07.02 | 𝑫𝒊𝒗𝒊𝒅𝒊𝒓𝒍𝒐

2.4K 196 13
                                        


Hayley's pov

-Jamás quiero ser una dama. "Si las niñas entendieran la vulgaridad de juntar las cabezas y reírse como si el mundo fuera un asunto ridículo, evitarían esa absoluta tontería"- Leía Anne -"No reírse" "No caminar como pato, mirar solo al frente al caminar, ¿eructar es la ruina social?"

-Ya no podemos terminar la escuela en Paris, así que mamá va a educarme ella misma. Dice que se acabó la niñez- Nos contó Diana.

-Pero ¿cómo puedes haber acabado la niñez?- Le pregunté extrañada.

-Yo apenas empecé- Comentó Anne con tono de preocupación.

-Ay, Anne- Le dijimos Diana y yo a la vez antes de abrazarla.

De pronto la puerta se abrió, haciendo que nos separaramos. Era Cole.

-Lo siento- Se disculpó y dejó los borradores en la mesa.

-No te preocupes- Comenzó Anne -Acabamos de saber que nuestra amistad está condenada.

Anne cerró el libro y lo tiró a los pies de Cole.

-¿Existe algún odioso libro que enseñe a los chicos a ser hombres?

-Si lo hubiera, no me serviría a mí.

-¿Qué quieres decir?- Le pregunté curiosa.

-Nada. Lo siento- Acto seguido, se fue.

Con las chicas nos quedamos en silencio, pero alguien volvió a abrir la puerta. Era Phillips. Solo eructó y se fue.

-Ruina social- Susurré, lo que hizo que las chicas y yo estallaramos de la risa.

Anne pov's

Estaba estudiando geometría, la materia más aburrida de todos los tiempos. ¿A quién le importa cuántos grados tiene un vértice? Por suerte, alguien tocó mi puerta, me salvó. Matthew entró a mi alcoba.

-Sí, rescátame de geometría, la forma de tortura más aburrida.

-Sé... que le escribiste a Jennie.

Era cierto, me había descubierto.

-Quiero decirte...- Continuó -... que no está bien.

-No intentaba actuar a tus espaldas- Me defendí -Yo solo... no puedes vivir una vida sin amor verdadero.

-Eso no es tu asunto. Jennie es... la gente tiene... tenemos sentimientos. Lo que hiciste, no está bien.

Esas fueron las palabras más duras que me dijeron en toda mi vida. Más que nada, que esas palabras salieron de Matthew. Alguien que admiro, amo, idolatro... alguien que es mi padre.

Se fue de la habitación, dejándome sola con mis lágrimas que no paraban de salir. ¿Qué había hecho?

(...)

Estaba parada en frente de la puerta del granero. Esperando a que Matthew salga y poder hablar, poder pedirle disculpas. Pero el que salió fue Jerry.

-¿Qué le pasa al señor Cuthbert? Ya mejoraron las cosas. Atraparon a los malos. ¿Está enfermo? ¿Su corazón?

-¡No es asunto tuyo!- Le grité y salí corriendo, típico de Anne Shirley-Cuthbert.

Se que Jerry no se merecía que le gritase, solo quería saber que le pasaba a Matthew. Pero fue lo único que pude hacer, gritarle y salir corriendo.

Corrí hasta llegar al club de lectura. Cuando entré, estaba Hayley sentada con un pincel en su mano.

Hayley pov's

Era mi momento de volver a pintar. Pero debía de hacerlo en un lugar especial, no en casa. Así que no se me ocurrió mejor idea que que ir al club de lectura. Allí corría un aire distinto. Fluía la inspiración más que en ningún lado. Cuando empecé a pintar, Anne entró. Estaba llorando. Al verme, se quedó paralizada.

-¿Anne? ¿Qué sucedió?- Le pregunté mientras dejaba mi pincel en un tronco.

Anne me miró por unos segundos y luego se abalanzó hacía mi abrazandome, yo la imité. Sentía como sus lágrimas caían por mi hombro, realmente estaba mal. La separé de mi y le volví a preguntar:

-¿Qué pasó?

Anne se sentó a mi lado y comenzó a explicarme.

-Le escribí a Jennie, haciéndome pasar por Matthew. Matthew se enteró y se enojó conmigo.

-Oh, Anne. Ya se que en unos días se le pasará.

Anne se apoyó en mi hombro mientras lloraba cada vez con más fuerzas. Yo con mi mano le acariciaba el pelo en forma de consuelo.

-Anne, cuidado- Le advertí -No te muevas. Hay un zorro.

Era un zorro pequeño de color café con negro. Estaba en la puerta del club mirándonos con la boca abierta, solo faltaba que se le caiga la baba.

-Es mi amigo- Me avisó Anne dejando de llorar -¿Alguna vez hiciste tan triste tanto a alguien que de dejó de querer?- Le preguntó al zorro.

Unos pajarillos cantaron e hicieron que el animal se vaya.

-Anne, Matthew nunca te dejará de querer.

Después de unos segundos Anne se secó las lágrimas con los dedos y comenzó a escribir una carta.

-¿Para quién es?

-Para Matthew. Le pediré disculpas.

Me quedé callada y comencé a guardar mis pinturas. Ya no volvería a pintar, mi amiga necesitaba apoyo, yo debía de ser ese apoyo.

(...)

Al otro día, estaba en mi habitación haciendo la tarea, hasta que se abrió bruscamente la puerta. Era Anne.

-¡Me arreglé con Matthew!- Fue lo primero que gritó al entrar.

Me levanté del escritorio y abracé a Anne, estaba feliz por ella.

-Te dije que todo estaría bien- Le susurré.

Ambas nos separamos y Anne sacó de su bolsillo un dije. Cuando lo iba a agarrar a Anne se le cayó. Ambas nos agachamos para agarrarlo, estaba partido en dos.

Al verlo roto, se me ocurrió una idea.

-Podemos dividirlo.

-Y sólo estará completo cuando estemos juntas- Me completó Anne.

No pensé que en Avonlea encontraría una amiga como Anne. Pensé que me costaría mucho más hacer amigos, pero ella me demostró que no.

TUS OJOS MÁGICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora