03.01 | ¿𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐𝒏𝒆𝒔?

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-¿No se olvidan nada?- Preguntó la madre observando que estén todos los bolsos.

-No, querida.

-¡Último aviso!- Se escuchó que alguien gritaba.

-Vamos niños, adentro- Aviso el padre para que todos abordaran el tren.

Rápidamente, todos abordaron el tren. Fueron a su asiento correspondiente.

El viaje fue corto, por lo menos para Hayley, ya que se quedó dormida todo el viaje.

-Hayley, querida, levántate- La despertaba su madre.

Hayle se despertó, estaba algo confundida. Su madre la ayudó a pararse y bajaron del tren, su padre y sus hermanos las estaban esperando abajo.

-¿Por qué Avonlea?- Pregunto Coraline mientras caminaban hacia su nueva casa.

-No lo sé, solamente me ofrecieron el trabajo y me dijeron que era aquí- Les explicó el padre.

-Recuerden que su padre y yo crecimos aquí.

-Sí, mamá. Nos lo cuentas siempre, se ve que la pasabas bien con las anécdotas que tienes- Habló Alex.

-Hayley, querida. ¿Que observas?.

-Nada, solo el paisaje, creo que podría acostumbrarme.

-Ya lo harás- La alentó la madre pasando su brazo por alrededor del hombro de su hija.

-Las clases, ¿Ya empezaron?- Preguntó la menor.

-Creo que si.

(...)

-¡Que hermosa casa!- Gritó emocionada la menor al entrar por primera vez.

La casa era grande, aunque no tanto como la anterior, pero era perfecta. Sus paredes eran blancas, las habitaciones estaban arriba. Todos los muebles estaban tapados con una sábana.

-¡Voy a elegir mi cuarto!- Gritó Alexander y corrió hacia arriba para quedarse con la mejor habitación.

-¡Claro que no!- Contestó la del medio siguiendo a su hermano, para que no se quedara con la mejor habitación.

-¡Ey! ¡No me dejen detrás!- Gritó por último Coraline y subió las escaleras, también, corriendo.

-La pasarán bien los niños aquí, ¿no es cierto?- Le preguntó algo preocupada la mujer a su esposo.

-Claro que si, no te preocupes tanto, Adele.

-Espero tengas razón.

(...)

Hayley esa noche durmió bastante, solamente que al principio le costó algo, pero supuso que era porque había dormido todo el viaje y no tenía sueño. Pero luego de un buen rato desvelada, durmió profundamente.

Al despertarse no tenía el mismo sentimiento que cuando se despertaba en Charlestown, era completamente diferente, pero aquí le entraba un delicado rayo de sol que se dirigía a sus ojos, al igual que en su anterior casa.

Hayley se despertó sola ese día, aprovechó que sus hermanos no estaban despiertos y agarró su vestido color amarillo y su lazo que combinaba con el, acto seguido se dirigió al baño y se dio un baño tranquila.
Una vez bañada y cambiada, agarró su cepillo y peinó su cabello que a ella tan extraño le parecía, ya que era un café muy claro, pero no llegaba al rubio. Se hizo una media cola y se colocó su lazo. Y luego, bajó a desayunar.

-Buenos días señorita. ¿Que la trae aquí tan temprano? Ni sus padres están despiertos.

-Simplemente me desperté. ¿Está listo el desayuno Vicent?.

TUS OJOS MÁGICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora