—¿Por dónde es? —pregunta la más pequeña de los hermanos bajando del carruaje con la ayuda de su segundo hermano mayor.
—Si mal no recuerdo, es por aquí —responde el mayor de los tres guiándoles por uno de los caminos del cementerio.
El chico invitado se posiciona al lado del mayor de los hermanos y enlaza su mano con la de él. El más alto desvía su mirada hacia sus hermanos con cierto sonrojo en sus mejillas, mientras que el más bajo mira tímidamente al suelo.
Hace unas semanas, ellos tuvieron una noche mágica, donde lograron compartir sus sentimientos y temores, sus alegrías y tristezas, pequeños afectos tímidos y dulces, a pesar de que no se acostumbran a esas sensaciones compartidas que normalmente hacen las parejas. La valentía de ellos se había desvanecido cuando el tinte rojo de la luna de los corazones rotos y enlazados desaparecía. Los nervios de ambos volvieron sin darse cuenta mientras que hablaban y reían cuando volvían a casa; y su día siguiente fue bastante extraño.
Ambos callaron al temer que lo sucedido era irreal, tan irreal que parecía un sueño compartido. El silencio los acompañaba cómodamente, hasta que fue interrumpido por los amigos de ambos queriendo saber su pequeño momento juntos. Por ahora, les es más natural agarrarse de las manos, aunque no se escapan de los pequeños sonrojos.
Los cuatro se detienen frente una lápida que decía: Damber Yerne (41/05/878 – 26/07/914). "Un viaje nunca es solitario". Raissa, la más pequeña de todos, se sienta en el césped con las piernas cruzadas frente a esta. Su hermano más próximo, Owen, se sienta al lado de ella entregando uno de los ramos de flores que recogieron de la casa del invitado. Y la reciente pareja se quedó parada detrás de ellos con otro ramo de flores en mano.
—Atum, papá —saluda Askar, el mayor de los hermanos, hacia el difunto que visitaban. —Esperamos que te gusten las flores que recogimos. Em... —piensa sus palabras antes de continuar un poco inquieto, —disculpa por no visitarte antes, pero muchas cosas han pasado ante tu ausencia, especialmente malas. Sin embargo, conocí a alguien que no solo cambió mi mundo, sino también el de nuestra familia —aprieta suavemente la mano de su acompañante, con cuidado de no lastimarlo y el otro responde de la misma manera tratando de reconfortarlo. —Hemos crecido. Raissa ya tiene nueve años y pronto terminará su primer año en la preescuela. Owen, su segundo año en la escuela elemental. Y, por mi parte, estaba pensando en repetir el segundo año, en vez de dejar la academia. El profesor Devine me mencionó que puede arreglar ciertos cursos para explorar mejor el manejo de mi magia con la información que recolectó Elian a lo largo de este año —sonríe tímidamente recordando las experiencias que tuvo en compañía de este. —Sé que no tuve bastante confianza en mí mismo, todo este tiempo, pero... gracias a él, logré recuperarla —menciona mirándolo de soslayo con una sonrisa más notoria. —Y... bueno... —se sonroja un poco, —ahora, estamos aprendiendo a ser un poco más que amigos.
Sus hermanos manifiestan unas pequeñas risillas al ver a Askar sonrojado por lo mencionado. A ellos les gustan crear oportunidades para que se acerquen más, aprovechando que la de los hermanos invita a Elian constantemente.
—¡Elian es genial! —declara Raissa. —Sabe bastante cosas a pesar de no ser como nosotros.
—Y, sobre todo, nos ha ayudado a que Askar regrese y confíe más en nosotros —comenta Owen. —Elian ya es parte de la familia y nosotros de la suya —menciona recordando la vez que se reunieron, hace poco, para celebrar el cumpleaños de la Nana de Elian.
—Chicos... —se enternece el mencionado riendo un poco en respuesta. —Pero, no fui solo yo —comenta mirando la lápida del padre de los hermanos. —Gracias por cuidarlo cuando usted estaba presente —dice refiriéndose a Askar. —Le ha enseñado a ser amable y atento, a pesar de estar en constantes viajes. Él me ayudó mucho en el tiempo que me sentí mal conmigo mismo, por realizar ciertas acciones cuestionables. Y, gracias por permitirme conocerlo. Si no fuera por él, quizás no hubiera continuado estar aquí y recuperar mi felicidad —agradece con una voz entristecida a la vez que pequeñas lágrimas querían escaparse.
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Once in the Red Moon
FantasiaEn la antigua ciudad de Elstow, Askar, un chico de mucho poder, siempre pensó que la vida era aburrida, llena de expectativas que le era imposible alcanzar. Y al no tener sueños, simplemente vivía bajo la sombra de su hermana. Nunca se le ocurrió qu...
