Once in the Red Moon

CAPÍTULO 9: El Hueco

—¿Ya están trabajando juntos? —pregunta el profesor Devine mientras le ayudo a llevar unos libros a la biblioteca. 

Me había pedido ayuda debido a que es un usuario de báculo, y al querer trasladar una gran cantidad de libros, su maná podría haberse gastado bastante rápido. Qué conveniente. Es evidente que quiere saber si hemos realizado algún avance con las prácticas. En cuanto a Elian, solo pude verlo en la primera clase y en el primer receso. Luego, yo tuve que ir a Teoría Mágica, mientras que él se iba a investigar unas cuantas cosas debido a que no tenía clases.

—Después de ayudarle, voy a reunirme con él —le informo. —Ayer, solo tuvimos tiempo para coordinar nuestros horarios.

—Oh, entonces, es mejor que nos apuremos —responde. —No falta mucho.

Al estar más cerca de la biblioteca, nos encontramos con el profesor Fielder, quien quería conversar con el profesor Devine. Así que le entregué los libros para que lo acompañara y me dirijo hacia la puerta del patio. Pero, al llegar, no lo encuentro. Qué raro, siempre es puntual. Por otra parte, veo a un grupo de chicos conversando y riendo, que de alguna manera se me hacen conocidos. Tal vez los haya visto en alguna clase.

Saco el libro de hechizos que ayer me regaló Elian. He estado practicando unos cuantos por la noche, corrigiendo los que había tratado de realizar por mi cuenta anteriormente, especialmente el que logré descifrar parcialmente, el cual era un hechizo de defensa. Quizás me pueda ayudar para algo. Trato de leer tranquilamente, sin embargo, siento la mirada del grupo de chicos.

—Hey, líder —llama a alguien uno de ellos acercándose a mí.

Miro a otro lado pensando de que se trataba de otra persona, pero al revisar, no había nadie. ¿Me está llamando a mí? Un momento, ¿no será que es alguien de los que participan en los duelos clandestinos? Lo miro sin darle mucha importancia. Me he alejado de eso hace bastante tiempo, pensé que ya no me considerarían su "líder". Me di cuenta de que estaba mejor solo... hasta que conocí a Elian.

—¿Va a ir al Hueco? —me pregunta.

—¿Por qué debería? —cuestiono levantando una ceja.

—Un marlow estaba preguntando por usted —menciona. —Parecía que lo quería retar, así que lo guiaron al Hueco.

¿Qué? 

Por un momento, siento que se me corta la respiración, mis ojos se vuelven más grandes y mi rostro algo rojo. Mierda, ¡lo van a matar! Inmediatamente lo agarro del cuello de la camisa y lo acerco a mí, para que me mire a la cara. Nunca me había sentido tan furioso por alguien.

—¿Hace cuánto tiempo se fue allá? —pregunto entre dientes.

—Ha-hace unos diez minutos, ¿no, chicos? —contesta nervioso.

Trata de mirar al resto del grupo. Miro a los demás buscando confirmación de ellos. Están igual de sorprendidos por mi reacción; es cierto, nunca había reaccionado así durante mi tiempo en la academia, y sobre todo, por defender a alguien. Asienten ante su respuesta. Miro de nuevo al tipo.

—¿Tienes escoba? —Él asiente inmediatamente. —Bien, tráela y llévame allá —ordeno.

—S-sí —y tan pronto como lo suelto, saca su varita y la sacude diciendo "hap escoba".

Me subo con él delante y lo agarro de los hombros para no caerme. Nunca había intentado ir en escoba por mi mismo; sin embargo, tengo unos vagos recuerdos de cuando mi padre me llevaba en su báculo para explorar la ciudad. Ahora que estoy aprendiendo magia de nuevo, podría aprender a montar escoba por si sucede alguna emergencia de este tipo, de nuevo.