver a uno era otra historia. Es como si la tierra los hubiera tragado o fueran criaturas extrañas y mitológicas en donde el mundo considerara nula su existencia.
A pesar de todo ello, este sujeto está frente a mí con sus ojos llorosos suplicando a que lo ayude. En verdad, no entiendo su actitud, no entiendo su molestia o porqué cada vez que se aparece frente a mí, está abrazando el mismo cuaderno. ¿Miedo, tal vez? Pero, ¿de qué? Entiendo de que pueda ser peligroso, pero simplemente procedí a ignorarlo desde los primeros días, en los cuales me pedía que nos encontráramos en la salida. Los siguientes, me perseguía. Utilicé cada escondite de la academia y me encontraba tratando de acorralarme. Era como si una sombra fuera perseguida por otra. Y, cuando hoy, había encontrado paz camino a la azotea, él se me había adelantado. Me estaba esperando y, cuando me había dado cuenta, bloqueó la puerta consigo mismo.
—¿Por qué no quieres trabajar conmigo? —cuestionó de repente con la mirada baja hacia el suelo y una voz tímida que se quebraba. —Si es por tu condición, ya te lo mencioné antes, te puedo ayudar. —Trataba de levantar la mirada, pero inmediatamente volvía hacia su cuaderno. —O... ¿O es que crees que no te puedo porque soy incapaz de realizar algún hechizo?
—Já, ¿ayudar? —contesto burlón.
Escondía su rostro, solo podía ver su cabello castaño claro alborotado. Se notaba que tenía bastantes deseos de llorar. ¿Acaso cree que unas cuantas lágrimas harán que me dé pena y acepte colaborar con él? En esta vida he aprendido que de nada sirve los sentimientos, siempre alguien te los pisoteará y los botarán como una fruta podrida. Reír o llorar siempre serán lo mismo.
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Once in the Red Moon
FantasyEn la antigua ciudad de Elstow, Askar, un chico de mucho poder, siempre pensó que la vida era aburrida, llena de expectativas que le era imposible alcanzar. Y al no tener sueños, simplemente vivía bajo la sombra de su hermana. Nunca se le ocurrió qu...
