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Al día siguiente me levante al escuchar el hermoso cantar de unos pajaritos, tenían su nido al lado de mi ventana en un árbol cercano, el cual no era tan grande como para impedirme apreciar la vista de la ciudad. Me encanta abrir la ventana por las mañanas y sentir el viento chocar con mi rostro recordándome que era hora de empezar con mi rutina diaria. Tome mi ropa y entre a ducharme, no me lavé el cabello ya que lo había hecho ayer, no me gusta lavarlo muy seguido y terminé en unos 15 minutos.

Iba saliendo de mi cuarto cuando escucho problemas en el cuarto de dos de nuestras Unnies. Me asomé a ver que pasaba pero sin interrumpir del todo, eran Sumin y Sieun peleando por unos... ganchos de ropa? (otra vez!?), iba a irme y dejarlas cuando veo que Sieun se estaba alterando más de lo normal, asi que entré y la cargué cual saco de papas y me la lleve a mi cuarto (al ser tan fuerte tuve que aprender a controlar mi fuerza con las chicas, las llegue a lastimar por accidente, pero ellas lo entendian y me perdonaban)
Apenas entramos la senté en la alfombra de mi cuarto con cuidado de no dejarla caer muy bruscamente.

-Que pasa Unnie?- Le pregunte sentándome frente a ella asustada pues estaba a punto de lanzarse sobre Sumin.

-Sumin otra vez me esta cogiendo los ganchos de la ropa y me escondió justo los que compré ayer- dijo haciendo un berrinche como una bebé.

-Ahh, otra vez!? Por que no se compra los suyos?- dije al aire para ayudar tambien a tranquilizar a Sieun.

-Es lo que siempre le digo, "dejá de estar cogiendo lo de los demas, para eso te conseguís tus propias cosas" pero no escucha y se excusa de que lo nuestro es mucho mejor, y que solo es prestado- Sieun ya estaba bastante molesta y claro que le doy la razón, porque esta situación viene pasando desde hace rato.

A los 3 meses de habernos mudado Sumin empezó a coger nuestras cosas, esconderlas y decir que lo había tomado prestado. Por suerte todo solía llegar casi intacto. Claro que antes no me molestaba prestarle de mis camisas, de ves en cuando, pero, tenia que llevarse mi favorita y presumirla como si fuera de ella, hasta ese día me aguanté, y le dije que ya no más, ya me estaba empezando a molestar también. Sumin tiene ropa envidiable, hasta yo le quise pedir prestado varias veces, pero lo pensé bien, luego me pediría a mi nuevamente y me sacaría la excusa de que si ella me prestó, por que yo no podía prestarle a ella tambien? Sumin debería usar más la ropa que tiene, no lo de los demás por mas asombroso que se vea.

-Unnie, te parece si te dejo aquí y voy a hablar con ella?- le pregunte tratando evitar que regrese a ese cuarto, pues sabia que si lo hacía, alguien no saldria viva de ahí.

-Bueno, pero prometeme que recuperaras mis ganchitos- dijo haciendo un puchero como una bebé.

-Como decirle que no a mi Unnie favorita- dije estrechando sus mejillas en mis manos.

-Gracias T/N- dijo con su rostro aun en mis manos.

La solté y salí para dirigirme al cuarto de las Unnies que quedaba enfrente del mio y poder hablar (otra vez) con Sumin.

-Unnie!?... No me obligue a sacarla de ahi a mi manera- dije cuando pude verla escondida entre las cobijas de su cama.

-Sumin no está- dijo haciéndose la inocente tambien creyendo que Sieun venia con migo.

-Tranquila, Sieun se quedó en mi cuarto, crees que debí cerrar la puerta?- dije poniendola aun mas nerviosa.

-Si, definitivamente debiste- dijo asomando su cabeza con miedo y tambien verificando la ausencia de la otra Unnie.

-Dame lo que le pertenece a Sieun y nadie saldra herido- dije con mis manos, una enforma de puño y la otra amortiguando el golpe.

-Ok ok, ya te lo paso, pero no me pegues- dijo en forma de suplica como una niña asustada

La vida en su maxima expresión - Star To A Young Culture (S.T.A.Y.C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora