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Jean no pudo dormir de manera correcta en todo el fin de semana

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Jean no pudo dormir de manera correcta en todo el fin de semana.

Se la pasó teniendo cortas pesadillas dónde el rostro de cierta pelirroja aparecía, pero no tenía la misma expresión de siempre, la dulce sonrisa ya no habitaba sus labios y el brillo en sus ojos no era más que un bonito recuerdo. Nina no pronunciaba palabra alguna en su pesadilla, sólo lo miraba casi como si estuviese juzgandolo y reprochandole su accionar, pero siempre que intentaba acercarse para disculparse se despertaba entre sudor frío y temblores esporádicos sintiendo una horrible presión en su pecho.

Pensó en no acudir a la escuela y quedarse durmiendo todo lo que no pudo el fin de semana, pero Evie no respondía sus mensajes y debía hablar con ella para solucionar el pequeño inconveniente que había ocurrido en esa cena. Él nunca pensó que unas palabras soltadas de manera impulsiva pudieran quebrantar tanto su relación con su mejor amiga, menos aún que la pelirroja pareciera tan afectada por algo así, Nina siempre sonreía ante todo y le quitaba el peso a las cosas, pero ésta vez no fue así y pudo saberlo cuándo vió sus manos temblar por debajo de la mesa.

Intentó no pensar en ello mientras se adentraba en el salón de clases con su cabeza gacha y las palabras atoradas en su garganta. Sentía las miradas de sus compañeros sobre él y sabía muy bien porqué era, Jean Kirstein sólo acudía a clases siendo obligado por cierta muchacha de cabellos azabaches que había llegado mucho más temprano esa mañana. Jean no ignoró esas miradas, por el contrario, enfrentó a sus compañeros los cuáles se acobardaron casi al instante y volvieron a lo que estaban haciendo antes que el castaño entrase. El Kirstein bufó por lo patéticos que se veían y siguió caminando con la cabeza gacha hasta el asiento que él siempre utilizaba cada vez que acudía a la escuela.

Evie estaba sentada ahí, sin su uniforme de animadora, utilizando una larga falda oscura y ese largo cabello azabache atado en una coleta alta junto a una camiseta sin mangas que dejaba ver todos los lunares que se escondían en su cuello. Pero Jean no pudo centrarse en lo bella que se veía, sólo logró mirar su expresión al percatarse de su presencia, casi al instante supo que no estaba muy contenta al verlo allí y él lo entendía perfectamente.

—Buenos días...-Murmuró dejándose caer en su asiento, ese que estaba casi al final de la fila y que él había elegido a comienzos del año escolar pese a que Evie vociferaba sobre ir adelante, esa fue una de las pocas discusiones que Jean ganó entre ellos dos.

Evie frunció el ceño con una expresión algo disgustada, cabe destacar que Jean no veía una expresión parecida en el rostro de la azabache desde que se encontró con una de las animadoras de primer año intentando coquetear con su novio en la fiesta posterior al primer juego del año, bueno, quizá estaba aún más enojada en ese momento y eso era algo que preocupaba cada vez más al castaño.

—Buenos días, supongo.-Respondió desviando la mirada y cruzando sus brazos sobre su pecho, dejando bastante en claro que no quería hablar con su mejor amigo, por lo menos no de momento.

Queen of disaster; Jean KirsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora