Prólogo

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Aclaraciones
Los personajes de Naruto no me pertenecen ya que son propiedad de Masashi Kishimoto, a excepción de la protagonista y algún que otro personaje que yo haga.

Diálogos
Personajes hablando: —¿Como estas?
Personaje pensando: —Espero que se encuentre bien.
Bijuus hablando: —Humanos torpes.
Personaje hablando con su Bijuu o con otra persona mentalmente: —Que fastidio.
Bijuu pensando: —No puede saberlo.

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—Veamos... creo que ya estoy listo para seguir con mi viaje de regreso a la aldea, tengo que darle mi informe al Hokage sobre lo que he descubierto hasta ahora...— Un ninja de cabello blanco se encontraba en una habitación de una posada mientras terminaba de preparar sus cosas para partir a su aldea al día siguiente. —¿Hum?— Dejo sus cosas donde estaban cuando la puerta fue golpeada, al abrirla vio que había una bella mujer pelinegra del otro lado junto a una pequeña maleta en su mano izquierda y un pequeño bulto en su mano derecha. —¿Puedo ayudarle en algo bella dama?

—Suponía que no ibas a recordarme, pero es mejor que sea de esa forma...— La mujer le extendió el pequeño bulto junto a la maleta. —Espero no volver a verte nunca más Jiraiya.— Dicho esto ella dio media vuelta retirándose de ahí dejando al hombre con la palabra en la boca y múltiples preguntas en la cabeza.

¿Acaso ella habrá sido alguna de mis compañeras de una noche?— Se quedó observando el pasillo unos momentos mientras pensaba aquello antes de ingresar a la habitación con las dos cosas que le había dejado en las manos. —¿Qué habrá en la maleta y en esta manta?— Dejo ambas cosas en la cama con cuidado para luego verlas con curiosidad sin saber qué hacer con eso.

—Ngh...— Aquel pequeño quejido hizo que el albino se quedara quieto en su lugar antes de acercarse dudoso hasta el pequeño bulto en la cama, con algo de nervios sujetó una de las puntas de la tela para así revelar lo que ocultaba.

—¿Una bebé?— El pequeño infante abrió sus ojos y lo observó fijamente al igual que él hacía con ella. —No me digas que es mía y por eso me la ha dado...

—Baa...— Ante aquello sonrió levemente volviendo a tomarla en brazos para así quitar un poco más de la manta y dejar sus manitos libres mientras reía viendo al adulto, tenía unas mejillas regordetas y rosadas, sus ojos eran iguales a los de él al igual que su cabello que a pesar de ser poco se veía tan blanco como tenía el adulto.

—Bueno... parece que tú mamá te ha dejado sola conmigo pequeña...— Su pequeña mano sujetó uno de los dedos de su ahora padre causando que este sonriera enternecido. —Supongo que en la maleta habrán cosas para ti, ¿quién diría que a mis 31 años iba a ser padre de una niña? En fin, no hay nada que hacer... vendrás conmigo a la Konoha y hablaré con el Hokage sobre esto, por ahora debemos dormir ya que mañana temprano partiremos de regreso.

Revisó la pequeña maleta viendo unos pañales, un poco de ropa, un biberón y algo de leche, por lo menos tenía un poco ya cubierto para el cuidado de ella por unos días pero en la próxima aldea tendría que conseguir un poco más para asegurarme de no quedarme sin algo durante el camino.

—Por cierto, ahora que lo pienso no se tu nombre...— El hombre se sentó en la cama mientras que la infante jugaba con un mechón de su largo cabello. —Te llamaré Aiko, significa "niña amada" y tengo la corazonada de que tú serás la fuente de mi alegría de ahora en adelante.

—Baa...— Ella comenzó a morder con sus pequeñas encías su manito, lo que logró sacarle una pequeña carcajada mientras observaba como se babeaba un poco.

—Deja eso que ya te empapaste de babas...— Quitó su manito de la boca de ella para luego recostarse en la cama con ella sobre su pecho. —Tal vez no sea tan malo esto de ser padre... además creo que ya era hora de esto aunque siempre esperé que fuese con Tsunade y una vez que nos casaramos... en fin, mejor descansemos que luego tenemos mucho que viajar tu y yo a partir de mañana. 

Acarició con suavidad su espalda viendo como sus ojitos se cerraban poco a poco y su respiración se hacía lenta y suave, se quedó viéndola un poco más antes de también cerrar sus ojos y dejar que el sueño comenzará a envolverlo poco a poco.

Mi pequeña Aiko... te cuidare con mi vida de ahora en adelante... no dejaré que nada malo te ocurra mientras yo viva.— Con ese último pensamiento dejó que la oscuridad le envolviera totalmente mientras seguía sujetando suavemente a su pequeña sobre su pecho.



La Hija de JiraiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora