CAPÍTULO 21: No estás solo

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|Elian|

—Anda, sal un rato, yo estaré bien —me dice Askar para quedarse a hablar con Kalia. 

—Pe-pero... yo... —trato de insistir de nuevo. 

—Elian, por favor... —suplica.

—Está bien —suspiro rendido y salgo de la habitación con la cabeza baja. 

El día en Askar despertó me obligó a irme a dormir en casa, a pesar de mis insistencias de quedarme. Quería cuidarlo, tal como él lo hacía conmigo, pero no me permite. Tuve que dejarlo encargado con la enfermera asignada. Vuelvo al día siguiente, y pasa lo mismo. Solo me deja quedarme unas cuantas horas y de ahí me dice que me vaya a comer o dormir. No sé que hacer para quedarme más tiempo. ¿No es que me quieres y por eso te preocupas por mí? ¿Por qué me alejas? 

Inclusive, Kalia es quien lo ayuda a alejarme, a llevarme a casa. Aunque, esta vez, decidió quedarse a conversar con Askar, por lo que me dijo que salga a caminar un rato o comprar algo de comida para esperarla. ¿Qué tanto tienen que hablar? ¿Por qué no habla conmigo? Me siento tan celoso de ella. Bueno, después de todo no es una traidora como yo. 

Salgo al jardín del Hospital y veo a las personas internadas caminando con sus seres queridos. Están tan felices, como si las preocupaciones o el tema de la enfermedad no existieran. Me gustaría ser uno de ellos, caminar por este pequeño camino, sentarme en una de sus bancas rodeadas de flores, junto a Askar. Qué hermosa fantasía. Al observar a los demás, encuentro a una pareja leyendo juntos un libro. Por alguna razón, me hace acordar como él me tranquilizaba con solo escuchar su voz, me hacía concentrarme en la historia más que en mis propios pensamientos. Quiero más de eso. Voy corriendo hacia una librería cercana y compro el primer libro ficticio que veo. 

—El paso del viento —leo en un susurro el nombre del libro.

No sé de qué tratará, pero el título es bonito.

Emocionado, con el libro en la mano, llego a la puerta de la habitación. Iba a entrar, pero escucho que Kalia está hablando con él con total normalidad. ¿Por qué a ella si le habla? A mí solo me hace unas cuantas preguntas sobre mi salud y terminamos en un silencio incómodo. A veces le ayudo a cambiar las vendas de su cabeza, pero nada más. Ni siquiera me deja explicarle sobre mis errores. ¿Por qué no quiere escucharme?

—Askar, ¿estás seguro de eso? —pregunta mi hermana.

—Sí, es lo menos que puedo hacer —responde. —Sé que él debería contármelo, pero también sé que ha estado sufriendo bastante. No quiero que se sienta mal de nuevo recordando eso.

¿Están hablando de mí? ¿Por qué se preocupa de lo que yo sienta? ¿Es por eso que no me dejas contarte lo sucedido? ¡Tú eres quien debe de exigirme explicaciones! O, ¿es que no me que me quieres escuchar porque me odias? ¿Es que solo estás fingiendo que me quieres, es por eso que no me quieres escuchar? O, ¿es que estás planeando ponerte en peligro de nuevo? ¿Qué es lo que planeas hacer? Necesito que me digas que todo estará bien, de que aún quieres ser al menos mi amigo.

—Pero, aunque tengas el suficiente poder, es difícil evitar de que él termine con ese destino —menciona Kalia. —Tienes que pensar bien tus movimientos. Aunque te voy ayudar, no seas muy impulsivo. No queremos que te hagas daño de nuevo.

—Sí, sí, lo sé —contesta Askar. —No te preocupes por eso.

—Aún me sorprende que tengas esa idea loca en tu cabeza cuando AÚN no lo has perdonado —resopla mi hermana. —Eso significa que aún...

Once in the Red MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora